África y los aditivos alimentarios

1/07/2014 | Crónicas y reportajes

Según el Principal Secretario del Ministerio de Salud de Kenia, el Dr. Fred Zoar, el estilo de vida que llevamos hoy en día y la rápida industrialización han impulsado a la industria alimentaria a ampliar el número de alimentos procesados disponibles en nuestros supermercados.

Ya se trate patatas, embutidos, carnes o pescados congelados, una cantidad enorme de estos alimentos contienen aditivos alimentarios peligrosos que pueden crear estragos en nuestra salud.

Estos aditivos pueden afectar la salud, aumentar el riesgo de problemas del corazón, problemas circulatorios y nerviosos y cáncer.

Los compradores locales de alimentos deberían ser más cuidadosos en lo que eligen para sus familias como demuestran las nuevas evidencias. Algunos aditivos, que anteriormente se consideraban seguros, ahora pueden ser peligrosos para la salud humana.

El Sr. Robert Kilonzo, un experto en calidad y seguridad alimentaria del Ministerio de Salud afirmó que los grupos locales e internacionales han llegado a un consenso sobre tres aditivos muy populares: el “azul brillante”, el dióxido de cloro y el ácido fórmico: podrían ser prohibidos en la elaboración de alimentos.
Si prospera, esta prohibición, que todavía está en discusión, podría afectar a miles de productos en el mercado local incluyendo el maíz, la harina de trigo, productos de confitería y bebidas.

El “azul brillante” es un colorante de comida popular utilizado para dar colores atractivos a los productos lácteos como yogures, dulces y bebidas. Algunos estudios han relacionado el consumo del “azul brillante” con la hiperactividad y las erupciones cutáneas. La Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. coloca al “azul brillante” entre los compuestos relacionados con el cáncer.

El ácido fórmico se utiliza para dar sabor a zumos, bebidas energéticas y deportivas y helados. Es altamente corrosivo y posible causa de alergias.

El tercer aditivo alimentario es el dióxido de cloro que se usa para blanquear la harina y para la desinfección del agua potable.

Uso excesivo

Para los compradores puede resultar difícil identificar los productos que contienen estos aditivos porque algunos fabricantes no indican su presencia o utilizan, para enumerarlos, los complejos números comerciales sólo comprensibles para la industria.

Kilonzo estuvo haciendo una presentación sobre este tema en un taller sobre seguridad alimentaria, organizado por la Universidad Jomo Kenyatta de Agricultura y Tecnología en Nairobi.

Kilonzo y su homólogo del Kenia Bureau of Standards, Peter Mutua, fueron puestos en apuros por parte de la audiencia que pensaba que sus organizaciones estaban más preocupadas por garantizar la seguridad de los productos para la exportación que por los alimentos dirigidos al mercado nacional.

Por ejemplo, el profesor Jasper Imungi de la Universidad de Nairobi, afirmó que el uso de la sacarina, un edulcorante artificial, 300 veces más dulce que el azúcar de mesa común fue prohibida en 1974, pero las bebidas que la contienen se siguen vendiendo sin problemas en el país.

«Mientras que los aditivos alimentarios sean un mal necesario, los keniatas deberían consumirlos con moderación complementándolos con alimentos no procesados”

El profesor Imungi advirtió contra el uso excesivo de algunos tipos de salsa, que se publicitan ampliamente en el mercado local y que se sabe que contienen un aditivo japonés llamado “glutamato mono sódico” (MSG) y que puede llevar al denominado “síndrome del restaurante chino”.

Este síndrome, puede implicar dolor de cabeza, sudoración, enrojecimiento de la piel, ardor de garganta y cansancio justo después de comer alimentos que contienen este aditivo.

Otro experto en comida, El Prof. Symon Mahungu de la Universidad de Egerton (Nakuru, Kenia) confirmó que alimentos que pueden parecer completamente inofensivos como mandazi, chapatis, chicles sin azúcar y helados de origen keniata están expuestos a demasiados aditivos alimentarios y hay que consumirlos con moderación.

«La investigación para estos datos se han obtenido visitando los principales supermercados en Nairobi y la cantidad de aditivos que se encuentran en los alimentos es asombrosa. Se contaron más de seis aditivos diferentes en salchichas y, un número similar, en zumos, cremas para café y galletas”.

La compañía Coca Cola estuvo absolutamente en contra de todo lo que se dijo afirmando que todo eran informes infundados sobre el uso de colorantes y argumentando que ellos siempre están dentro de los límites permitidos en las leyes internacionales.

El Prof. Fred Segor, dijo que era poco ético que los fabricantes de alimentos confundieran a los consumidores sobre el tipo y cantidad de aditivos en sus productos y concluyó diciendo que los aditivos alimentarios, si no están bien regulados, pueden llevar a problemas graves de salud.

[Fuente: The Standard-Fundación Sur]

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