África y los medios occidentales

16/12/2006 | Opinión

Recientemente leí el artículo de Raymond Tarek Belleh, escrito desde Baden-Wurttemberg, Alemania, en nigerianworld.com. Me sentí conmovido por la emoción y golpeado por la realidad. El escritor no sólo dio en el clavo con su vívida descripción de “los medios occidentales y su explotación de África”, sino que pienso también que la versión íntegra de este artículo debería ser leída por todas las partes a las que concierne, y una lectura obligada para todos. Pero desafortunadamente, artículos concisos como ese o terminan sin ser leídos por las partes aludidas, o si lo leen lo hacen con total indiferencia. Este artículo, por tanto, lo escribo para añadir mi propia voz a lo que la mayoría de los africanos se enfrentan cada día. La gente se pregunta por qué los africanos son tan mal retratados en los medios, y la conclusión siempre es la misma, en mi opinión, la combinación de nuestro propio trabajo y el poder dominante de los medios occidentales que existe.

Lo primero y más importante, una de las mayores razones por las que nosotros como africanos estamos explotados en los medios de occidente es por la vergonzosamente mala economía que tienen la mayoría de los países africanos. Y cuando hablo de mala economía, hablo tanto de la que hace el hombre, como de la natural. Algunas economías naturales pobres en África son las de los países donde carecen básicamente de recursos naturales, profundamente áridos, con muy bajas precipitaciones, alta desertificación y generalmente tierra adentro. La economía pobre hecha por el hombre prevalece en países donde existe un alto nivel de corrupción, independientemente de su tienen recursos naturales o no. Desgraciadamente, muchos países en África están caracterizados por uno de estos dos escenarios o por ambos.

Teniendo esto en cuenta, cómo vamos a ofrecer una imagen positiva a los medios de comunicación internacionales cuando el presupuesto de medios como la CNN o la BBC es mayor que el de al menos cinco países africanos juntos? La mayor parte de los medios occidentales incluso tienen helicópteros y pequeños aviones para cubrir las noticias, mientras que muchos Jefes de Estado de países africanos empobrecidos sólo pueden alquilar aviones o viajar en clase business para asuntos oficiales. Y muchos países africanos que tienen aviones presidenciales, tienen hipotecado el buen sistema sanitario, las carreteras, la educación, la seguridad, la electricidad y el agua corriente ante el altar del egoísmo y el engrandecimiento totalitario.

No necesitamos comparar el nivel tecnológico y los recursos de los medios de comunicación occidentales con los medios de comunicación africanos, sería como comparar un tren con una carretilla, sólo porque ambos están hechos de hierro o aluminio, no significa que tienen la misma potencia. Esto quiere decir que, mientras los medios occidentales se han vuelto globales, casi todos, si no todos los medios africanos son todavía bastante locales. Hasta que esta gran disparidad no desaparezca, no hay manera de que podamos transmitir al mundo el lado positivo de la vida en África. Así que, por ahora, esto es lo que hace que los medios occidentales informen de cualquier cosa que les parezca oportuno sobre África, con impunidad. Lo peor que podemos hacer como africanos, justo como han estado haciendo muchos, es escribir letras de protesta a estos medios de comunicación de Occidente. Incluso si dicen que lo sienten, esta imagen innoble de África que han transmitido al mundo, es indeleble y siempre estará presente en los corazones de los espectadores occidentales.

