Abril, un mes para recordar en Ruanda, la otra cara del genocidio

19/04/2012 | Opinión

Abril de 2012 es otro mes para recordar cada año el genocidio de Ruanda. El Frente Patriótico Ruandés, FPR, liderado por Paul Kagame, gobierna en Kigali. Cada año desde 1994, el presidente ruandés y su gobierno han hecho creer a los ruandeses y al público en general una narrativa de lo que ocurrió cuando, y después de que, fuera asesinado el antiguo presidente Juvenal Habyarimana, el 6 de abril de 1994. Jean de Dieu Tulikumana, en el siguiente artículo, que inicialmente apareció en francés en un boletín de noticias del FDU-Inkingi, un partido político ruandés de la oposición, arrojó una nueva luz sobre la tragedia que experimentó Ruanda hace 18 años. En la víspera del 18 aniversario del genocidio de Ruanda, quien mejor que uno de los testigos de la tragedia en sus momentos más atroces para contar los horrores sufridos por la población hutu, durante mucho tiempo considerada colectivamente como ejecutores de los tutsis, por una determinada audiencia.

Así es que dejemos que lo explique el teniente Ruzibiza, oficial tutsi del Ejército Patriótico Ruandés, APR, en el poder desde julio de 1994, en Ruanda, que valientemente escribió sobre los asesinatos masivos y generalizados que sin dudarlo califica de genocidio contra los hutu, cometidos por sus compañeros tutsi del FPR, antes, durante y después del genocidio de los tutsi.

Aprovechamos esta oportunidad para rendir tributo a su tenacidad y su sentido del deber. Que Dios bendiga su alma. [En 2010, murió en Oslo, Noruega, donde se había exiliado después de denunciar los crímenes del FPR].

Aquí va unos extractos de su libro “Rwanda: la historia secreta”, publicado en 2005 por Ediciones Panamá:

“En Ndera así como en Masaka, cuando habíamos acabado de apilar los cuerpos, preparados para la incineración, el teniente coronel Jackson Rwahama y el teniente coronel Kareke Karenzi enviaban camiones llenos de barriles de gasolina de la gasolinera del ejército de Kacyiru o la gasolinera de Kabuye, cerca de los antiguos tanques de la compañía Petrorwanda. Esto ocurría dos veces por semana. Utilizando excavadoras, tirábamos las cenizas en lugares remotos, a menudo en el río Nyabarongo. En los cinco primeros meses, es decir hasta diciembre de 1994, calculo que más de 50.000 personas fueron asesinadas sólo en Masaka, sin añadir la cifra de los asesinados en Kami y Ndera.

Antes de concluir este capítulo, me gustaría ofrecer una lista de los principales responsables de esas masacres. En lo más alto de la jerarquía estaba en coronel Kayumba Nyamwasa que obedecía órdenes directas del Comandante General Paul Kagame.

Después están:

– El teniente coronel Karake Karenzi

– El teniente coronel Jackson Rwahama Mutabazi, Asistente del Departamento de Inteligencia Militar.

– El mayor Steven Balinda

– El teniente Joseph Nzabamwita

– El teniente Francis Mutangana

– El capitán Geoffrey Shema

– El teniente Richard Isoke (fue asesinado)

– El sargento John Cassius

– El sargento Tharcisse Idahemuka

– El sargento Augustine Hodari

– El sargento Jerome Mukunzi

– El sargento Inocent Gasana, que representaba a la Guardia Republicana.

El resto consistía en soldados comunes que actuaban bajo las órdenes de sus líderes. No olvidaré mencionar el hecho de que los soldados que estaban en Masaka, dos unidades con más de 250 hombres, eran todos del grupo étnico tutsi, y estaban encargados solo de matar e incinerar cuerpos, tanto en el lugar del asesinato como en el parque nacional de Akagera. Ha habido otros lugares de matanzas: Gabiro Rwinkwayu y Nasho en la zona de Byumba, Kidaho y Nkumba en Ruhengeri. Era fácil capturar y matar a hutus en grandes números porque los soldados del APR estaban esparcidos por todos los municipios del país.

