26/10/2011
Reuters
Dependiendo de los países que han experimentado la «primavera árabe» diferentes formas políticas de los principios del Islam están siendo instalados.
La naciente democracia en los países de la «primavera árabe» está produciendo una variedad de formas de islam político de contornos variados, sin que por el momento no podamos sacar conclusiones de las declaraciones de ciertos dirigentes sobre la chariaa o el lugar de la religión en los asuntos públicos.
Los buenos resultados del partido En Nahda en las elecciones tunecinas del domingo y la importancia acordada a la chariaa, el mismo día, por Mustafa Abdelyalil, presidente del CNT libio, ilustran el peso de los islamistas después de la caída de los regímenes autocráticos que les han oprimido durante largos años.
Estos islamistas deberían encontrar en el futuro la manera de integrar sus principios religiosos en las instituciones democráticas que podrían nacer de las revoluciones. Sin embargo numerosos términos del debate son ambiguos y ciertos, en particular la noción de chariaa (ley islámica) y que son mal comprendidos a menudo por los no-musulmanes.
El miedo de los Occidentales
Jan Michiel Otto, profesor neerlandés de derecho habiendo dirigido un estudio sobre la aplicación de la chariaa en 12 paises musulmanes, subraya que el islam político recubre una gran diversidad de planteamientos.
“Cuando se introduce la chariaa, no se sabe lo que puede salir”, dice este profesor de la Universidad de Leyde, responsable de la edición Sharia Incorprated. Su estudio demuestra que, contrariamente a lo que piensan la mayoría de los observadores occidentales, más islam no significa necesariamente menos libertad., de la Universidad Selçuk de Koya, afirma por su lado que la chariaano es una definición jurídica precisa y que no se limita solamente a los castigos corporales infligidos en Arabia saudita y en Iran. “Es una versión de la chariaa que ha sido fetichizada”, dice este sociólogo. Numerosos países árabes disponen a la vez de una constitución que proclama el islam religión oficial fundando la ley sobre la chariaa, pero al mismo tiempo con códigos civiles y penales inspirados de los modelos occidentales.
Le sociologue turc Yasin Aktay, de l’université Selçuk à Konya, affirme pour sa part que la charia n’a pas de définition juridique précise et qu’elle ne se limite pas aux châtiments corporels infligés en Arabie saoudite et en Iran. «C’est une version fétichisée de la charia», dit-il. De nombreux pays arabes disposent à la fois d’une constitution proclamant l’islam religion officielle et fondant la loi sur la charia, et des codes civil et pénal inspirés par les modèles occidentaux.
Los dirigentes turcos inspirados por Ghannuchi
Fuera de Arabia saudita, que conoce solamente la ley islámica, los países del mundo arabo-musulmán aplican una mezcla compleja de derecho religioso y civil. La chariaa puede ser aplicada de manera bastante simbólica en un país, moderada en otro y estricta en el tercero.
A En Nahda, que ha llegado en cabeza de las elecciones para la asamblea constituyente en Túnez, le tocará ser el primer partido islamista de la “primavera árabe” a tener que precisar la naturaleza de las relaciones que le conviene establecer entre el derecho y la religión.
Dice respetar los principiosdemocráticos y los derechos humanos. Ha espresado también el deseo de colaborar con los partidos laicos para redactar la futura Constitución de Túnez. Su líder, Rachid ghannuchi, preconiza un islamismo moderado a imagen del que aplica EL Partido de la Justicia y del desarrollo (AKP), que está en el poder en Turquía.
La Constitución tunecina que está llamada a ser reemplazada declara el islam religión oficial pero no hace ninguna referencia a la chariaa en cuanto fundamento del sistema jurídico. Dada la fuerte tradición laica del país, En Nahda arriesga con enfrentarse a una viva oposición si intenta imponer la chariaa como fuente de inspiración de la ley.