Hay una escuela de teoría sobre cómo dar mala imagen de África a través de los medios de comunicación lo cual suscribo, que muestra imágenes grotescas de África, cada día en los medios, que pretende deliberadamente menospreciar a los negros que viven en cualquier sociedad occidental. Esto es para decirles, directa o indirectamente, que “Si esta sociedad te discrimina, no tienes dónde ir, como puedes ver por ti mismo, según parece que está tu continente de origen”. Por tanto, esto ridiculiza y rebaja a cada negro que vive en el mundo occidental, les pone nerviosos y nunca se aventuran a volver a África. De una manera similar, tomemos como ejemplo a los Estados Unidos, que tienen la mayor población negra de todo occidente, creo que el término Afro-Americano es más despectivo de lo que parece. Una persona negra que ha nacido en América y vive allí, que tiene toda la cultura americana en el fondo, ni habla ni entiende ningún idioma africano, y nunca ha ido a África, ¿es una persona afro-americana? O mejor dicho, Todas las personas que son negras y viven en América ¿Son afro-americanas? Creo que la mejor descripción de un afro-americano sería una persona que ha nacido en África, vive en África, con la cultura africana inculcada y que emigró a los Estados Unidos a vivir permanentemente allí. ¿O es que alguien ha oído hablar alguna vez de los europeo-americanos?

Otro punto que me gustaría destacar es el tema del nombre África y cómo Occidente cada vez más lo identifica como un país y no como un continente. Pero no hablan de la “Norteamérica pobre”, prefieren decir Méjico. En Europa prefieren referirse a Serbia o a Rumanía por su nombre en lugar de decir Europa, o como mucho “Este de Europa”. Así que en los países desarrollados, se refieren a los pobres que viven entre ellos por el nombre, pero se refieren a todo un continente como a un país en desarrollo o en el mundo desarrollado. Para ellos, todo lo que importa es quién vive con menos de un dólar al día y quién no. Tengo muchos amigos occidentales que todavía no se pueden creer que África sea un continente con más de 50 países. Sus propios medios de comunicación les han lavado el cerebro con la opinión de que África es un país. Así, cuando pasa algo, por ejemplo en Somalia, en lugar de informar de Somalia en los titulares, se presenta como África. Esto es estratégico, desafortunadamente. Creo que sólo con titular las noticias con África, la gente ya ha sacado sus propias conclusiones, que sería más o menos: ¿Es que puede pasar algo bueno en África?

Esto me recuerda cuando estudiaba en una Universidad europea (No quiero mencionar nombre). Los investigadores occidentales de esta Universidad iban a ir a una país africano pobre para hacer una investigación. Antes de salir, eligieron un tópico que generalmente fuera de naturaleza negativa. Algo como SIDA, pobreza, violencia contra las mujeres, conflictos armados, violaciones, fraude de la clase alta, etcétera. Cuando volvieron, sólo adaptarían sus averiguaciones al paradigma ya existente, que es la desgracia y la tragedia en África. Ningún nuevo descubrimiento positivo, sólo viejos vinos en nuevas botellas. Existe un racismo y un complejo de superioridad en ese país, predominantemente blanco. No existen investigadores en el país que se preocupen por la intolerancia, el racismo, o incluso la diversidad, ventajas de la inmigración etcétera. Casi el 90 % de los trabajos de investigación del Departamento de Máster y PhD, está dedicado por completo a la miseria de África. Sería preciso decir que un amigo mío que intentó estudiar el abominable hábito de beber que tiene la juventud de la ciudad de la Universidad fue muy criticado, y sistemáticamente se modificó el contexto de su investigación, para que encajase en “Cómo informar sobre los paradigmas de Occidente”. Incluso todos los cuadros africanos que colgaban en las oficinas del Departamento eran de caras de africanos afligidos por la pobreza, barrigas de niños hambrientos, gente esquelética que podría describirse mejor como un muerto viviente, y cosas así. Me sentía violado y con mi dignidad erosionada cuando empecé a estudiar en aquella Universidad, viendo esas imágenes todos los días.

Otra razón por la que África puede seguir siempre algo de que reírse entre el común de las naciones es debido a nuestra dependencia de la ayuda occidental. Hoy muchos países pobres en África que hacen sus presupuestos anuales con la ayuda extranjera, y por tanto, consciente o inconscientemente, se convierten en esclavos modernos. ¿Cómo iba a tener África el descaro de sublevarse contra la mala representación de medios de comunicación occidentales, cuando la mayor parte de los países de África dependen de las llamadas ayudas externas?

