Serie Grandes Mujeres Africanas: Josée Ngalula: una teóloga africana, por Bartolomé Burgos

27/06/2024 | Crónicas y reportajes

Josée Ngalula, Es una teóloga congoleña, nacida el 28 de enero de 1960 en Kinshasa.

Educción y vocación religiosa

Asistió a la escuela primaria en Kinshasa, antes de pasar a la escuela secundaria Kimwenza de Kinshasa. Ingresó en la Congregación de las Hermanas de San Andrés, donde emitió sus primeros votos en 1979 y los votos perpetuos el 21 de mayo de 1989 en la Universidad Católica de Lyon en Francia, donde cursaba estudios. Después de un año de estudios de inglés de 1989 a 1990, estudió Ecumenismo y Diálogo Interreligioso en Birmingham, Reino Unido. De 1997 a 2000, se matriculó para realizar un doctorado en la Universidad Católica de Lyon; defendió su tesis en dicha Universidad. Actualmente es profesora de teología dogmática en las instituciones teológicas de Kinshasa, República Democrática del Congo. Se la considera una de las más grandes teólogas africanas. Su teología se basa en el amor de Dios y en el amor al prójimo, a quien Dios ama. En enero de 20021 el periódico francés La Croix la presentó como una de las diez mujeres que han marcado a la Iglesia en África, en los años anteriores.

Nombrada por el Papa Francisco, a la Comisión Teológica Internacional o CTI, el 29 de septiembre de 2021, se convierte en la primera mujer africana en integrar esta comisión pontificia, que se ocupa de cuestiones teológicas de gran importancia. Dicha Comisión está compuesta por 28 miembros que incluye teólogos de Europa, América del Sur, Asia, África, América del Norte y Australia; estudia y ofrece asesoramiento sobre cuestiones doctrinales de gran calado.

Ocupaciones

Sor Ngalula enseña en varios institutos teológicos del continente africano. Es profesora de la Facultad de Teología de la Universidad Católica del Congo y también del Instituto Ecuménico Al Mowafaqa en Rabat, Marruecos. La hermana Josée es muy sensible a las situaciones de sufrimiento. Para ella, la teología cristiana no es indiferente a la violencia que vive el continente africano y su país, la República Democrática del Congo. «La realidad de la violencia está en el centro del mensaje del cristianismo, que celebra el Viernes Santo y sitúa a Jesucristo, víctima de la violencia, en el centro de la fe«, afirma. “No se puede hacer teología sin ver a Cristo que nos desafía en situaciones de sufrimiento”.

Desde 2004, también se ocupa de las víctimas de abusos en las estructuras de la Iglesia católica.

La hermana Ngalula mantiene vivo su interés por la investigación, con especial atención a una variedad de temas de carácter ético: Ética Bíblica, Ética ambiental/ecológica, Ética Feminista, Globalización, Derechos humanos, Teologías de la Liberación, No violencia, Teologías poscoloniales, Guerra, paz y consolidación de la paz, Eclesiología y liderazgo de la iglesia. Teologías de la inculturación y Teología Sistemática.

Publicaciones recientes

  • Alphonse Ngindu Mushete y su contribución a la teología fundamental. Baobab,
  • «Combatir el clericalismo y el patriarcado como instrumentos de abuso en la Iglesia y la sociedad», en: Lawrance Daka y Beatrice Mumbi Gikonyo (eds),
  • Promoción de una cultura coherente de salvaguardia en la Iglesia y la sociedad. Perspectivas desde África. Jesuitas, 2021, p. 19-2
  • «Los dinamismos que llevan la expresión “Religiones (tradicionales) africanas”, en Cuadernos de religiones africanas. Nueva serie. Volumen 1, n.º 1 (abril de 2020), págs. 9-3
  • Atrévete a defenderlos en su vulnerabilidad. Manual para la promoción de políticas de protección y prevención de la violencia sexual contra la niñez y otras categorías vulnerables. Kinshasa, MediaSpaul,
  • «Violencia contra las mujeres: algunas lecciones de la situación en la República Democrática del Congo«, en Boletín de Teología Ecuménica, vol. 32 (2020), 34-4

Actividades profesionales y afiliaciones

  • Director del Observatorio sobre Violencia Religiosa y Fundamentalismo en la República Democrática del Congo (OVIRCO).
  • Miembro de la Red Católica Panafricana de Teología y Pastoral.
  • Miembro fundador de la Asociación de Teólogos Africanos (ATA) Miembro del Consejo Científico del Instituto Ecuménico e Interreligioso Al Mowafaqa en Rabat, Marruecos (http://www.mowafaqa.com)
  • Miembro fundador de la Asociación de Teólogos y (Mujeres) Canonistas de Kinshasa (http://mosamaria.blogspot.com)
  • Miembro de la Red Teológica «Tsena Malalaka: Un lugar de intercambio para teólogas africanas y europeas» (http://www.malalaka.org/)
  • Fundadora de la Colección “La Biblia y las Mujeres en África” (http://collbifea.blogspot.com)
  • Miembro de la Red «Missio-Red Teología Africana» (sobre la relación religión-violencia/religión-paz) Miembro de la Red «Networking on Basic Christian Communities in Africa«
  • Colaboradora del Círculo de Teólogas Africanas Preocupadas (www.thecirclecawt.org/);
  • Miembro del Grupo de Investigación «Proyecto Vaticano II – Legado y Mandato»

Sobre el catolicismo en África.