Yasin Aktay recuerda que los escritos de los años 80 de Rachid Ghannuchi han contribuido para influenciar los islamistas turcos y hacerles entrar en el juego democrático. Ahora, el éxito del AKP sirve de modelo al jefe de fila de los islamistas tunecinos.
Según ciertas personas cercanas, Rachid Ghannuchi no se opone a la llegada de una mujer o de un no-musulman a la cabeza del Estado porque para él la ciudadanía prima sobre la religión.
“Los salafistas, los wahhabistas, et incluso ciertos Hermanos musulmanes no les gusta esta persona y algunos podrían incluso llegar a llamarle « kafir » (apóstata)», dice un amigo egipcio de los años de exilio en Londres bajo el sello del anonimato.
Este último afirma que Rachid Ghannuchi es el autor de las mejores críticas del wahhabismo, una forma estricta del islam sunnita aplicada en Arabia saudita, lo cual le ha acarreado de no ser más invitado a la Janadiriyya, un coloquio anual de intelectuales organizado por los Saudíes.
Divisiones en Egipto
Mohsen el Auayi, un intelectual saudí que debate regularmente con Rachid Ghannuchi, recuerda que las autoridades saudíes le rechazaron la entrada en el país cuando iba para la peregrinación de La Meca.
En Egipto, donde las elecciones legislativas tendrán lugar por etapas a partir de finales de Noviembre, el islam es religión de Estado y es, constitucionalmente hablando, la fuente principal del derecho.
Los Hermanos musulmanes son los favoritos del escrutinio. Pero no han conseguido reagrupar el conjunto del movimiento islamista dentro de su Alianza democrática, movimientos más o menos radicales habiendo hecho secesión.
“No creo que los Hermanos musulmanes obtengan más de 25% de los palcos, lo cual representa un bloque importante pero no la mayoría”, predice Hasan Abu Taleb, del Centro el Ahram para los estudios políticos y estratégicos.
Las autoridades interinas en Egipto han dejado a varias organizaciones salafistas concurrir a las elecciones. Los salafistas, que, según Abu Taleb, podrías recoger el 10% de los sufragios, abogan por una aplicación estricta de los principios islámicos, de los cuales algunos, dicen los detractores, son incompatibles con la democracia. En Libia, el dirigente depuesto Muamar Gadafi gobernaba gracias a unos decretos que hacían referencia al islam en cuanto religión oficial y a la chariaa en cuanto fuente de inspiración de ciertas decisiones.
Incertidumbre en Siria
Ciertos dirigentes occidentales se han visto sorprendidos de oir el domingo a Mustafa Abdelyalil decir que la chariaa sería la fuente del derecho en Libia. El jefe del CNT lo había sin embargo proclamado de manera más detallada. “Nosotros deseamos un Estado de derecho, un Estado próspero y un Estado en el que la chariaa sea la fuente principal de la legislatura y esto necesita muchas cosas y condiciones”, había declarado a primeros de septiembre, añadiendo que “la ideología extremista” no sería tolerada. El lugar de la chariaa en la legislación libia no será determinada sino una vez quela nueva Constitución haya sido redactada y aprobada por referéndum.
Los Hermanos musulmanes de Libia son menos de un millar de miembros porque el reclutamiento era secreto y reservado a una élite en tiempos de Muamar Gadafi, dice Alamine Belhayy, miembro del CNT pero también de la hermandad islamista.
Oposición creada recientemente
Siria, donde Bachar el Asad está confrontado desde marzo a un vasto movimiento de contestación, dispone de un gobierno laico. Su Constitución menciona sin embargo el islam como fuente del derecho.
El Consejo nacional recientemente formado por los opositores se ha dotado por el momento de un secretariado general de 19 miembros, entre los cuales cuatro son miembros de los Hermanos musulmanes sirios y seis son islamistas independientes.
Todavía no ha elaborado un programa ni precisado la naturaleza del régimen que desea poner en caso de que se dé la caída de Bachar el Asad. “En Siria, la corriente islamista es moderada”, asegura Omar Idlibi, de los Comités de coordinación local.
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