En Burkina, Mali, Níger… Hay alrededor de 9.000 establecimientos cerrados, con un millón setecientos mil niños abandonados…
¿Tan grave es la situación?
En cuatro años, el número de escuelas que cierran sus puertas se ha multiplicado por cuatro. La primera amenaza puede adoptar la forma de un simple grafiti, firmado por un grupo yihadista, que se descubre una mañana en las paredes de la escuela del pueblo. “Después de este aviso, quien lo ignore puede ser asesinado”. Los maestros están aterrados y los alumnos se escapan o, si permanecen, son incapaces de concentrarse. Entre 2020 y 2021, en Mali, en Burkina Faso y en Níger, cerca de 1.000 escuelas están en riesgo de ataques. Los edificios son incendiados los enseñantes sufren violencia son raptados o asesinados. Ocho enseñantes han sido asesinados en Burkina Faso desde septiembre de 2022.
¿No puede el gobierno impedir estos ataques?
Grandes zonas del país están bajo el control de grupos armados. El total de escuelas cerradas, en enero de 2023, era un 24%, es decir que más de un millón de niños se han visto afectados; es una generación de futuros reclutados que está aquí en germen.
¿Por qué atacan los yihadistas a las escuelas?
Debido a que es a menudo el único edificio del pueblo que encarna la presencia del Estado y, sobre todo, porque las escuelas encarnan los valores contra los que luchan los yihadistas. Por eso la escuela constituye uno de los objetivos privilegiados de la yihad. En una región donde el Grupo de Apoyo al Islam, a los Musulmanes y al Estado Islámico en el Gran Sahara ganan terreno cada día, cerca de 9.000 escuelas están cerradas. La situación es particularmente preocupante en Burkina Faso, con consecuencias desastrosas, ya que el abandono de la escuela, aunque sea temporalmente, es devastador. Se establece un círculo vicioso: al privar a millones de escolares del acceso a la educación, los grupos armados los privan de la posibilidad de forjarse un futuro. Menos preparada para acceder a empleos estables y cualificados, es una generación de futuros reclutas la que se está gestando aquí.
¿Qué otros países, además de Burkina se ven afectados?
El fenómeno es tanto más preocupante cuanto que empeora y se extiende a las regiones del norte de los países del Golfo de Guinea, que están experimentando hoy los primeros signos de una dinámica de conflicto similar a la observada en Burkina Faso desde 2017. Aumentan los ataques contra el ejército regular y las escuelas. En Benín, por ejemplo, un profesor fue asesinado el 1 de enero de 2023 y unos meses antes, en septiembre, dos escuelas fueron quemadas en la misma zona.
Bartolomé Burgos
CIDAF-UCM