Africom: malo para Liberia, desastroso para África

17/09/2007 | Opinión

Tan solo dos meses después de que comenzasen los bombardeos aéreos de Estados Unidos sobre Somalia, la Administración Bush hace sólido su compromiso militar con África. En febrero de 2007, el Departamento de Defensa anunció la creación de la infraestructura para un nuevo comando estadounidense para África, denominado AFRICOM, para coordinar todos los intereses estadounidenses militares y de seguridad por todo el continente”.

El Presidente Bush declaró en un comunicado de la Casa Blanca que “Este nuevo comando consolidará nuestra cooperación con África en materia de seguridad, y crea nuevas oportunidades para apoyar a nuestros socios en África”. Al ordenar que el AFRICOM se crease para el 30 de septiembre de 2008, Bush declaraba “El Comando África aumentará nuestros esfuerzos por llevar la paz y la seguridad al pueblo de África y promover nuestros objetivos comunes de desarrollo, salud, educación, democracia y crecimiento económico en África”.

La asunción general de esta política es que dando prioridad a la seguridad mediante un marco unilateral, de alguna manera se atraerá salud, educación y desarrollo a África. De este modo, el Departamento de Defensa se presenta a sí mismo como el mejor arquitecto y arbitro de la política de los Estados Unidos en África. Según el Contralmirante de la Marina, Robert Moeller, director del equipo de transición a AFRICOM, “Al crear AFRICOM, el Departamento de Defensa podrá coordinar mejor sus propias actividades en África así como ayudar a coordinar el trabajo de otras agencias del gobierno de Estados Unidos, particularmente el Departamento de Estado y la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional”.

Competencia por los recursos naturales

Este compromiso de Estados Unidos con África basado desde un enfoque militar refleja la desesperación de la Administración Bush por controlar los cada vez más estratégicos recursos naturales del continente africano, especialmente petróleo, gas y uranio. Con el incremento de la competencia de China, entre otros países, por esos recursos, los Estados Unidos quieren, más que ninguna otra cosa reforzar su afianzamiento en las regiones de África ricas en materias primas.

Nigeria es el quinto país exportador de crudo a los Estados Unidos. La región del oeste de África actualmente abastece casi el 20% de los suministros de hidrocarburos de los Estados Unidos, más que el 15 % de hace tan solo cinco años y con bastantes posibilidades de convertirse en el 25 %, según las previsiones, para 2015. Mientras la administración Bush toca sin fin los tambores de su “Guerra Global contra el Terror”, el surgimiento de AFRICOM subraya que el interés real de los neoconservadores tiene menos que ver con Al Qaeda que con un mayor acceso y control de las industrias extractivas, particularmente del petróleo.

La responsabilidad por las operaciones en el Continente africano está dividida actualmente entre tres comandos diferentes. El comando estadounidense europeo, que se responsabiliza de alrededor de 43 países africanos; el comando estadounidense central, que se hace responsable de Egipto, Sudán, Eritrea, Etiopía, Yibuti, Somalia y Kenia y el comando estadounidense del Pacífico, que tiene la responsabilidad de Madagascar, las islas Seychelles y los países de la costa del Océano Índico. Hasta diciembre de 2006, cuando los Estados Unidos comenzaron a ayudar a Etiopía en su invasión de Somalia, los tres comandos existentes habían mantenido una relativa presencia discreta, que a menudo utilizaban las fuerzas de operaciones especiales para entrenar, equipar y trabajar conjuntamente con los ejércitos nacionales.

Un nuevo comando africano, potencialmente con base en, o cerca de, la rica África del oeste consolidaría estas operaciones existentes a la vez que lograría un compromiso internacional, desde el desarrollo hasta la diplomacia, mucho más en la línea de los objetivos militares de los Estados Unidos

¿AFRICOM en Liberia?

La primera conexión pública del AFRICOM con el país del oeste de África de Liberia fue a través de una editorial de opinión del Washington Post, escrito por el empresario afro americano, Robert L. Johnson, “El Momento de la oportunidad de Liberia”. Respaldando enérgicamente el AFRICOM, Johnson exhortaba a que se estableciera su base en Liberia. Entonces salió en AllAfrica.com una columna de invitados, sin precedentes, escrita por la Presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, “AFRICOM puede ayudar a los Gobiernos dispuestos a ayudarse a sí mismos”, en la que intenta vender el potencial de AFRICOM para ayudar a África a “desarrollar un ambiente estable en el que la sociedad civil prospere y la calidad de vida de los africanos pueda mejorar”.

A pesar de estos notables apoyos, la consolidación y expansión del poder militar de Estados Unidos en el continente africano es una equivocación y podría tener unos desastrosos resultados.

El descenso de Liberia al caos comenzó hace 26 años, cuando la administración Reagan estableció la prioridad del compromiso militar y destinar armamento militar, entrenamiento y financiación al régimen del despiadado dictador Samuel K. Doe. Esta “ayuda” militar, que antes era vista como “poder blando”, construyó la maquinaria de represión que llevó a la muerte de 250.000 liberianos aproximadamente.

