El ingeniero Abdoulaye Touré, ganador del Gran Premio del Presidente de la República para la Invención y la Innovación en 1998, fue condecorado con el grado de Caballero de la Orden Nacional del León el 12 de noviembre de 2016 y durante la Cop22, en Marrakech, recibió otra distinción por su aporte a la disminución de la degradación de los ecosistemas y a la preservación de la salud de las mujeres del mundo rural. Este senegalés perfeccionó un sistema de esterilización del agua en 1972 y más tarde una cocina solar. A este invento le siguió un horno solar en 1990, una bomba solar en 1998, un farol solar en 2013 y un kit solar.
El profesor Abdoulaye Touré no se resigna ante una epidemia. Entre los años 1973 y 1974, las aldeas ubicadas a lo largo del río Senegal, en la actual región de Matam, habían vivido episodios de diarrea vinculados a la insalubridad del agua. Basándose en sus lecciones de física enseñadas en clases de 4° grado, el oriundo de Mékhé diseña, para sorpresa de todos, un mecanismo de esterilización del agua en medios rurales. “Ustedes saben que el negro atrae el calor. Los rayos del sol son captados a través de un cristal, la superficie negra transforma estos rayos en calor. Esta es atrapada bajo el efecto invernadero. Es con este calor de 70° que logramos tener agua potable”, cuenta el antiguo director de la escuela elemental Sinthiou Garba. Entonces se puso a trabajar. Y al cabo de algunos años, sacó una cocina, luego un horno, ambos alimentados con energía solar. Estos inventos eran regalos del cielo en estas zonas silvopastorales a mediados de 1993. Las mujeres se apropiarían del invento con la ayuda de la cooperación suiza. El éxito del horno atraviesa rápidamente las fronteras de Senegal. Será probado en Burkina Faso. Durante estos años, el profesor salió del anonimato gracias a los artículos publicados en “Le Soleil”. “Si soy conocido en Senegal y en el mundo, es gracias a “Le Soleil” que hizo los primeros reportajes sobre mis inventos”, reconocía Abdoulaye Touré quien mostró su agradecimiento a la ASPIT (Agencia Senegalesa para la Propiedad Industrial y la Innovación Tecnológica).
Los beneficios ecológicos de un horno
Es durante este periodo que deja Fouta por la capital. El profesor había venido a preparar una nueva carrera. De regreso en Dakar, se desempeñará como director en la escuela Bara Guève de Yarakh Hann. De igual forma se consagra a una de sus pasiones: la creación. El Fondo Mundial para el Medioambiente (FEM) que reconoció los efectos ecológicos de sus trabajos apoyó sus obras. El tiempo de cocción de un kilogramo de alimentos es de 2 horas y 30 minutos a 3 horas. “El “horno” capta los rayos solares para transformarlos en calor. Se trata de concentrar los rayos en la caja de aluminio, el quemador ubicado en otra caja más grande y aislado con elementos secos, como cáscaras de madera, para que la envoltura externa no se caliente”, explica el creador.
Un farol y una bomba solares made in Senegal
Un doble procedimiento de captación. Una tapa de doble cristal puesta encima del quemador capta los rayos. Es la primera etapa. En una segunda fase, un reflector, un panel cubierto de papel plateado, encierra el calor, aumentando así la temperatura del horno. “El horno solar no tiene ningún impacto negativo en el medioambiente. Explota la energía solar y no necesita leña, carbón o electricidad. Por lo tanto, contribuye a la disminución de la deforestación”, señala Abdoulaye Touré.
El ingeniero electromecánico es conocido por su obsesión de querer sacar a los hogares del mundo rural de la precariedad y de las tinieblas. Ha fabricado, desde 2013, un farol solar que se enciende al atardecer y se apaga al amanecer. No queriendo limitarse al alumbrado público, Abdoulayé Touré fabrica entonces un kit solar que regula la equidad en términos de acceso a la energía. El autor no se hace ilusiones, será necesario tiempo para que el Estado provea energía en todas partes y para todos. “La producción y el transporte de energía son caros. El Estado no tiene los medios de conectar a todas las aldeas”.
Luego de estos inventos orientados hacia la explotación de la energía solar, el ingeniero elaboró una bomba solar de una capacidad media de 2m3/h. “La bomba, ajustable según las necesidades y la profundidad de los pozos tradicionales, es alimentada por un generador eléctrico solar instalado en una carreta. Esto permite evitar los robos de paneles y accesorios solares. No podemos tener una agricultura moderna sin un manejo de las tecnologías de movilización del agua”, defiende el profesor.
Una serie de distinciones
La bomba solar de Abdoulaye Touré ganó el primer Gran Premio del Presidente de la República para la Invención y la Innovación en 1998 y el Premio del Centro Internacional para la Creación de la Empresa en África en 1999. El inventor fue también premiado en la Tecno-feria en Tambacounda en 2001. Su proyecto “Iniciativas climáticas” es apoyado por la cooperación suiza, el Instituto de la Francofonía para el Desarrollo Sostenible, el programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el proyecto Dinika de la Unión Europea.
Idrissa SANE
Le Soleil
[Traducción, Jeimy Henríquez Cáceres]
[Fundación Sur]