Los Pequeños inocentes, por Nse Ramón

4/10/2011 | Bitácora africana

¿A qué se enfrenta todo aquél que quiere meter las narices donde no le llaman?. Con esa pregunta, quiero mover mis propias arenas del tiempo para situarme en esos tiempos remotos en los que yo pensaba que Obiang Nguema Mbasogo era un dios a juzgar por la propaganda que por aquellos años de candidato único se le brindaba al hombre.

Todo aquél osado que mete las narices donde no le llaman acaba dando buena cuenta de lo que se oculta, o se pretende ocultar. El gran problema con el que se encuentran los metenaricesdondenotellaman en países dictatoriales como Guinea Ecuatorial se llama «Yo no quiero saber nada, y si algo supiera, TENGO DERECHO a estar en silencio». Con eso ya os digo todo. La palabra adecuada para definir esa posición que es muy habitual en casos de abuso de poder ejercido por el Estado se llama COLABORACIONISMO. Los cuatro inútiles que practican esa cosa de «dejarse cepillar» a cambio de prestar sus privilegiadas mentes a la barbaridad brutal con el claro fin de «Vivir mejor que el resto», son en realidad los que ponen las pequeñas trabas cuando de repente algo o alguien serio empieza a escarbar el montón de basura y mierda que dejan como estela los dichosos colaboracionistas. El tema es profundo, y no lo estoy descubriendo para el mundo. Lo que hago, es escribir como LOCO una carta que quien sabe, algún día les sirva a las generaciones futuras para reducir el número de maleantes que por su colaboracionismo ayudan a que el resto viva soportando la miseria. Yo no hice ningún estudio sobre las nuevas tendencias colaboracionistas, ni falta que hace. Pero si se que es una lacra de tamaño descomunal, que alberga en su seno a varios tipejos con un cerebro aventajado y encierra entre sus muros a todos aquellos que son capaces de quedarse firmes y sin pestañear viendo como «degollan» a un prójimo… ¡El colaboracionista está incluso seguro de que hace un gran favor al degollado vilmente!

Desde Trinidad Morgadez Besari, pasando por Agustin Nze Nfumu, artistas, nueva ola de intelectuales, profesionales con «P» mayúscula, diplomáticos, empresarios e inversores, la lista es larga, toda esa gente que colabora codo a codo para que el proyecto de «ese hombre» (que nadie confunda con un esfuerzo colectivo, ya que nadie sabe qué necesita el país más que el mortal de Obiang…) llegue a su punto chic, saben que todo el esfuerzo que están realizando va en clara contra de los intereses de todo un país. ¿Y por qué en contra si se supone que prestan algo tan poderoso como unas mentes preparadas?, pues por que un colaboracionista que trabaja con una dictadura asesina y opresora sólo puede tachado de asesino intelectual, sádico, envidioso, egoísta, malo, ignorante del mandelismo, petit sátrapa, hijo de puta (de los de verdad…), ladrón, sucio, aprovechador, sin escrúpulos, cómplice de algo muy grave, intelectual orgánico con un meñique tan largo que te cagas, bicéfalo para aburrir, estúpido por los honores propios, retrogrado, fanfarrón, peliculero, tonto maquillado, muerto viviente in real politik, patético, enfermo terminal, abusador, miedica, vago, sinvergüenza, soplapoyas, lameculos y… UN/a mierda. Posiblemente estemos exagerando, posiblemente no, pero la posibilidad real de que alguien que colabora con una dictadura lleve todos estos atributos a sus espaldas, es de un 99,09% ¡Casi como la cifra del diablo de las urnas guineoecuatorianas… Más coincidencia no puede haber!.