En mi opinión, mientras exista esta dependencia, siempre tendremos nuestra cola entre las piernas. Tú no impones a quien te da de comer. La mayoría de los países africanos también confían en el turismo, con el patrocinio de los occidentales. No me malinterpreten, esta es una muy buena fuente de ingresos para los países que lo tienen. Pero, ¿cómo explicarías qué es lo que sacó con la cámara mi cuñada, una caucasiana que fue recientemente a Namibia dentro en un viaje programado? En esta playa de Namibia en particular, un enorme cartel mostraba estas palabras, “Esta playa es sólo para gente blanca. No se admite a los no-blancos”. Me impactó ver con mis propios ojos la imagen, y creo que la mayoría de los africanos que saben que no son inferiores se sentirían igual. No podía creer que un país pudiera estar tan desesperado por turismo y quizá por ayuda externa, ¡que discriminan a sus propios ciudadanos basándose en el color! Es una desgracia que un país se pueda hacer a sí mismo inferior, hasta el punto de mostrar esta especie de mentalidad de esclavo en un cartel, en el siglo XXI. Así que si la CNN y la BBC graban esto y se lo enseñan al mundo entero, la mayoría de nosotros nos quejaríamos. Por cierto, lo que más me preocupa es cómo me tratarían si fuera a esa playa con mi mujer, una caucasiana ¿la admitirían a ella por su color y a mí me echarían porque soy negro? Sería interesante saberlo.

Finalmente, me gustaría decir que la fuerza más poderosa para asegurarse de una transformación radical de la imagen de África, de esa de burla a una de progreso, sería la de africanos y africanos en la diáspora sublevándose para lograrlo. Ya que sabemos que el mayor problema en África es la mala gobernabilidad, también hay buenos africanos que han sido privilegiados con un puesto alto en las oficinas de todo el mundo. Creo que estos africanos y africanos en la diáspora tienen mucho que hacer para cambiar la cara de África. Si ellos pueden aceptar el reto de abrir una gran emisora de televisión, o si las que ya existen pudieran tener el apoyo financiero que les permitiese, al menos, competir globalmente con la CNN y la BBC, entonces estamos en el buen camino para lograr una imagen positiva. Si la CNN presenta su “Cómo robar un banco” utilizando a los fraudulentos de Nigeria como ejemplo, entonces una cadena de televisión global en Nigeria también puede presentar “Cómo el medio ambiente del delta del Níger es destruido cada día por los occidentales”, utilizando como casos de estudio a Shell o Exxon Mobil, o “Cómo las aerolíneas occidentales evaden impuestos en Nigeria”, utilizando alguna de las aerolíneas que hacen el recorrido de Nigeria, pero nunca pagan impuestos al Gobierno de Nigeria, como ejemplo. O mejor aún, que nuestros reporteros locales vuelen a las calles de Nueva York, Londres, Berlín o Toronto para entrevistar a los ‘sinhogar’, a las víctimas de prostitución forzada, o cubriendo historias de racismo, marihuana, traficantes de drogas, disparos en las calles, bandas, violaciones, asesinatos, barrios de chabolas urbanas, etcétera. Creo que este concepto de reciprocidad hará que Occidente despierte a la realidad de la decadencia en su sociedad viviendo con todo esto como en un paraíso de locos. También abrirá los ojos de muchos desesperados futuros inmigrantes africanos que creen que la sociedad occidental es el cielo en la tierra, diseñado con calles de oro, engalanadas con árboles de los que cuelgan dólares en lugar de hojas. Hasta que no tengamos este tipo de redes de información globales africanas, que puedan proyectar la buena imagen de África y al mismo tiempo armonizar con los medios occidentales, fuego por fuego, podemos seguir siendo víctimas de la distorsión, la burla y la ignominia para siempre.

Ademola Ariyo

Artículo publicado por Nigerian World, el pasado 15 de diciembre.
El autor, Ademola Ariyo, es Profesor del Departamento de Económicas de la Universidad de Ibadan, en Ibadan, Nigeria. Autor de numerosos libros, y textos económicos, legales y políticos en diversos puestos relevantes nacionales e internacionales.

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