África: ¿Porqué tienen tanto atractivo las sectas?, por Antonio Molina

18/06/2009 | Bitácora africana

Hoy en todo el continente africano se realiza un fenómeno que es mundial: Las “iglesias independientes” – técnicamente llamadas “sectas” abundan. Cada día nacen nuevas ramas cortadas o desgajadas de troncos robustos, de iglesias añosas y venerables. En unos países más que en otros, por ejemplo en Nigeria y África del Sur en el registro de religiones del Ministerio del Interior, en ambos casos, aparecen más de diez mil sectas (iglesias libres).

Uno de los países en claro progreso es la RD. Congo. En Kinshasa las sectas crecen como los hongos…En otras grandes aglomeraciones como Lubumbashi hay una iglesia o templo en cada calle. Eso me recuerda el caso del Brasil, con su pulular de denominaciones diversas. Recuerdo que sólo en nuestra calle había cinco templos de “iglesias o comunidades” diferentes: los Baptistas, “Dios es Amor”, los Mormones, la Iglesia Universal y la Iglesia Cuadrangular…! En el territorio de la parroquia sumaban 35 denominaciones.

EL PROSELITISMO DE LAS SECTAS

Me ocurrió en Piñâes, ciudad dormitorio del área metropolitana de Curitiba, capital del estado de Paraná. Conversaba yo con un pastor, vecino de mi calle y le decía: “Mire Vd. yo cuando quiero cazar voy a la floresta y cuando pretendo pescar voy al río o a la mar, pero Vd. viene a cazar en el corral de su vecino y pesca en mi pecera…” A buen entendedor…la cosa estaba clara. El buen hombre, que no tenía un pelo de tonto, comprendió mi alusión.

Pues muchos cristianos, casi siempre gente ignorante, son asediados constantemente por esos llamados pastores, fundadores de iglesias sectarias.

¿QUÉ ATRAE A LOS CATÓLICOS EN LAS SECTAS?

Donde la religión católica es mayoritaria, la vida cristiana con frecuencia se masifica. En una misa dominical puede haber varios centenares de personas en la iglesia: Mayores, jóvenes y niños que poco se conocen entre ellos. La mayoría entran y salen del templo anónimamente.

Por el contrario, en las sectas se da a los fieles otro trato. En general son comunidades poco numerosas, las personas se conocen y los responsables las acogen en la puerta del templo al llegar para los oficios. Además durante las celebraciones participan más activamente, en un clima de amistad fraterna y esto es muy importante para quien se encuentra solo, porque acaba de llegar a la ciudad viniendo de las zonas rurales del interior en busca de trabajo.

A esta necesidad de ser reconocido y amparado por un colectivo, se suma la ignorancia de muchos cristianos, que sólo tuvieron una catequesis de Primera Comunión, muy elemental, ignorando casi todo de nuestra religión.

Con frecuencia, tal o cual secta pregona que ella posee el secreto de la felicidad en este mundo y la prosperidad económica, además de la salvación.

Las sectas, que practican los ritos de curaciones y exorcismos, tienen mucho éxito, pues hay personas que están enfermas física o moralmente. La medicina moderna es muy limitada y con frecuencia las gentes ni tienen dinero para adquirir los medicamentos recetados por el doctor, ni tienen confianza en la seguridad social, masificada y casi anónima. Muchos vuelven a la medicina y farmacopea tradicionales de los curanderos y se fortalecen espiritualmente participando en esas ceremonias de curación: imposición de las manos y exorcismos, etc…

Muchas de estas personas poseen una mentalidad pre-científica y atribuyen ciertos males a fuerzas maléficas: demonios, espíritus de antepasados, brujería, mal de ojo, etc… La medicina moderna, con sus remedios a base de química, no es capaz de tratar esas perturbaciones sicológicas, que necesitan acogida, diálogo, comprensión y calor humano.

