En África religión y magia juegan un papel preponderante y a veces se mezclan y confunden.
¿Cómo se endeudan estas personas?
Kenia ha sufrido protestas por el aumento del costo de vida. Mucha gente está en un paro de larga duración y, como último recurso, acuden a ciertos religiosos que les aseguran que obtendrán trabajo, mediante la oración que ellos harán en favor de esta persona, mediante lo que suelen llamar «ofrenda de semillas«: es decir, una contribución financiera a un líder religioso, con un resultado determinado en perspectiva. En general la oración no obtiene los frutos prometidos y la gente que ha pedido un préstamo para pagar “la ofrenda de semillas” se endeuda además de permanecer sin trabajo.
¿Cuánto dinero suelen pedir estos pastores?
La señora Okello nos dice que a ella le pidió el ministro de dicha iglesia 115 dólares, que pidió prestado y luego no pudo pagar; con los intereses acumulados ahora debe 300 dólares. Esto ha aumentado su deseo de encontrar soluciones sobrenaturales, dice, y muchos ahora están dispuestos a pagar por un milagro, incluso si tienen que pedir dinero prestado.
Al Señor Opili le pidieron que hiciera una donación todos los domingos durante tres meses y donó un total de unos 180 dólares. Cuando el empleo no se materializó comenzó a sospechar que lo habían timado.
¿De dónde viene esta práctica?
La práctica surge de lo que se conoce como el Evangelio de la Prosperidad, que predica que Dios recompensa la fe con riqueza y salud. Se anima a los creyentes a mostrar su fe dando dinero, que, según se afirma, Dios les devolverá muchas veces. El Evangelio de la Prosperidad tiene sus raíces en los Estados Unidos.
¿Se dan estas prácticas en otros países además de Kenia?
No es sólo en Kenia donde la gente se endeuda con la esperanza de un milagro. Una mujer que solía asistir a una iglesia nigeriana en Estados Unidos dice que ella y su marido tuvieron obligaciones financieras abrumadoras, incluida la expectativa de hacer ofrendas o «sembrar semillas».
Entonces, ¿por qué otros permanecen en esas iglesias?
Jörg Haustein, profesor asociado de Cristianismo Mundial en la Universidad de Cambridge, señala que es posible entender por qué la gente sigue dando cuando las promesas no están dando sus frutos. Para las clases medias el Evangelio de la Prosperidad ofrece «un aire de éxito económico que la gente encuentra atractivo«. Pero también puede resultar atractivo para quienes viven en la pobreza, afirma:
«Una iglesia que dice: ‘Sabemos que estás sufriendo y tenemos una solución práctica y alcanzable para ti tiene igualmente algún atractivo”
De vuelta en Kenia, la Señora Okello dice que la experiencia no le ha hecho abandonar su fe. «Yo no diría que la iglesia es mala. La iglesia es buena. Son los pastores los que están haciendo mal. Ellos son los que están pidiendo dinero«.
Bartolomé Burgos
CIDAF-UCM