No olvidaré recordar que muchas municipalidades eran dirigidas por el ejército, llamados abakada (cuadros). Había por cada grupo 10 soldados, un soldado de Inteligencia y un soldado actuando como comisario político. Los oficiales de inteligencia del batallón ordenaban arrestos de personas para ser asesinadas, de acuerdo y ayudados por los comisarios políticos. Recibían órdenes del Departamento de Inteligencia Militar y del G5.

Siempre que había un destacamento o compañía de 100 soldados o así, se las ingeniaban para encontrar una casa grande que convertían en mazmorra. Si por ejemplo la [improvisada] prisión se encontraba en un lugar poco visible, todos los prisioneros eran asesinados durante la noche. Pero cuando la llamada prisión estaba en un lugar que, cuando se producían asesinatos durante la noche, había peligro de que se expandieran las noticias sobre ellos al día siguiente, procedíamos de otra forma. Esperábamos hasta que la prisión informal estaba llena, entonces poníamos el pretexto de que algunos de los prisioneros debían ser transferidos a las oficinas de la municipalidad o a otras prisiones, y todos los prisioneros trasferidos eran asesinados antes de llegar al destino.

Estas masacres continuaron hasta principios de 1995.

La gendarmería, incluso si estaba actuando como fuerza policial, consistía sólo en soldados del ejército bien seleccionados. Pasó a llamarse “Policía nacional”, pero estaba dirigido solo por el ejército. Lo que quiero demostrar es que el pequeño tamaño de la policía en aquel tiempo no constituía un obstáculo para arrestar, hacer desaparecer o matar a miles de personas. La presencia de Kayumba Nyamwasa a la cabeza de la gendarmería cometió más asesinatos expeditivos en masa de población civil que el ejército.

Al establecer la nueva estructura de la gendarmería, se seleccionó a los verdugos más notorios por competencia y desempeño rápido del trabajo sucio. No todos ellos pertenecieron a la unidad al mismo tiempo. Los siguientes soldados líderes continuaron sobresaliendo en las masacres de civiles inocentes hutu.

– Coronel Kayumba Nyamwasa

– Teniente coronel John Bagada

– Mayor Sekamana Damascene

– Capitan Dan Munyuza

– Capitan John Zigira

– Capitan Gacinya Rugumya

– Capitan Augustine Macumu

– Teniente Celestin Kayitankore

– Teniente John Karangwa, etc.

Todos estos oficiales del ejército y muchos otros han derramado sangre de civiles inocentes en un número que no puedo ni calcular de alto que es.

Si me refiero al concepto de genocidio que he dado más arriba, utilizaré este mismo término para describir lo que los tutsis y hutus han sufrido. Por lo que he explicado en la sección de planificación de las masacres sistemáticas de hutus o su preparación, la puesta en marcha de las estructuras de supervisión para su implementación y el encubrimiento de posibles pruebas comprometedoras, puedo confirmar que esto fue un genocidio”.

No podemos puntuar este doloroso capítulo sin mencionar el consejo de la señora Maryline Hermans, que escribió un estudio esclarecedor sobre las masacres cometidas por el FPR.Inkotanyi entre abril y agosto de 1997, en la ciudad de Ngenda, en Bugesera. Ella entonces era estudiante de doctorado en criminología, en la universidad de Rotterdam:

“Nunca olviden a sus víctimas, ellos eran sus hijos, primos, padres, maridos o mujeres, amigos, vecinos, compañeros de clase o compañeros de equipo, grupo o simplemente de su generación. Deben ser recordados en las reuniones espirituales si son creyentes. Un día su voz demandará justicia y estamos seguros de que sus asesinos serán llevados ante un tribunal, antes de ser responsables de sus actos ante el Creador.

Sufrieron todo tipo de atrocidades: fueron quemados, violados, asesinados con herramientas laboriosas, (como “agufini”, machetes, etc). Por favor, no piensen en venganza haciendo lo mismo que sus asesinos, ya que sólo las mentes débiles imitan lo que ven. En lugar de eso, clamen justicia, será la única forma [loable] de honrar su memoria.

No pierdan el coraje si esta justicia tarda en llegar. Los retrasos, de hecho, son parte del proceso de la acción humana. Mientras esperan a que se haga justicia, eviten el rechazo, la rebelión, el odio, la venganza, la ira y la indignación, ya que todo esto no proporciona ni fuerza ni alegría de vivir”.

Jean de Dieu Tulikumana

Publicado en el blog The Rising Continent, el 18 de abril de 2012.

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