En África encontramos dos especies de curanderos: el “mufumu”, que conoce las plantas tradicionales y las receta acompañadas por veces de ciertos ritos y el “nganga”, que es más adivino y hechicero, que según los pueblos y lugares practica más bien la magia negra y vende los “gris-gris” protectores. Estos se refugian en una “choza o casa de oración” durante toda la noche. A medida que se van sucediendo las oraciones, encantaciones y exorcismos el enfermo o “poseído” entra en trance y se libera.

Algunos sacerdotes católicos no creen en ese mundo “real” de la hechicería, de los espíritus maléficos, de las posesiones demoníacas, del mal de ojo y de las maldiciones… Cuando las personas que sufren estas perturbaciones encuentran a estos clérigos racionalistas, se desencantan al oír que todo eso son enfermedades sicológicas, tratables por un siquiatra.

Estos enfermos, que nunca oyeron hablar de siquiatras, quizás no existen en su región, se van a donde son bien acogidos con comprensión para sus males y donde sus problemas sicológicos son tomados en consideración. En la secta le dirán: “Tú sufres porque tu vieja tía, que es bruja, te ha mandado una maldición o tu hijo sufre mal de ojo, porque aquella mujer, que perdió su bebé, tiene envidia de ti, por verte feliz con tu hijo.” Dicho esto, le cuelga un “grigri” – amuleto- protector al cuello y la persona se marcha tan contenta y segura. Por eso mucha gente encuentra consuelo en las sectas.

SE BÚSCA CIERTA SEGURIDAD MATERIAL

En el pasado, los misioneros europeos ayudaban fácilmente a los necesitados, tenían recursos, que venían de sus bienhechores y familiares. En los últimos años el número de misioneros occidentales ha disminuido y los pocos que quedan disponen de manos medios y han cambiado de mentalidad. Son menos paternalistas y pretenden que los africanos se desarrollen por sus propios medios. Hay tantos necesitados, que no se puede acudir a todos.

Otro fenómeno es que el clero africano tiene que procurarse recursos para ejercer su ministerio pastoral. Además, sus propias familias solicitan ayudas. Por tanto, poco queda para los demás. Las Cáritas parroquiales tienen pocos medios también.

En las sectas, ciertos pastores pretenden realizar la pastoral de la prosperidad : “Dios ha creado los seres humanos para que vivan felices”. Es el leiv motif de sus predicaciones. “El sufrimiento y la escasez financiera no vienen de Dios”. Por eso, ellos predican la prosperidad, signo de bendición divina, ellos poseen la receta mágica para que la gente salga de la miseria. ¡Venga a mi iglesia! Al oír esto los congoleños entran como corderos. Dios opera milagros, por eso en el frontispicio de algunas iglesias se lee: Iglesia del Dios de los milagros o iglesia de las maravillas.

BUSCANDO SEGURIDAD PARA EL FUTURO

El Congo no garantiza un porvenir radiante para sus hijos e hijas. Mucha gente vive atemorizada por el porvenir. Sin embargo algunas iglesias prometen un provenir radiante. Dios realizará maravillas en favor de su Pueblo. Ante ciertas situaciones, aquellas pobres gentes viven sin esperanza: El sida y otras enfermedades incurables, la muchacha que no encuentra un marido, el estudiante suspendido, el funcionario que no es promovido, el obrero que lleva muchos años en el mismo puesto de trabajo…El agricultor que perdió las cosechas… Algunas “iglesias” pretenden solucionar todas esas situaciones.

UN CIERTO CALOR HUMANO

En las parroquias masificadas muchos fieles sufren de falta de afecto y calor humano. Van al culto de manera anónima y participan pasivamente. Salen de la celebración como entraron, sobretodo si son extraños al barrio o al pueblo. Se sienten perdidos. Nadie se ocupa de ellos. Ni al llegar, ni al partir.

En las sectas, se acoge bien a los que van llegando. Todos se interesan por el desconocido que viene por primera vez. Si está de paso o si llegó hace poco tiempo, se esfuerzan para que siga frecuentando la comunidad. Si reside en el entorno algún responsable del “ministerio de la visitación” irá a su casa y si tiene algún problema procurará solucionárselo. De este modo el nuevo se siente valorizado e importante y corresponderá con su fiel participación.

LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD

Numerosos fieles de las sectas afirman que la verdad no se encuentra en la Iglesia Católica o que los sacerdotes la ocultan a los fieles, guardándosela para ellos. Los simples fieles no tienen acceso a ella. Por tanto, si quieren llegar a conocer LA VERDAD tienen que dejar la Iglesia Católica.

ASUMIR LOS ELEMENTOS CULTURALES LOCALES

Ciertos cristianos africanos hallan que nuestras iglesias católicas son demasiado occidentales y que no asumen suficientemente las tradiciones culturales de cada pueblo. En las iglesias se reza como en Europa y las celebraciones parecen flojas y sin vida… Cuando van a las sectas, encuentran celebraciones alegres, donde hay vida: Se canta, se danza, se ritma el canto con palmadas, se hacen aclamaciones, etc…

QUEJAS DE ALGUNOS CATÓLICOS CONTRA SU CLERO

Falta de proximidad por parte del clero para con los fieles. A algunos sacerdotes sólo se les encuentra en su despacho y en la iglesia. No hacen ningún esfuerzo para visitar a las familias en sus casas. Ignoran cómo vive la gente. Ignoran sus problemas y dificultades. Así no pueden ejercer un ministerio eficaz. Otros clérigos se comportan en sus parroquias como pequeños príncipes o señores feudales, mejor, como “patriarcas tradicionales” y desprecian a los pobres, sobretodo a los analfabetos y mendigos.

SERMONES IMPROVISADOS

Existen Sacerdotes que son buenos predicadores. Los fieles saben distinguir a éstos de aquellos que no preparan bien las homilías. Sienten que no son bien alimentados espiritualmente por la Palabra de Dios. Salen de las celebraciones con hambre. Entonces si oyen comentar que tal pastor predica bien están tentados de ir a escucharlo. Una vez que lo oyen, si les agrada, continuarán y así se pierden muchos feligreses.

FALTA DE DISPONIBILIDAD DE ALGUNOS SACERDOTES

Hay sacerdotes que están siempre ocupados, que no tienen tiempo de sentarse y escuchar a quien quiere “vaciar su saco”, para pedir consejo o consuelo. Cuando esos cristianos encuentran pastores acogedores, que saben “perder su tiempo” escuchando a los demás, pues son conquistados para las sectas.

REPROCHES DE LAS SECTAS A LOS CATÓLICOS

1. Que desconocen la Biblia.

2. Que no hay Espíritu Santo en la Iglesia Católica.

3. Que los sacramentos son invención de la Iglesia.

4. Que los católicos no saben rezar.

5. Que las eucaristías son rutinarias.

6. Que practican la idolatría: Culto a María y a los santos.
Con este resumen tenemos una visión de conjunto de lo que representan las sectas e iglesias independientes en el ámbito de la evangelización. No debemos ignorar este problema real, que debe interpelarnos sobre nuestro quehacer evangelizador. Para terminar diré que algunas personas después de haber recorrido varias sectas, regresan a la Iglesia Católica.

Autor

  • Antonio José Molina Molina nació en Murcia en 1932. Desde 1955 es Misionero de África, Padre Blanco, y ya desde antes ha estado trabajando en, por y para África. Apasionado de la radio, como él relata en sus crónicas desde sus primeros pasos en el continente africano, "siempre tuve una radio pequeña en mi mochila para escuchar las noticias". Durante septiembre 2002, regresa a Madrid como colaborador del CIDAF. En octubre de 2005 aceptó los cargos de secretario general de la Fundación Sur y director de su departamento África. Antonio Molina pertenece -como él mismo dice- a la "brigada volante de los Misioneros de África", siempre con la maleta preparada... mientras el cuerpo aguante.

Más artículos de Molina Molina, Antonio José