Nos ha entristecido a todos los que amamos este continente la noticia de la muerte de Miriam Makeba, la cantante surafricana más universal. Quizás si hubiera nacido en otro país y continente, su estrella habría sido mucho más fulgurante, hubiera estado rodeada de mucho más glamur y fama, pero vivió de acuerdo al tiempo que le tocó vivir y murió en su gira final de despedida, en pleno uso de su voz… «con las botas puestas» utilizando el manido cliché, y se ha encontrado con una repentina muerte al final de un concierto en el sur de Italia.
Miriam Makeba, la voz de África, se ha apagado de pronto y nos ha dejado un legado no solo de belleza estética con aquella voz inconmensurable sino también de coraje y lucha por la justicia social. Perdió incluso su nacionalidad surafricana debido a su oposición al infame sistema del apartheid, pero no dejó de unirse y poner su voz al servicio de las más diferentes causas. Fue una mujer africana orgullosa de su raza y de su ser mujer, que hizo de su voz la embajada más contundente ante las muchas lacras del continente: la discriminación racial, la falta de libertad, el mínimo poder de las mujeres, el subdesarrollo.
Lo fue todo en la música africana. Su voz y su testimonio quedan ahí para la eternidad. Por lo menos ha podido morir viendo cómo su país pasó de ser un régimen sangriento y discriminatorio a ser un país donde la libertad y la democracia se han establecido y van creciendo con el tiempo.
Descansa en paz, querida «Mama África»… seguro que los coros angelicales envidiarán la potencia y el señorío de tu voz.
Original en :
http://blogs.periodistadigital.com/enclavedeafrica.php