Acaparamiento de aguas en Etiopía: ¿nos encontramos/estamos ante un nuevo Mar de Aral en África Oriental?

14/03/2013 | Crónicas y reportajes

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La destrucción del Mar de Aral en Asia Central ha sido reconocida como el mayor desastre medioambiental jamás ocurrido. No debería volver a repetirse, sobre todo teniendo en cuenta los inciertos tiempos que corren en torno a los recursos hídricos y el calentamiento global en nuestro planeta.

Por ello, ¿deberíamos callar y apoyar a los culpables, ante lo que Etiopía está provocando con uno de los proyectos que de seguro dejará estéril uno de los mayores lagos de África, y creará además los llamados “refugiados del agua” en dos países, Kenia y Etiopía?

En un reciente estudio realizado por la organización International Rivers, se relacionan los cambios hidrológicos causados por la presa Gibe III Dam y los proyectos de irrigación a gran escala, dos proyectos ahora en construcción en la cuenca del Río Omo, en Etiopía, y que podrían convertir el Lago Turkana, en Kenya, en un nuevo Mar de Aral en el África Oriental. El estudio antes mencionado describe cómo estos proyectos reducirán radicalmente el nivel de agua que llega al Lago Turkana, el cuarto más grande de África, produciendo una considerable caída en el nivel del agua del lago, y llevando al colapso total de la vida en el área, y a un incremento de los conflictos en África Oriental.

Aunque tanto la presa Gibe III, como los proyectos de irrigación aledaños se encuentran en construcción, ambos proyectos combinados con los cambios hidrológicos, dañarán notablemente la pesca de la que depende la población local, reducirá la calidad del agua y tendrá graves consecuencias para la riquísima vida salvaje de la zona, entre otras muchas.

En una región dónde el agua es un elemento precioso y en dónde la población local no solo está armada, sino también dispuesta a luchar para preservar sus recursos naturales, como son el agua y la tierra, los cambios que se produzcan en el Lago Turkana y en el Río Omo fomentarían niveles de inseguridad considerables en una región ya de por sí conflictiva.

De acuerdo con el autor del informe, podemos destacar las siguientes conclusiones:

Si Etiopía culmina la presa Gibe III en la mitad del curso del Río Omo, actualmente en construcción, y continua llevando a cabo proyectos de irrigación en la cuenca más baja del río, el resultado será un efecto dominó de consecuencias hidrológicas, ecológicas y socioeconómicas imprevisibles que generará una crisis en la región, tanto para la vida indígena como para la biodiversidad, y desestabilizará enormemente los territorios fronterizos entre Etiopía y Kenia, en las inmediaciones del Lago Turkana.

El Lago Turkana se alimenta en un 90% del agua del Río Omo. La presa reducirá significativamente el nivel de agua del lago durante años. El impacto directo sobre las diversificaciones de irrigación en el curso bajo del Río Omo dejarán el nivel del lago en torno a 22 metros de profundidad, cuando la media actual es de 30 metros. La presa reducirá también el flujo de sedimentos, que conducirán a una pérdida del equilibrio ecológico de recursos para las especies salvajes, la pesca, la ganadería y la agricultura, según este estudio al que hacemos referencia.

El Gobierno etíope ha intentado durante años conseguir fondos multimillonarios para gestionar proyectos en el Río Omo con ayuda del Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo, y otros organismos internacionales. Ninguno de ellos está involucrado en el proyecto de construcción de la presa. Únicamente el Banco de Comercio e Industria Internacional Chino (ICBC) va más allá, con la aprobación de un préstamo de 500 millones de dólares para la compra de turbinas destinadas para la presa. Además, en 2012, el Banco Chino de Desarrollo firmó un acuerdo con la Corporación Azucarera de Etiopía por un préstamo de 500 millones de dólares con destino a la construcción de refinerías azucareras en el Valle del Río Omo.

La Presa Gibe III y las plantaciones de azúcar amenazan además recintos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el valle del curso bajo del Río Omo y cerca del Lago Turkana. En junio de 2011, el Comité de la ONU para el Patrimonio de la Humanidad conminó al Gobierno etíope a paralizar inmediatamente los trabajos de construcción relacionados con la Presa, y presionó a los grupos financieros chinos que invierten en la presa a poner fin a toda ayuda financiera hasta la siguiente reunión de evaluación del Comité anual. El Gobierno etíope y el ICBC ignoraron dicha prohibición.

