El expresidente John Dramani Mahama ha ganado las elecciones presidenciales celebradas en Ghana el 7 de diciembre. Aunque los resultados definitivos aún no han sido anunciados, el domingo 8 de diciembre, el vicepresidente saliente, Mahamudu Bawumia, candidato del gobernante Nuevo Partido Patriótico (NPP), reconoció públicamente la victoria de Mahama.

Mahama, líder del Congreso Nacional Democrático (NDC), regresa al cargo más alto del Estado después de ocho años. El político ya había ocupado la presidencia entre julio de 2012 y enero de 2017, pero fue derrotado en las elecciones de 2016 y 2020 por el actual presidente saliente, Nana Akufo-Addo, quien no ha podido presentarse nuevamente tras completar dos mandatos consecutivos.

Además del triunfo en las presidenciales, el NDC lidera también en las elecciones legislativas, celebradas simultáneamente. La Comisión Electoral Independiente ha solicitado paciencia a la ciudadanía mientras finaliza el conteo de votos, destacando que la jornada electoral se desarrolló en un ambiente mayormente pacífico y ordenado, como habían anticipado los obispos ghaneses (véase Fides 4/12/2024).

La derrota del NPP se atribuye, en gran medida, a la profunda crisis económica que ha golpeado al país en los últimos años. La alta tasa de inflación, el desempleo juvenil y el descontento generalizado llevaron a los votantes a rechazar la continuidad de un gobierno que ha gobernado durante casi una década. Mahama ha prometido revitalizar la economía, aunque tendrá que afrontar el desafío del préstamo de 3.000 millones de dólares solicitado al Fondo Monetario Internacional (FMI) por el gobierno saliente para cubrir las necesidades financieras más urgentes.

Otro factor que ha influido en la decisión de los ghaneses ha sido la decepción provocada por varios escándalos de corrupción en los que se han visto implicados miembros del gobierno actual. Ghana es reconocida como una de las democracias más estables de África, donde el proceso electoral suele ser respetado. No obstante, las elecciones de 2016 y 2020 estuvieron marcadas por episodios de violencia postelectoral que dejaron víctimas mortales y heridos. Este año, aunque no se registraron incidentes graves, al menos dos personas fallecieron por disparos en el transcurso de la votación, una en la región norte del país y otra en la zona central.

Fuente: Agenzia Fides