La nueva película “A Brilliant Genocide” (un Brillante genocidio), de An Garrison, describe la historia bastante desconocida del genocidio Acholi, que el presidente Yoweri Museveni cometió contra el pueblo Acholi durante 20 años, entre 1986 y 2006, según el periodista americano.
El ejército de Museveni arrastró unos dos millones de Acholis, (90% de la población), a los campos de concentración. Durante todo este periodo, el ejército ugandés fue financiado por EEUU.
Como cien millones de personas vieron el video “Kony 2012”. Pero estas atrocidades no interesaban a los imperios americano y británico, quienes siguieron enviando tropas a Uganda en 2012, como asesores del ejército ugandés.
Como dijo el Dr. Vincent Magombe: “America es parte del problema en Africa. Los americanos saben muy bien que Kony no es el problema. Donde hay pozos de petróleo, allí están los soldados americanos, junto al gobierno local. No importa que Museveni asesine a su propio pueblo. No es democrático, pero él es un amigo”.
Lo mismo se puede decir de otros “amigos” en la región, como Mugabe, Kabila y otros dictadores que aterrorizan a todos los ciudadanos que se oponen, pero son los contactos amigos que interesan en este momento a los poderosos.
Los grupos armados son instrumentos al servicio de sus señores, que les facilitan justificar todos los crímenes contra la humanidad y genocidios, con tal de controlar los recursos que tanto interesan.
Las condiciones de estos campamentos de Acholi y otros, presentan condiciones infrahumanas: sin agua ni alimentos, y sin cuidados de salud, etc. Estas condiciones de miseria causaron más daño y muerte que la misma guerra. La sociedad Acholi en su vida familiar, agricultura, educación, relaciones de género, fue destruida. Una sociedad que era enteramente autosuficiente, se convirtió en dependiente total de la ONU.
Las mujeres fueron abusadas e infectadas con el Sida por los soldados ugandeses, pero el presidente Bush aplaudió los éxitos de Museveni en su lucha contra el sida.
Los campamentos fueron cerrados finalmente en 2012 y los supervivientes Acholi regresaron a sus tierras, pero ahora cercadas por las alambradas del ejécito de Museveni.
En 1990, mientras el genocidio continuaba en el norte de Uganda, un batallón de soldados ugandeses al mando de Paul Kagame invadió Ruanda. Tras una guerra de cuatro años, y el asesinato de los presidentes de Ruanda y Burundi, el ejército de Kagame dio el golpe de estado en Ruanda para establecer su tutsi dictadura, que clama con engaño que acabó con la división entre tutsis y hutus. Los últimos cien días de la guerra y los masacres que tuvieron lugar, se llamaron: el”genocidio ruandés”.
Desde 1996, Ruanda y Uganda invadieron la región oriental de la rica y fértil república del Congo (RDC), apoyados por los soldados americanos, sus armas e inteligencia. Desplazaron al presidente Mobutu Sese Seko en 1979 y lo remplazaron con Laurent Kabila. Cuando este quiso expulsar a Ruanda y Uganda de la RDC, lo quitaron del medio para poner a su hijo Joseph Kabila.
Hoy, después de la muerte de unos ocho millones, según informes de la ONU, durante la primera y la segunda guerras de la RDC, Ruanda y Uganda continuan cometiendo atrocidades y expropiando a la RDC de sus abundantes recursos naturales y minerales.
Ahora más de 60 personas son masacradas en Beni cada mes, pero el mundo no oirá su clamor, como tampoco escucharon el clamor del genocidio Acholi.
EEUU y sus aliados quieren remplazar el gobierno de Burundi, dividir la RDC, como lo hicieran en Yugoslavia y Sur Sudan.
Cuando EEUU avisa que deben invadir otro país soberano para evitar otro genocidio, sabemos que solo buscan acceso a controlar los recursos de la región, como en Acholi o en Beni. Por eso mantienen en la region más de 4.200 soldados americanos bien armados.
Ajamu Baraka , del “Partido Verde” preguntaba: ¿Cuándo ha estado EEUU del lado del pueblo?. La respuesta es: “Nunca”.
Ann Garrison es un periodista americano independiente.
Fuente : Pambazuka News.
La película “A Brilliant Genocide” se presenta por todo el mundo.
22 septiembre 2016.
[Fundación Sur]
