Adquisiciones de tierra a gran escala no reguladas en el Sur de Sudán, por parte de compañías extranjeras amenazan los derechos de las personas en la región, con una extensión más grande que Ruanda destinada a la utilización de negocios extranjeros, según ha advertido un informe publicado el día 22 de marzo.
Investigaciones encargadas por Ayuda del Pueblo Noruego, han calculado que entre 2007 y 2010, “los intereses extranjeros han adquirido un total de 2.64 millones de hectáreas de tierra, sólo en los sectores de agricultura, silvicultura y biocombustibles”. “Eso es una extensión más grande que un país entero como Ruanda”, afirma el autor del informe, David Kuol Mading.
Si se añaden las inversiones en turismo y conservación, la cifra se eleva a 5.74 millones de hectáreas, o el nueve por ciento del total del territorio de Sudán.
Sudán del Sur va a obtener su independencia en julio, después de que los sureños votasen a favor de la secesión en el referéndum celebrado en enero de 2011.
El Sur de Sudán, rico en petróleo pero mayoritariamente subdesarrollado fue dejado en la ruina por décadas de guerra contra el norte, y en el periodo de transición, de cara a la independencia, los expertos dicen que no es claro el proceso de adquisiciones de tierra a gran escala.
Acuerdos nominales
Muchos de los acuerdos son sólo nominales, y muchos puede que no sean reconocidos por el gobierno central, a partir de julio, y varias compañías todavía no tienen presencia visible sobre el terreno.
El informe reconoce que las inversiones podrían ayudar a impulsar el desarrollo, tan desesperadamente necesitado en la zona, pero advierte que si no ponen cuidado, también podrían amenazar la incipiente nación.
“Con el estado naciente del gobierno, una sociedad todavía recuperándose de años de conflicto, y la ambigüedad legal del periodo de transición, existe también el peligro de que este influjo de inversiones, si no se controla, pueda servir para socavar los medios de subsistencia de la población”, añade el informe.
El acuerdo de mayor extensión de tierra, detallado en el informe, es el supuesto arrendamiento de 2.280.000 hectáreas, en el parque nacional de Borma, en el estado de Jonglei, por la compañía de los Emiratos Árabes, Al Ain Wildlife.
Polémica
El siguiente mayor acuerdo es una operación agrícola, por la compañía estadounidense Nile Trading and Development y Jarch Management, que ha arrendado 600.000 hectáreas, en el estado central de Equatoria, y 400.000 hectáreas en el estado rico en petróleo de Unity, según el mismo informe.
Este último plan es el resultado de un polémico acuerdo alcanzado hace dos años por la compañía inversora Jarch, con sede en Nueva York, y el ex señor de la guerra, convertido en vice comandante del ejército del Sur, Paulino Matip.
Los analistas aseguran que la tierra cultivable de África está sufriendo cada vez más presión, en los últimos años, para ser adquiridas por inversores internacionales a gran escala, mientras que los activistas advierten sobre el riesgo de que ello deniegue a los residentes el acceso a sus propios recursos y medios de vida, aumentando la inseguridad.
Mading afirma que el gobierno debería suspender temporalmente las inversiones en terrenos a gran escala. “Esto dará tiempo a que se pongan en marcha procedimientos apropiados, para que la inversión pueda hacerse de una forma responsable”.
(Africa Review, Kenia, 23-03-11)