Colaborar es ayudar a que algo avance, eso creemos, pero ¿Cómo se ayuda a alguien o a un sistema que es capaz de secuestrar y asesinar a cuatro personas sin un juicio justo y sin esperar a que los abogados recurran a la sentencia?… ¡Cómo se puede caer tan bajo colaborando con un régimen así!. Citado arriba mi «colega» Nze, le escuché comparar en una alocución al régimen norteamericano en sus políticas de llevar al paredón a los delincuentes con los asesinatos que comete su querido iluminati. Escucahrle ese día fue como tener la sensación de caminar hacia atrás (cosa no muy extraña en los colaboracionistas…), ya que nada en éste mundo justifica el asesinato, llámese ejecución o pena capital. Y si viene uno y te dice que eso es por que el señor Nze es uno de la vieja guardia, de la vieja escuela colaboracionista, de los que colaboran desde que Franco decidió otorgarnos «una democracia como las que tenían otros países a excepción de España…», si alguno me dijera eso, le recomendaría buscar cintas grabadas en una mesa redonda en donde estaban sentados 4 escritores de la llamada «la generación del colaboracionista blackgold de la nouvelle vague intelectuelle ekuató», y en donde tres de ellos de menos de 40 años no alcanzaban a responder a la sencilla pregunta de «¿Qué piensan ustedes de la pena de muerte y el echo de que se les haya asesinado así a cinco compatriotas suyos», fue brutal, y les hablo de hace un añito de nada. Nze puede purgar sus penas ahora pasando como uno que usa la cabeza, y así nos va con tipejos de esa calaña, pero ¿No creen ustedes que la nueva generación de colaboracionistas es mucho más peligrosa teniendo en cuenta que encima la mayoría de ellos sabe la importancia de exigir un derecho ya que han estado en europa pasando de listillos con grandes aspiraciones para UN MUNDO MEJOR sin opresores?. Lo dicho, los colaboracionistas son todo lo antes citado, mas… UN/as mierdas.

Ahora bien, esto puede parecer un juicio, incluso puede que nadie le de una importancia a ésta carta de LOCO que escribo hoy a la espera de que El Mulá Omar nos diga qué nuevas nos llegan de París, pero está claro que no es un juicio ni nada por el estilo. El peligro de una sociedad en régimen dictatorial reside con poder en la cantidad de personas con una capacidad de reacción intelectual hacen su agosto a costa de otros menos agraciados, y con la estupidez alejada del intelecto de que «ESTOY AYUDANDO A HACER UN PAÍS MEJOR». Y eso es a lo que se enfrenta todo aquél metelasnaricesdondenotellaman cuando quiere buscar vías claras para que la población se involucre en una causa muy justa. Si se lograse que una voz, por ejemplo la de Concha Buika, hiciese sonar un canto profundo para las almas abiertas a grandes cambios, es incluso posible que podamos alcanzar a reducir el número de colaboracionistas. Pero es como pedirle peras al olmo, ¿Verdad?. Por que ni Concha Buika está para «estupideces» como criticar a un régimen dictatorial (preferiría mil veces criticar a Fidel Castro…) como el de su ex país, como que tampoco un tipo como Nze puede ya dar marcha atrás en su ya más que demostrado besa pies a su amigo. Luego vienen los pequeños inocentes, esos que son colaboracionistas del régimen por que «mi padre es tal del gobierno, mi hermana gana su dinero en el puerto, mi primo es director de, mi abuelo es jefe de, mi tío es general, mi prima es la tercera esposa de, mi amigo es el hijo de, mi cuñado es el que decide en, mi suegro es amigo del, mi bisabuela sufrió 11 años de triste memoria… etc etc…». Todos pequeños colaboracionistas, en su gran mayoría FANG, ya que el resto de etnias sólo hacen colaboracionismo cuando se mantiene a gentuza como Sisa Torres en algún puesto, a Ebiaka Mueté como bufón, a Praxedes Rabat como «piña», y la lista es larga… Y así nos ha ido.

Y he aquí la pregunta del millón: ¿CONOCE ALGUIEN A ALGUN PEQUEÑO INOCENTE?

Nsé, de inocente nada yo, si abriese ésta boquita…

P.D: La carta no la he revisado, así que… la mayoría de errores serán fruto de mi «pasotismo». Gracias

Autor

  • Nse, Ramón

    Nse Ramón o Ramón Esono Ebalé (alias Jamón y Queso) es un artista guineoecuatoriano nacido en Nkoa-Nen Yebekuan (Mikomeseng-Kie Ntem) en 1977 y residente en Malabo desde 1982. Dibujante e ilustrador autodidacta, compagina su pasión por el dibujo y el cómic con su trabajo de grafista. Actualmente es el grafista titular del Centro Cultural de España en Malabo y como dibujante de cómics ha ganado varios premios y certámenes internacionales como el concurso "Regarde 9", en el Festival Internacional de BD de Angulema (Francia), el premio obtenido en Cocobulles, Costa de Marfil con el trabajo "Le réveil d'Akoyo". Ha expuesto en los Centros Culturales Francés y Español en Malabo y Bata, en el Feshcary (Camerún) y en diversas galerías de Europa, América y Estados Unidos. El artista ha iniciado diferentes proyectos para organismos internacionales que operan en Guinea Ecuatorial realizando carteles e ilustraciones para la campaña de la Unión Africana en fomento de la Juventud y sus Derechos de la Organización de la Unión Africana.

    Participó en ARCO2010 con dos series ácidas y corrosivas sobre las dictaduras y la corrupción

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