África la mirada del alma, por Oscar Yuste

29/07/2011 | Bitácora africana

Cuando ya habían muerto más de cuatro millones de hombres, mujeres, y especialmente niños; a más de 2500 kilómetros al sur de esta tragedia, en Sudáfrica, un tropel de anodinos diplomáticos internacionales, intentaban en vano alcanzar un consenso para forzar el alto el fuego en la enquistada guerra del Congo. La llamada tercera guerra mundial.

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Corría el año 2002, y aunque por motivos económicos, los principales actores de esta guerra iban abandonado la lucha por la presión internacional, las escaramuzas y guerrillas del interior se habían recrudecido en algunas zonas mineras, ya que grupos de desertores y bandidos aprovecharon la retirada del grueso de las tropas para asaltar y saquear las pequeñas poblaciones fronterizas, como era costumbre, la mayoría de sus habitantes adultos eran asesinados. Los niños no corrían mejor suerte, eran violados, reclutados o hechos esclavos sexuales de los soldados.

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Mientras esto sucedía, yo intentaba salir indemne y con fortuna de esta guerra, por lo menos físicamente, ya que sabía que por lo visto y vivido emocionalmente no sanaría jamás.

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El destino me hizo entablar una peculiar y rancia amistad con un hermano del presidente de la zona rebelde. Al igual que decía Cervantes, “de cuyo nombre no quiero ni acordarme”, ni mucho menos mencionar en este mundo global de la información. Ya que se “de buena tinta” que aunque en esta sopa de letras, que es Internet, las palabras vuelan más rápido que las balas, estas últimas, aún a distancia, se me pueden indigestar más fácilmente.

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Si intentar hacer negocios en el Congo en plena guerra ya era algo totalmente descabellado e inconsciente, no se de que forma me las compuse para rizar el rizo y complicar mucho más mi situación, involucrándome estúpidamente en un conflicto, diplomático internacional en el que estaban implicados el presidente, su hermano, una empresa Belga, un comerciante Libanés, una empresaria Tanzana y este, que al escribir tiene que entornar los ojos para que la censura de la realidad pase más ajustada por las fisuras de la memoria.

Fragmento del futuro libro: “Africa, la mirada del alma” por Oscar Yuste.

Original en Diarios de Zanzibar

Autor

  • Yuste, Oscar

    Los intensos atardeceres africanos, los safaris por la sabana o las miradas de los niños parecen olvidados. De mis montañas y el valle del Kilimanjaro solo queda un vago recuerdo a hierba buena y el rumor del agua fresca, lo demás... historia olvidada.

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    Mirando al espejo, unas veces amigo otras Judas sincero, me muestra el precio de tantos viajes; arrugas en el rostro, cuero baldío en la azotea y polvo en los pulmones, polvo que a menudo cubre mis recuerdos.
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    Pero una vez desempolvados, afloran torpemente estos recuerdos a mi memoria, limpios e intensos, y cada vieja aventura me pide ser vivida de nuevo con la evocación de aquella otra vida que viví en aquel mundo negro. Aquí me encuentro, rindiendo homenaje a mis memorias con estas letras que cojas y torpes, jamás expresarán la intensidad de mis recuerdos.
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    Aunque con el transcurso de los años mi memoria ha perdido fuelle, hoy he tenido suerte. Entre las hojas de un viejo libro he encontrado unos escritos con algunos fragmentos de mi perdido diario. Ni siquiera narra un solo día, únicamente describe unos minutos durante el atardecer en una playa de Tanzania y entre líneas, una reflexión.
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    Mientras preparaba mi viaje al Congo, Nacho, un amigo asturiano me invitó a vivir en su casa de Dar es Salaam en la costa de Tanzania. Él tuvo que viajar a la India por trabajo y me quedé unas semanas viviendo y cuidando su casa y pertenencias. Desde su terraza mirando al mar, escribí:

    Oscar Yuste tiene el Blog Diarios de Zanzibar y le agradecemos que podsamos reproducirlo en Bitácora Africana
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