Después de que la peor sequía de África meridional en más de 35 años devastó las cosechas y elevó los precios de los alimentos, los agricultores están luchando contra una nueva crisis en forma de orugas, el cogollero del maiz
Bloomberg informa que estas orugas marrones, que cuestan a Brasil 600 millones de dólares al año para su control, se vieron por primera vez en África occidental y central a comienzos de 2016. Desde entonces han saltado el ecuador y llegado a Burundi, Zambia, Zimbabue y Malaui. «Si no se controla en los países afectados, tendrá efectos devastadores no sólo en esos países, sino también en los países vecinos, porque la propagación de esta plaga es muy alta», dijo David Phiri, que coordina las operaciones de la FAO en el sur África, donde el maíz es un alimento básico.
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