David Hales, anterior Presidente del Comité del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y uno de los 16 académicos que avalan el informe, declara que:

Este estudio revela importantes aspectos que deben ser tenidos en cuenta urgentemente. Ha llegado el momento de que la comunidad internacional tome conciencia del impacto que sobre la población indígena, tanto en Etiopía como en Kenia, tendrá la pérdida potencial de una irremplazable riqueza natural, y el carácter único de lugares y recintos que han sido reconocidos como parte de la herencia común de la humanidad a través de la convención del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Hay muchos “comodines” en esta saga descifrada (haciendo referencia a Juego de Tronos), pero algo es cierto, dice el autor: «La destrucción del Lago Turkana, si ocurre, será tan dramática como la destrucción del Mar de Aral, y señalará para siempre a los culpables«.

Quizá la peor carta de todas es la que está jugando Kenia, que ha destinado verdaderas fortunas a este proyecto, al margen de las inmensas consecuencias que tendrá para el Lago Turkana, en su territorio. Más aún, el Gobierno keniata ha decidido adquirir electricidad procedente de la presa Gibe, y se beneficiará de un nuevo proyecto conjunto del Banco Mundial y el Banco Africano para el Desarrollo que consiste en enlazar el sistema de transmisión keniata al de Etiopia, lo que permitirá la subasta de electricidad procedente de Gibe.

Según declaraciones del Dr.William Oweke Ojwang, Director Asistente del Instituto de Investigación Marina y Pesquera de Kenia, otro de los expertos que avalan el estudio: «El ecosistema del río Omo-lago Turkana es un regalo para nuestro patrimonio humano. La pesca en el lago Turkana tiene una inmensa importancia socioeconómica para el país y la región. Sería un suicidio para Kenia ignorar el impacto de estos proyectos en su rico ecosistema

Cierto número de organizaciones, como International Rivers, Friends of Lago Turkana, Oakland Institute, y Human Rights Watch, han llamando la atención internacional sobre el acaparamiento de tierras y agua que se está produciendo en la cuenca del Río Omo. El objetivo más inmediato es paralizar la construcción de la presa y el acaparamiento de agua hasta que exista una evaluación definitiva acerca del daño potencial del proyecto y su impacto en el Lago Turkana, además de un plan que verdaderamente asegure que el lago no sufrirá un colapso hidrológico.

Aunque Estados Unidos no esté directamente involucrado en la financiación de este tipo de proyectos, se encuentra entre los principales países donantes de Etiopía. El apoyo norteamericano para servicios esenciales (infraestructuras) ha dejado las manos libres, y llenas, al Gobierno etíope para completar la presa y la infraestructura de regadío que lleva asociada. Ha llegado el momento de que los países donantes en Occidente presionen a Etiopía para que ponga fin a los abusos contra los derechos humanos y al desarrollo de proyectos que dañen el medio ambiente a largo plazo, y favorezcan el conflicto energético.

Llamamos también la atención para que China ponga fin con su apoyo financiero en este desastre realizado por la mano del hombre. El Banco Mundial, también debería asumir su responsabilidad como inversor en esta “piscina” de producción eléctrica en la región y reconocer su parte de culpa en permitir que la Presa Gibe III se lleve a cabo. Finalmente, Kenia debería retirar su acuerdo de adquisición de energía eléctrica procedente de la presa, y trabajar conjuntamente con su país vecino en un plan de desarrollo energético sostenible que no produjera un enfrentamiento, o un conflicto local.

Etiopía está haciendo frente a grandes desafíos de cara a su desarrollo, y debería ser potenciada para crear proyectos de desarrollo que sí redujeran la pobreza. Pero si estos proyectos tienen desastrosas consecuencias tanto en los países vecinos, como en su desarrollo, entonces el diálogo tendrá que retomarse. Claramente necesitaremos a todo un pueblo para descifrar este espejismo. (Haciendo referencia al proverbio africano: “It´s take a village to raise a Child”, Se necesita a todo un Pueblo para criar un Hijo)

Lori Pottinger

(Original en Green Blog, The Huffington Post, 17-01-2013)

Imagen de International Rivers

Traducción de Yolanda Gonzalo Balmisa

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