Kaylin Rispel, de 23 años, natural del barrio de Bellville, en Ciudad del Cabo, ha sido víctima de acoso online y cibernético durante años. A pesar de haber cambiado la configuración de su perfil a privado, un acosador ha logrado encontrar formas de contactar con ella. Éste también ha podido ponerse en contacto con miembros de su familia. Kaylin declaró que el drama comenzó en 2015, cuando el periódico sudafricano Daily Voice la entrevistó, y que este no había parado ya que numerosos extraños le seguían enviando fotos de sus genitales y mensajes viles. De acuerdo con Kaylin, el último incidente la había asustado por completo, ya que un hombre que la había estado acosando durante años le envió una foto de su esperma en frascos, aludiendo que lo guardaba para cuando finalmente se encontrasen en persona.

Kaylin declaró al Daily Voice; "Nunca he respondido a ninguno de sus mensajes. No pude dormirme la otra noche y terminé leyendo mis DM (mensajes directos) cuando vi los mensajes y la foto me sentí asqueada y violada. He estado lidiando con este tipo de acoso durante años".

En 2015, el Daily Voice publicó una historia sobre un vendedor que robó las fotos de las vacaciones de Kaylin y las usó para publicidad sin su consentimiento. Mientras tanto, ella ha intentado bloquearlas, pero sin éxito.

El pasado miércoles, el acosador se acercó a su hermana. Kaylin declaró que le "pidió que lo desbloqueara y que haría cualquier cosa (por mí)”. En su perfil de Instagram, el acosador afirma ser un músico que vive en Etiopía. También dice ser de Ciudad del Cabo. A su vez, en su canal de YouTube no hay fotos de él, sólo sonidos de él tocando la guitarra. Él sujeto no respondió a los mensajes del Daily Voice publicados en sus perfiles de medios sociales.

Por su parte, Kaylin afirma que incluso ha intentado denunciar al hombre a la policía. Ella declaró haber "ido a la policía antes con videos y no hicieron nada. El departamento de ciberacoso no podía hacer nada porque todavía no me había pasado nada”. El portavoz de la policía, el coronel Andre Traut sostuvo que "Las circunstancias dictarán qué delito se está cometiendo y, en función de lo que se haya publicado en las plataformas de medios sociales, se formulará un delito. Cualquier persona que opine que sus derechos o dignidad fueron violados en los medios sociales puede acercarse al Servicio de Policía sudafricano (SAPS) para reportar el incidente".

Uno de los entrevistados, trabajador de una tienda, también estudiante de periodismo, sostiene que el acoso sexual cibernético es real. De acuerdo con él "Es triste que el acoso sexual en los medios sociales no se tome en serio hasta que se convierte en algo físico. Se burlan de él y ese es el tipo de comportamiento que hace que las víctimas duden en hablar. Además, anima a los perpetradores a continuar con su comportamiento y su acecho enfermizo".

Velani Ludidi

Fuente: DailyVoice

[Traducción y edición, Pablo Fornos Rodríguez]

[Fundación Sur]

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