África ¿Qué pasa con las mujeres ex soldados?, por Antonio Molina

11/01/2011 | Bitácora africana

Existe una creencia muy extendida de que las mujeres son sólo víctimas de los conflictos armados y no se tiene en cuenta el gran número de mujeres combatientes – las guerrilleras-. Esto puede dar lugar a que queden excluidas, una vez acabada la guerra, de los procesos de DESARME, DESMOVILIZACIÓN y REINTEGRACIÓN (DDR).

EL INFORME DEL FONDO DE POBLACIÓN DE LA ONU

El 20 de octubre fue publicado por el UNFPA este informe titulado “Del conflicto y la crisis a la renovación: Generaciones para el cambio.” En este documento se reconoce el papel que las mujeres desempeñan en el establecimiento de la paz, pero advierte contra la imagen de las mujeres como madres y “pacificadoras por naturaleza”…eligiendo soluciones no violentas, en vez de optar por el conflicto siempre que les es posible.
La profesora de Género y Programas de Seguridad, Megan MacKenzie, que enseñaba en la universidad de Harvard y ahora es docente en la universidad de Victoria, en Wellington, capital de Nueva Zelanda, asegura: “Poco se ha escrito sobre las mujeres y las niñas como agentes activos en los conflictos civiles.”

LAS EVIDENCIAS

Continúa explicando:” Sin embargo hay evidencias de que las mujeres –particularmente las mujeres soldados- causaron víctimas y fueron empoderadas a través de su papel en el conflicto (de Sierra Leona).” (Cf. Cambridge Review of Internacional Affaire – 2009- artículo: “Empowerment Boom or Bust? Assessing women’s post-conflict empowerment initiatives.”)

Durante los 11 años de guerra civil en Sierra Leona, entre 1991 y 2002, famosa por sus atrocidades a gran escala contra la población civil, las mujeres desempeñaron un papel importante como soldados y no sólo como “seguidoras de campo” o “esclavas sexuales”.
La profesora MacKenzie afirma que las mujeres y las niñas llevaron armas, mataron, estuvieron al mando de grupos armados, saquearon y sirvieron como espías entre otras muchas actividades militares.
Hay historias de poderosas mujeres comandantes, como Adama Cut-hand (Adama Cortamanos), de la que se cuenta que fue uno de los miembros más crueles del RUF (el grupo guerrillero liderado por Foday Sankoh) y que dirigió campañas de amputaciones de miembros.

PROGRAMAS DE DESARME, DESMOVILIZACIÓN Y REINTEGRACIÓN

Helen Basini, doctoranda por la universidad de Limerick, en Irlanda, que investiga a las mujeres combatientes en la posguerra de Liberia, afirma que los programas DDR “están aceptando a mujeres en igualdad de condiciones que los hombres y aunque, en teoría, las mujeres forman parte de los nuevos enfoques de los programas DDR, la situación es mucho más complicada de lo que sugieren las normas y directrices.”
“Las mujeres se enfrentan a los mismos problemas que los hombres en los programas DDR: cuando se llega a la Reintegración, siempre hay escasez de dinero,” pero es verdad que existe una preferencia hacia los ex combatientes masculinos, que suelen ser vistos, a diferencia de las mujeres desmovilizadas, como una amenaza para la seguridad del Estado en las posguerras.

Sin embargo, según Basini, la guerra tiene un efecto más profundo para las mujeres debido al trauma, así como a la ruptura de las convenciones y normas sociales, lo que hace más difícil su reinserción.
Por su lado la sra. MacKenzie escribe:”Devolviendo a las niñas a un ambiente normal, los programas DDR corren el riesgo de acentuar las desigualdades de género. Un programa DDR verdaderamente progresista y basado en el desarrollo, incluiría cambios más radicales en referencia al papel de la mujer en la sociedad.”
(Cf. Artículo “Securitization and Desecuritization: female Soldiers and the Reconstruction of Women in Post-conflict Sierra Leone” -2009)

NO TODAS PARTICIPAN EN LOS PROGRAMAS DDR

Muchas mujeres, en Sierra Leona, evitaron el DDR por diversas razones, incluyendo la desconfianza, el estigma y el miedo a las represalias. Además, las mujeres ex combatientes se quejaron de ser tratadas como amas de casa y esclavas sexuales. Otras se creían estar por encima del proceso de DDR y que se podrían integrar por su cuenta. Para algunas mujeres que habían alcanzado rangos más altos dentro de las facciones en guerra, la idea de participar en los programas DDR junto con los soldados, que fueron sus subordinados, les parecía insultante.

La sra. Basini opina que las mujeres excombatiente de Liberia eran rechazadas a menudo por las comunidades como “sucias” por haber sido violadas o tener hijos con miembros de las milicias. Eran consideradas “impuras”, dañando así sus perspectivas de matrimonio una vez reintegradas a la vida civil.

Debido a estos problemas muchas mujeres decidieron auto-desmovilizarse y volver a sus comunidades sin ser notadas. De esta forma no tuvieron acceso al dinero, formación y beneficios del DDR, lo cual puede causar que estas mujeres sean más vulnerables a la pobreza y tengan más dificultades a la hora de rehacer su vida y tratar de sobrevivir.

La negativa de los Organismos Internacionales, la ONU, el Banco Mundial y otras organizaciones de considerar a las mujeres soldados como “soldados”, y no como “mujeres asociadas a la guerra”, “dependientes” o “seguidoras”, ignora y despolitiza sus funciones durante el conflicto armado.

RECOMENDACIONES

El Manual del Área de Seguridad del Departamento Británico de Desarrollo Internacional consagra un capítulo dedicado a este problema y recomienda en resumen: Que se empleen expertos en materia de género para adecuar los presupuestos de las operaciones de mantenimiento de paz de la ONU a las necesidades de las mujeres y que no sea éste un aspecto dejado a las “contribuciones voluntarias” de los donantes.

El Manual constata: “Hay muy pocas mujeres formadas como miembros de las operaciones de paz, policías civiles o expertas en programas DDR. Los donantes deben facilitar el establecimiento de grupos regionales donde se integren, de forma equilibrada, mujeres y expertos en género en los programas de DDR.”

CONCLUSIÓN

Esperemos que se vayan liquidando los conflictos armados y que los diferendos se solucionen de manera pacífica por medio de las negociaciones y el diálogo.

Autor

  • Molina Molina, Antonio José

    Antonio José Molina Molina nació en Murcia en 1932. Desde 1955 es Misionero de África, Padre Blanco, y ya desde antes ha estado trabajando en, por y para África. Apasionado de la radio, como él relata en sus crónicas desde sus primeros pasos en el continente africano, "siempre tuve una radio pequeña en mi mochila para escuchar las noticias". Durante septiembre 2002, regresa a Madrid como colaborador del CIDAF. En octubre de 2005 aceptó los cargos de secretario general de la Fundación Sur y director de su departamento África. Antonio Molina pertenece -como él mismo dice- a la "brigada volante de los Misioneros de África", siempre con la maleta preparada... mientras el cuerpo aguante.

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