Sudáfrica ha perdido a un icono de la lucha antiapartheid, Albertina Sisulu, que falleció el pasado 2 de junio, a los 92 años, en su casa de Linden, en Johannesburgo.
BIO BREVE
De origen humilde, consiguió en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial, cursar la formación de enfermera. En 1940, conoce al activista Walter Sisulu, que junto con su amigo Nelson Mandela, puso los cimientos del Congreso Nacional Africano (CNA de sus siglas en inglés).
El día de su boda, Madela le advirtió: “Tu hombre ya está casado con toda una nación.” Pero ella se abrazó a la causa con una entrega admirable y adoptó un papel activo en la defensa de los derechos de todos los surafricanos, siendo una líder indiscutible en todos los momentos importantes de la lucha antiapartheid.
COMPROMISO POLÍTICO
Vicepresidenta de la Liga Femenina del CNA, lideró manifestaciones, sufrió en propia carne la opresión del régimen segregacionista y estuvo en numerosas ocasiones bajo arresto domiciliario.
Durante los 25 años que pasó su marido en la cárcel, Albertina sacó adelante a sus 5 hijos y a 2 sobrinos huérfanos. Tampoco se libró de conocer la prisión, la última vez, cuando ya tenía 70 años, por “fomentar la revolución.”
LA ABOLICIÓN DEL APARTHEID
Cuando el presidente surafricano Frederick de Klerk excarceló a Walter Sisulu, Mama Sisulu no se conformó y exigió “una total democracia participativa y sin distinción racial.”
En abril de 1994, tras las primeras elecciones libres del país, formó parte del primer gobierno democrático encabezado por el presidente Nelson Mandela.
RECONOCIMIENTO OFICIAL
Jacob Zuma, jefe de estado surafricano, ha definido a Mama Sisulu como una de las “madres de la nación, que ha aconsejado, criado y educado a la mayoría de los líderes y fundadores de la Sudáfrica moderna.”
En los funerales nacionales estuvieron preentes las más altas personalidades y autoridades del Estado, encabezadas por el propio presidente Zuma, adeás del presidente del Parlamento, su hijo Max Sisulu y el patriarca Nelson Mandela, que manifiestamente muy conmovido, manifestó que se despedía de una compañera, más que una amiga, una hermana que formó parte de su vida.
CONCLUSIÓN
En nuestra galería de “locomotoras” no podía faltar este modelo de “máquina de vapor”, que supo arrastrar a tantos vagones cargados de hombres y mujeres oprimidos por las leyes crueles de la segregación racial, hacia la libertad.
Que el ejemplo de Mama Sisulu cunda entre la joven generación de surafricanos para que consigan vencer los retos actuales que enfrenta su gran país, como som el desempleo, la violencia y la corrupción.