África construye su Gran Muralla Verde

14/09/2016 | Crónicas y reportajes

muralla_verde.jpg África se enfrenta a un gran problema con el avance del desierto. Alrededor de dos tercios del continente africano está formado por desiertos o tierras secas. Cada año en África, la desertización es equivalente a la extensión de la República de Benín. La invasión del desierto ha empeorado drásticamente la calidad de la vida en África, generando movimientos nómadas, inestabilidad, reducción de la productividad y un crecimiento económico restringido.

La iniciativa “The Great Green Wall” (la Gran Muralla Verde) es una propuesta panafricana para «verdear» el continente de oeste a este con el fin de luchar contra la desertización. La visión de un gran muro verde para combatir el avance del desierto fue concebida, en 1952, por el científico británico de medio ambiente, Richard St Barbe Baker, pero era inalcanzable entonces. Sin embargo, la idea fue revisada por el ex presidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo, que la propuso a la Unión Africana (UA). En enero 2007, la Unión Africana aprobó la iniciativa “Green Wall”.

Muralla Verde

El proyecto que comenzó hace seis años fue ideado para resolver la degradación del suelo y el cambio climático a través de una franja de 8.000 kilómetros de longitud desde Dakar a Yibuti. Once estados Sahelosaharianos que incluyen Burkina Faso, Yibuti, Eritrea, Etiopía, Malí, Mauritania, Níger, Nigeria, Senegal, Sudán y Chad crearon la Agencia Panafricana de la Gran Muralla Verde (PAGGW).

Actualmente, alrededor de 21 países participan en el proyecto. En agosto de 2016, el ministro de Medio Ambiente y Turismo de Namibia, Pohamba Shifeta, declaró que el sur de África se uniría a la iniciativa de la Gran Muralla Verde (GGW). La Comunidad de Desarrollo de África del Sur (SADC), que cuenta con 15 Estados miembros, elevará el número total de países que participan en el proyecto a 36.
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La medida proactiva para poner en marcha la iniciativa de la Gran Muralla Verde fue una decisión muy acertada. Según la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el 46% de la tierra africana está actualmente afectada por la degradación de la tierra, amenazando el sustento de casi el 65% de la población de África. En 2015, la FAO estimaba que más de 20 millones de personas en el Sahel sufren de inseguridad alimentaria. La mayor parte de la población pobre y hambrienta vive en las zonas rurales y una parte importante de sus ingresos proviene de la agricultura.

El progreso de la iniciativa es notable. Alrededor del 15% de la Gran Muralla Verde ya está plantada. Senegal ha recuperado más de cuatro millones de hectáreas de tierra y en Etiopía, 15 millones de hectáreas de tierra han sido restauradas. Senegal ha plantado más de 27.000 hectáreas de árboles que no necesitan riego.

«Muchos de los animales que habían desaparecido de esas regiones están reapareciendo, animales como antílopes, liebres y aves que nadie en los últimos 50 años había visto, explicó Elvis Paul Tangam, Comisionado de la Unión Africana para la Iniciativa Sahara y Sahel Gran Muralla Verde».

En 2015, los jefes de los principales organismos internacionales y líderes mundiales se comprometieron, en la Cumbre Mundial de la ONU sobre Cambio Climático (COP21), con la iniciativa la Gran Muralla durante los próximos cinco años para acelerar la puesta en práctica de la iniciativa. El Banco Mundial también se ha comprometido con esta iniciativa y otros programas sobre el cambio climático.

El problema de la insurgencia dentro de estas regiones todavía dificulta la iniciativa. El surgimiento de grupos terroristas en Níger, Chad, Sudán, Malí y Nigeria representa una amenaza para el desarrollo de estas zonas. Por ejemplo, el predominio de Boko Haram en el bosque de Sambisa ha dado lugar a la migración masiva de los habitantes de esa zona.

Pero existe una realidad social, que atañe a los árboles en África, a la que los países deben hacer frente. Los árboles proporcionan combustible para diferentes usos domésticos. El uso de estos árboles contribuye significativamente a la deforestación en África. Dado el clima general, la repoblación forestal en la región de Sahel-Sahara es un gran esfuerzo, los ciudadanos que viven en estas comunidades cortan, para leña, los pocos árboles jóvenes que sobreviven casi tan pronto como echan raíces.

La necesidad de combustible es importante para fines domésticos. Es muy importante cultivar árboles para combatir el cambio climático. Pero el reto es cómo equilibrar la necesidad de árboles como fuente de combustible, con la necesidad de árboles para satisfacer las necesidades ambientales.

Se estima que en los próximos 10 años, se pueden recuperar más 50 millones de hectáreas de tierra. «La Gran Muralla Verde contribuye al desarrollo sostenible, y es respetuosa con el clima, a todos los niveles», asegura Paul Elvis Tangam.

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