Regular los precios agrícolas y el de los alimentos
Gastamos muchas energías y recursos en ayudar a los pobres y a los más necesitados. Sin embargo, ¿cuestionamos suficientemente las estructuras que originan la pobreza o que mantienen en ella a los más desfavorecidos? ¿Nos preguntamos: “Por qué hay aún en el mundo mil millones de personas que padecen hambre, de las que 750 millones son campesinos?” “¿Por qué África subsahariana es aún la única región del mundo donde el número de personas subalimentadas sigue en aumento?”
Acaba de salir un libro, titulado: «Regular los precios agrícolas», que ofrece las claves para entender porqué hay tantos pobres en África occidental y porqué su mayoría son agricultores. Su autor, Jacques Berthelot, especialista en el comercio mundial y la agricultura, muestra que esta situación no es una fatalidad. Bastaría con que los gobiernos de la CEDEAO tuviesen el valor político para obtener de la OMC (Organización Mundial del Comercio) algunos cambios referentes al comercio de los productos agrícolas. Según Jacques Berthelot, haría falta que la CEDEAO hiciese reconocer su derecho a establecer gravámenes variables sobre los productos agrícolas y los alimentos.
¡Esto requiere una explicación!
Para entender el pensamiento del autor, hay que saber que ningún país industrializado hoy día, incluidos los emergentes, ha podido llegar a serlo sin una fuerte protección de su agricultura; y aún hoy siguen protegiendo con fuerza sus productos alimentarios de base. La forma habitual de hacerlo es que el país (o un grupo de países, como Europa o ECOWAS) establezca derechos de aduana a las importaciones. Estos derechos se determinan a partir de porcentajes aplicados al precio de compra del producto, añadiendo los gastos de transporte para entrar en el país.
Ejemplo: un importador de arroz tailandés en Burkina Faso. Si el importador ha pagado 300 000 F para traer a Abijan una tonelada de arroz (precio de compra + transporte hasta Abijan), tendrá que pagar un derecho de aduana del 10%, o sea 30.000 F. Los productores de arroz en África Occidental desearían que esta tasa fuese del 35%.
El problema es que hoy, en el mercado mundial, los precios son muy volátiles. Supongamos que el precio del arroz doble en un año (recordemos que en 2008 el precio del arroz subió más del doble en el mercado mundial). Si los aranceles se fijan al 35% por traer una tonelada de arroz en la CEDEAO, ese comerciante tendrá que pagar 600 000 F x 1,35 = 810 000 F (es decir 210.000 F, de impuestos de importación, prácticamente de derechos de aduana). Estos aranceles, conjugados con la volatilidad del precio del arroz en el mercado mundial, harían que el arroz fuese inasequible. Es un escenario que los gobiernos de la CEDEAO quieren evitar, de ahí su reticencia a aumentar los aranceles sobre el arroz, y por tanto a proteger eficazmente el arroz burkinabé.
Por este motivo, Jacques Berthelot propone sustituir esos aranceles por gravámenes variables. ¿Qué significa eso? Significa que hay que sustituir los aranceles por un sistema de protección que comprenda, para cada producto, dos elementos: por un lado, un precio de entrada fijo y por otro, gravámenes variables.
Volvamos al caso del arroz. Se trata de proporcionar a los arroceros precios remuneradores y estables. Para ello, imaginemos que los estudios sobre el sector del arroz de la CEDEAO llevan a la conclusión de que el arroz local debe venderse a 400 francos CFA el kilo, si quiere asegurar ingresos a los productores. La CEDEAO establecerá entonces el precio de entrada de la tonelada de arroz a 450 000 F (el precio se mantendrá fijo al menos un año, aunque podrá variar al alza o a la baja de un año a otro; cambios pequeños, no comparables a los del precio del arroz en el mercado mundial). Si el arroz tailandés, de 5 a 10 años de edad, llega al puerto de Abijan a 300 000 F la tonelada, ésta tonelada se gravará con 150 000 F. Impuesto llamado «muestreo»! Si arroz de mejor calidad llega al puerto de Abijan a 400 000 F la tonelada, «la tasa» será sólo 50 000 F. Y, finalmente, si el arroz perfumado tailandés de la última cosecha llega al puerto de Abijan a 500 000 F la tonelada, el impuesto será cero, se hablará de una tasa cero. Por consiguiente, tenemos un precio de entrada fijo (para cada producto) y gravámenes variables. Es el sistema de protección conocido en la OMC, como: «gravamen variable». El sistema de protección utilizado en Europa cuando creó su Política Agrícola Común (PAC), hasta el 1994. Es un sistema que ha sido muy eficaz. A tal punto que Europa, incapaz de alimentarse a sí misma después de la guerra, tuvo después que gestionar grandes superproducciones.
Con esto, podemos entender la importancia y la pertinencia de la conclusión del libro de Jacques Berthelot: «Regular los precios agrícolas»
«La única vía que se impone a la CEDEAO es de tener la valentía política para imponer a todos sus “donantes” – que son también sus depredadores – la revisión radical de su política comercial agrícola sobre los Gravámenes Variables. Son los únicos que pueden proporcionar a los agricultores, casi los 2/3 de los activos, precios remuneradores y estables y, por consiguiente, un fuerte aumento de la producción y de los ingresos agrícolas, base esencial de su desarrollo económico general, frente al aumento de su población, que pasará de 304 millones de habitantes en 2010 a 744 millones en 2050. »
Comparto plenamente la opinión del autor. Además, creo que es urgente ayudar a nuestros responsables políticos (de Burkina Faso y, más ampliamente, a la CEDEAO) para que tengan «esta valentía política». Personalmente, tengo la intención de investir parte importante de mi tiempo a esta tarea. ¿Pero qué hacer? ¿Cómo hacer?
Sólo los gobiernos de los Estados pueden intervenir en la OMC. Los ministros de comercio son los primeros afectados. Pero en este tema (agricultura y alimentación) los Ministros de Agricultura y de Alimentación están también implicados. Y, por supuesto, los Jefes de gobierno, y los Primeros ministros. Toca a nosotros encontrar los medios para compartir con ellos nuestras convicciones y preocupaciones.
¡Volveremos sobre el tema!