No fue una ceremonia cualquiera. El aniversario de la “Católica” fue un signo de paz y reconciliación. Hace 20 años, con las heridas de la guerra civil todavía por curar y fuertes desconfianzas, Joaquín Chissano, entonces presidente de Mozambique, y Afonso Dhlakama, líder de la oposición, inauguraron la Universidad Católica, primera institución privada de enseñanza superior fuera de Maputo, la capital del país.
Apenas habían transcurrido tres años después del fin de la guerra civil cuando, en 1994, el país realizó unas elecciones desgarradoras, con unos resultados que RENAMO, oficialmente el segundo partido más votado, nunca aceptó. Actualmente Joaquim Chissano ya no es presidente de la república, pero fue en este ambiente de amenaza de guerra que volvió a encontrarse, el 14 de septiembre, con Afonso Dhlakama, en el mismo lugar en el que en 1995 los dos se unieron para dar su apoyo a este proyecto de fuente de conocimiento.
La imagen de Afonso Dhlakama, general de RENAMO durante la guerra civil, sentado en una sala al lado de Daviz Simango, Helena Taipo, Joaquín Chissano, académicos y religiosos, es extraña. No es todos los días, en décadas, que se ve al líder de la RENAMO en acontecimientos públicos, en los que él mismo no es el protagonista. La imagen común de Dhlakama es la de un hombre de comicios, de reuniones con guerrilleros desmovilizados de RENAMO, y de discursos con las flechas siempre dirigidas contra FRELIMO, partido en el gobierno ininterrumpidamente desde el fin de la guerra civil.
En su discurso, Dhlakama hizo hincapié en el hecho de que él contribuyó mucho para el establecimiento de la paz, y que ahora quiere negociar cosas concretas.
Acompañado por cinco diputados de RENAMO, incluyendo a la portavoz y cabeza de su grupo parlamentario, y del secretario general de su partido, Afonso Dhlakama se abstuvo de llevar consigo a sus “comandos” (guardia de protección personal) de boinas negras y uniforme verde, y fue a la Universidad Católica de Mozambique, en una de sus raras apariciones en acontecimientos públicos.
Según el programa, el líder de RENAMO tenía que abordar el tema de la expansión de la enseñanza superior, pero una vez en el podio se “resbaló” y habló más bien de la paz, para bien o para mal, su tema favorito. Y comenzó recordando que desde 1992, fin de la guerra civil, ha contribuido mucho para la paz. “Eso lo puede confirmar el presidente más anciano, Chissano. Recuerdo muy bien que yo iba a su gabinete, que está muy cerca de mi residencia, en el barrio de Sommerchield. Podíamos conversar sólos desde las nueve de la mañana hasta las cinco de la tarde. Y conseguimos lo que conseguimos”, dijo en su intervención, interrumpida varias veces por los aplausos
En sus respectivos discursos, ambos, Joaquím Chissano y Afonso Dhlakama, subrayaron la importancia de una educación superior de calidad. Chissano habló sobre la legalización de la institución de enseñanza superior, mientras que Dhlakama disertó sobre los desafíos y el acceso a la formación universitaria.
El antiguo presidente de la República desafió a la UCM y a todas las instituciones de enseñanza superior a dedicar parte de sus actividades a la promoción de la reconciliación y a la formación de cuadros capaces de gestionar los conflictos y de saber convivir con las diferencias políticas
Joaquim Chissano quiere que las escuelas hagan más que dar clases y organizar seminarios. “Es importante abrir las puertas de la UCM para que, en el contexto de los trabajos de extensión universitaria en el seno de las comunidades locales, pueda interaccionar con la sociedad, difundiendo sus ideales de reconciliación, paz y desarrollo”, dijo Chissano.
Según Chissano, es necesario que las universidades estén preparadas para enfrentar el déficit de cuadros, sobre todo en el área de recursos minerales. “Mozambique tiene que formar cuadros altamente competentes, e profesionalmente capaces de ofrecer la contribución esperada en el desarrollo del país. Hay falta de experiencia y de sentido práctico en las personas formadas de manera que puedan tener iniciativas propias para utilizar sus conocimientos no sólo para su propia sobrevivencia, sino también para el desarrollo de sus comunidades”, comentó Chissano, desafiando a las universidades a mejorar la situación.
Fuente: O País online Traducido por Jesús Zubiría