Establecer la base de AFRICOM en Liberia pondrá a los liberianos en peligro ahora y en el futuro. El nivel de amenaza nacional de Liberia aumentará dramáticamente al convertirse el país en un objetivo de aquellos que estén interesados en atacar a lo activos de Estados Unidos. Esto hará peligrar severamente los intereses de seguridad nacional de Liberia, a la vez que creará un nuevo problema para la frágil paz del país y su naciente democracia.

Liberia ya ha dado a la administración Bush el papel exclusivo de reestructurar sus Fuerzas Armadas. El contratista privado del Ejercito de los Estados Unidos, DYNCORP, ha estado realizando esta función. Tras más de dos años en Liberia y un presupuesto estimado de 800.000 dólares americanos destinados a ello, DYNCORP no sólo ha fracasado en formar a los 2.000 hombres a los que fue contratado para formar, sino que tampoco se ha ocupado de que la Asamblea Legislativa de Liberia o su sociedad civil definan la naturaleza, contenido o características del nuevo Ejército. DYNCORP se ha auto adjudicado la prerrogativa de determinar el numero de hombre y mujeres que van a ser entrenados y la clase de entrenamiento que llevarán a cabo, exclusivamente entrenamiento de infantería, a pesar de que Liberia no ha elaborado plan nacional de seguridad ni desarrollado una doctrina militar exhaustiva. De hecho, la creación del nuevo Ejército de Liberia ha sido la responsabilidad de otro estado soberano, los Estados Unidos, con total indiferencia de la Constitución de Liberia, que otorga el poder de la creación del Ejercito Nacional a la Asamblea Legislativa.

Este modelo de abuso e incompetencia con el ejército de los Estados Unidos y sus contratistas subordinados sugiere que si el AFICOM establece su base en Liberia, la administración Bush tendrá una suma inaceptable de poder para dictar los intereses en materia de seguridad de Liberia y orquestar el manejo de esos intereses por parte del país. Estableciendo una base militar en Liberia, Estados Unidos podría interferir sistemáticamente en la política de Liberia para asegurarse de que los que lleguen al poder sean serviles ante la seguridad nacional y otros intereses de Estados Unidos. Si esto no es neocolonialismo ¿Qué es entonces?

Puede que los surafricanos sean las voces del continente que más fuertemente se oponen al AFRICOM. Algunos informes aparecidos en los medios de comunicación recientemente, destacan la creciente tensión en las relaciones entre Estados Unidos y Suráfrica, por el AFRICOM. El embajador estadounidense en Suráfrica, Eric Bost, se quejaba de que el Ministro de Defensa de Suráfrica, Mosiuoa Lekota, no respondía a las peticiones de su embajada para que se reuniese con el General Kip Ward, el recientemente nominado el primer Comandante de AFRICOM.

Oposición al AFRICOM

La nueva obsesión de la administración Bush con el AFRICOM y su enfoque militar tiene muchas consecuencias malignas. Esto aumenta la interferencia de Estados Unidos en los asuntos de África. Atraerá más armamento militar a un continente que tiene demasiado. Al ayudar a construir maquinarias de represión, estas políticas refuerzan las prácticas antidemocráticas y recompensa a los líderes que no se ocupen de los intereses y necesidades de su pueblo sino de las peticiones y órdenes de los agentes militares de Estados Unidos. Considerar la fuerza militar una prioridad más importante que el desarrollo y la diplomacia, crea un desequilibrio que podría animar a los regímenes irresponsables a utilizar lo brindado por el ejército de Estados Unidos para oprimir a su propio pueblo, puede que ahora o puede que en un futuro. Estas políticas tan fatalmente imperfectas crean inestabilidad, fomentan las tensiones y hacen del mundo un lugar menos seguro.

Lo que menos necesita África es la expansión del ejército estadounidense en el continente (ni en ninguna otra parte del mundo). Lo que más necesita África es su propio mecanismo para responder a las prioridades de pacificación. Hace 50 años, Kwame Nkrumah hizo sonar el toque de rebato para unos “Estados Unidos de África”. Una de las características principales de su llamada era para un Alto Mando Militar de África. Hoy, mientras la Unión Africana delibera sobre el gobierno continental, no podría darse un momento mejor para rechazar la expansión del Ejército estadounidense y avanzar en dar respuestas africanas a prioridades africanas.

Liberia, que ha sufrido mucho tiempo los efectos de la “ayuda” militar de Estados Unidos, sería el peor emplazamiento posible para el AFRICOM. Pero no hay emplazamiento bueno para semejante proyecto, tan mal concebido. África no necesita AFRICOM.

Ezequiel Pajibo y Emira Woods

Foreing Policy in Focus

http://fpif.org/fpiftxt/4427

Ezequiel Pajibo es Director Ejecutivo del Centro para el Empoderamiento Democrático, con sede en Liberia.

Emira Woods es codirectora de ‘Foreign Policy In Focus’, del Instituto para Estudios Políticos, en Washington DC. Es nacida en Liberia.

Fundación Sur.

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster