La agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, ha pedido calma y moderación tras las violentas protestas de la semana pasada por parte de los refugiados congoleños en el campo de refugiados de Kiziba, en el distrito de Karongi, en Ruanda. Según los informes, los refugiados tomaron la calle para expresar su enojo por la reducción de la asistencia alimentaria.
ACNUR explicó en un comunicado que las operaciones humanitarias en Ruanda siguen severamente subfinanciadas, lo que obligó al Programa Mundial de Alimentos (PMA) a reducir las raciones de alimentos en un 10 % en noviembre de 2017 y en un 25 % en enero de 2018.
La agencia instó a los refugiados a respetar las leyes locales y expresar sus quejas a través del diálogo, al tiempo que exhortó a las autoridades a manejar la situación con calma y moderación. Reconoció que algunos refugiados también han indicado su deseo de regresar a su país, por desesperación.
Hasta la fecha, el llamamiento de ACNUR en 2018 para la financiación de 98.8 millones de dólares para apoyar a los refugiados en Ruanda tiene solo un 2% de financiación.
El PMA también advirtió sobre posibles reducciones mayores de la ración si no se cumplen los requisitos mensuales de 2.5 millones de dólares. Los recortes prolongados de la ración ponen en grave riesgo la seguridad alimentaria y las necesidades nutricionales de los refugiados, que dependen de la asistencia, advirtió.
Ruanda alberga a más de 173.000 refugiados en seis campamentos, incluido Kiziba, donde los refugiados congoleños llevan asentados a lo largo de más de 20 años.
El campamento de refugiados de Kiziba alberga a más de 17.000 refugiados, el 77% de los cuales son mujeres y niños.
Fuente: All Africa
[Traducción, Muriel Balda Aspiazu]
[Fundación Sur]
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