El relato “A mis hermanos de la calle” se presenta como una carta escrita por Seydou Nourou Mbodji y dirigida a los niños de las calles, a los padres y a los profesores. Este libro debería en nuestra humilde opinión ser leído con interés por los jóvenes de África e incluso del resto del mundo aunque se puede deplorar el hecho de que estos jóvenes de África y por otra parte, verdaderos destinatarios de este escrito, no tendrán muchas oportunidades de leer este texto debido a las dificultades en la difusión y del analfabetismo de una buena parte de esta juventud africana. Esta es la razón por la que es raro encontrar en la literatura africana un libro escrito por un joven para los lectores de su generación con la intención de llamar su atención sobre lo cotidiano.
“A mis hermanos de la calle” es un grito de cólera que desafía a los padres y sobre todo a los profesores. No es un libro que opone tradición y modernidad en África, tema anticuado, es, más bien, un libro que desmitifica los prejuicios sobre la ciudad en África y expone de froma cruda los males del éxodo rural y sus consecuencias sobre la educación y el futuro de los jóvenes en África. Y con todo, algún tiempo antes de dejar su pueblo nativo, el protagonista, el joven Mor, había anunciado a sus amigos con alegría su salida para Dakar, la capital senegalesa.
No se trata del viejo debate entre la ciudad y el campo, sino, más bien, de los perjuicios del desarraigo de los jóvenes, a quienes se tienta con la parafernalia de la ciudad, y sus consecuencias desastrosas. Debido al subdesarrollo y a las dictaduras establecidas en África y mantenidas, los pueblos no tienen no estructuras y no son ya viables para llevar una digna existencia. En este contexto, la ciudad ejerce un atractivo sobre los jóvenes y causa su éxodo. Este último fenómeno genera por otra parte otros problemas para la ciudad, en particular, verdaderas plagas sociales: prostitución, violencia, criminalidad, enfermedades, etc. Entonces el sueño de un joven se convierte en una pesadilla: “La frase cayó. Se me condena a quince años de prisión por varios cargos, incluido el asesinato” página 91. Así pues, Mor que vivía pacíficamente en el pueblo se vuelve criminal en la ciudad.
Esta carta, que no tiene un destinatario preciso, realmente va dirigida a todos nosotros. Es un documento que abre un debate social en África sobre las cuestiones de desarrollo y el futuro de la juventud africana.
(À mes frères des rues, Seydou Nourou Mbodji. Editorial L’Harmattan. ISBN: 978-2-296-04365-7. Diciembre 2007. 96 páginas)
Seydou Nourou Mbodji
Siempre he sido un apasionado de las cartas. Comencé a escribir de verdad a los cuatro años. Y he aquí mi primera obra publicada, y otra en curso. Soy un joven senegalés de 34 años. Desde joven he sido un apasionado por la lectura. El hecho de que trabaje a menudo con los medios de comunicación fue el elemento desencadenante que me introdujo en la literatura. Mi pluma intenta describir el día a día de los jóvenes africanos y de la sociedad. ¡Que su lectura sea buena!