Mujer y renacimiento del Chad, por Paquita Reche, mnsda

14/09/2011 | Bitácora africana

“Quiero hacer de las mujeres el tesoro del renacimiento del Chad, en ese sentido: que ellas ocupen un lugar importante en mi proyecto de sociedad, ellas constituyen el principal eslabón de ese proyecto”, así hablaba Idriss Deby, el día 8 de agosto de 2011 el día de su investidura, para un nuevo mandato de cinco años, como Presidente de la República.

Para este nuevo mandato Idriss Deby, dice tener un proyecto político social ambicioso para luchar contra la pobreza y paliar las numerosas carencias del Chad: en educación, sanidad, infraestructuras, igualdad de género… Los jóvenes y las mujeres serían prioridades de este proyecto y ellos podrían jugar un papel importante en su realización. En este larga camino que hay que recorrer para acercarse a los Objetivos del Milenio, el presidente reconoce de modo especial el papel que las mujeres juegan en la lucha contra la pobreza. “Principal eslabón de ese proyecto”, dice de ellas. Una bella metáfora rica de sentido. ¿El eslabón no es algo que une, refuerza y da continuidad?

Me alegré al leer estas palabras.

Más de una vez he confesado mi fe en el dinamismo de la juventud de África y en la fuerza de sus mujeres. Si nada de lo que pasa en el mundo me es indiferente, me intereso de modo especial por lo que se vive África, en los cambios sociales que se operan, siempre con un ojo puesto en el papel positivo que en ellos juegan las mujeres. No, Deby no se equivoca depositando en ellas su confianza. La mujer que más cerca tiene, su esposa, lo está demostrando cada día. Por ello, Hinda Deby Itno, ha sido reconocida con el premio Mejor Primera Dama del año 2011, otorgado por la revista «L’Essentiel des Relations Internationales». Un premio bien merecido por su trabajo para mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos, especialmente los niños y las mujeres.

Releyendo las palabras del presidente, sobre el papel que juegan las mujeres, recordé a algunas mujeres chadianas a las que he tenido la suerte de “encontrar” y a las que he podido “acercarme”. No por haber tenido contacto directo con ellas, sino por lo que he podido leer o lo que me han contado compañeras que vivieron muchos años en Chad y estuvieron marcadas por mujeres que encontraron allí. Quisiera consagrarles unas líneas.

Entre muchos ejemplos, de mujeres de Chad, de los que se podría hablar, retengo dos: el de una humilde comadrona rural y el de una ginecóloga que lleva muchos años luchando por reducir la mortalidad materna.

Encontré a la Doctora Kodindo, buscando documentación para un artículo sobre la salud materna. Kolindo es ginecóloga experta en la organización de servicios de salud reproductiva, y en la mejora de los servicios obstétricos de emergencia. Lleva muchos años luchando por reducir la mortalidad materna, primero en su país y actualmente en otros países africanos, como consultora de RAISE, que es un organismo de información y servicios para poder acceder a la salud reproductiva, durante emergencias, que está presente en varios lugares de África, entre los que se encuentran Darfur, Sudán del Sur, el norte de de Uganda y la República Democrática del Congo.

De Rosalie, me habló hace años una compañera. En varias ocasiones, Gloria Sedes ha contado la historia de la comadrona rural que ella formó. Esa mujer, “cuyas manos callosas de haber empuñado siempre la azada, se convirtieron en manos expertas de partera”. “La mujer que, abandonada por su marido por no tener hijos, supo convertirse en madre de una multitud”. “La mujer que, en un momento crucial de la guerra, cuando la gente tuvo que adentrarse en los campos para huir de la violencia y los pillajes, llevándose lo más precioso que tenía, dejó la radio que acababa de comprar, para llevarse el hatillo de partera que había recibido en el Centro de Salud para seguir ayudando a sus hermanas”.

En el trabajo de cada día, en la lucha por la supervivencia millones de mujeres luchan en Chad por la supervivencia y mejorar las condiciones de vida de sus familias. Miles colaboran desde la sanidad o la enseñanza para ayudar a desarrollar el país. Una minoría lo hace desde instituciones o puestos de poder. Podrían hacer mucho más si se les diera los mismos derechos y las mismas oportunidades de formación. Podrían ser ese “eslabón importante en el renacimiento de Chad”.

Las luchas por el poder y los conflictos recurrentes han causado durante muchos años inseguridad y pobreza. Han entorpeciendo o paralizando muchas veces la reconstrucción del país. El Chad tiene suficientes recursos con la producción de petróleo, estimada en 20.000 barriles por día, para poder salir de la lista de los países más pobres del mundo, si se afectara la parte necesaria de esos recursos a reducir la pobreza y si aprovechara el dinamismo y la gran fuerza de sus mujeres. Ellas pueden ser un eslabón imprescindible e importante para los cambios sociales que Chad necesita y que todos esperan.

Autor

  • Nació en Chirivel (Almería). Estudió Magisterio en Almería, Licenciaturas de Pedagogía y de Filosofía, en la Complutense de Madrid.

    Llegó por primera vez a Africa en 1958 (a Argelia): después estuvo en Ruanda, Guinea Ecuatorial y desde el 1975 en Burkina Faso.

    En África trabajó como profesora en el Instituto Catequético Lumen Vitae de Butare, Profesora de enseñanza secundaria de español y filosofía; Universidad Popular (filosofia). También ha colaborado con Asociaciones de mujeres y con niños de la calle en Burkina Faso.

    Está en España desde 2004, actualmente, en Logroño. Colabora con la revista de los misioneros de África "Africana", Los Comités de Solidaridad con África Negra y con Rioja Acoge.

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