Josée Ngalula es una destacada investigadora teológica sobre los siguientes temas: lexicología cristiana en lenguas africanas, teologías africanas, nuevos movimientos religiosos en África, eclesiologías africanas, antropología teológica, religión y violencia. Sus publicaciones en lexicología cristiana demuestran que es posible teologizar en lenguas africanas. Sus publicaciones sobre los nuevos movimientos religiosos en África señalan sus desafíos de vitalidad para el futuro del cristianismo a nivel mundial. Sus publicaciones sobre teologías africanas revelan temas destacados, especialmente obras teológicas producidas por mujeres africanas. Sus publicaciones sobre las eclesiologías africanas se centran en la creatividad africana que surge del dinamismo de las comunidades eclesiales de base y de la sinodalidad vivida en este contexto. Sus publicaciones en antropología teológica han reflexionado sobre las implicaciones de la identidad de Dios (que no es ni masculina ni femenina) en los seres humanos creados a su imagen y semejanza como sexuados y que viven relaciones interpersonales a menudo violentas. Sus publicaciones en el ámbito de la relación «religión y violencia» actualizan los mecanismos de instrumentalización de la religión al servicio de la violencia, tanto a nivel de las sociedades africanas como en el seno de las instituciones religiosas6. En relación con los temas de actualidad en la Iglesia católica en 2023, es muy solicitado el tema de la sinodalidad (en relación con la palabra africana y la espiritualidad ubuntu), así como sobre la violencia interna a las instituciones religiosas, especialmente sobre los abusos sexuales dentro de las Iglesias: Ha trabajado extensamente sobre la problemática de la «cultura del silencio» tanto en África como en el resto del mundo, porque esta «cultura del silencio es un factor importante en la perpetuación de la violencia sexual en las familias y en las instituciones religiosas: la “la cultura del silencio permite a los perpetradores de violencia sexual mantener a sus víctimas bajo su control”;

Un doctorado en teología ¿para qué?

Josée Ngalula tiene un profundo deseo de que los teólogos de hoy sean humildes y muy prudentes en su discurso sobre Dios. De hecho, el conocimiento teológico puede convertirse en un lugar de poder, especialmente para los doctores en teología. Desde su experiencia, les propone privilegiar la “circularidad de la palabra”: poner el seguimiento de las tartamudez teológicas del pueblo de Dios en el centro de su andar teológico, porque se es doctor en teología para servir. La puesta en práctica de esta dinámica la llevó a descubrir la urgencia de profundizar hoy el paradigma del cuerpo del otro.

En un mundo marcado por el deseo de prestigio y el ansia de publicidad, presentarse como doctor en teología puede hacer que te pongan en un pedestal, lo que tiene sus inconvenientes. Al mismo tiempo, ser médico significa tener una determinada competencia que puede y debe utilizarse en beneficio de la sociedad y que no se puede ocultar más. Por eso he decidido releer mi propia experiencia para comprender lo que me ha enseñado sobre la condición de «doctor en teología».

Conclusiones basadas sobre su experiencia

La experiencia de la hermana Josée la lleva a la conclusión de que su percepción de la realidad teológica es limitada: “el trabajo en grupo me hizo darme cuenta de que otras personas habían descubierto dimensiones de la realidad que aún no se me habían ocurrido Note que había aspectos de cualquier tema que se me habían escapado”. No es posible pensar en la fe cristiana con los oídos cerrados a lo que otros han descubierto, con lo que no estás de acuerdo. Tienes que aceptar que estás expuesto al juicio y pensamientos de los demás. Hay que hacer emerger las propias palabras en una “circularidad”: se introducen las propias intuiciones y experiencias en un diálogo con otras palabras antiguas y contemporáneas. No pretendes tener la última palabra y dejas la puerta abierta para escuchar.

Esto significa que el doctorado en teología es una verdadera escuela de escucha humilde del otro, en el marco de la «circularidad de la palabra», siempre que se esté dispuesto a aprovecharla existencialmente. Hay que comprender que Dios está más allá de nuestras palabras: es, por tanto, ridículo luchar o separarse unos de otros por palabras, formulaciones o ideas que en realidad no son más que una esfuerzo tambaleante por comprender la realidad divina, que está mucho más allá de todo lo que podemos dominar a través de nuestros pensamientos o palabras.

La posibilidad de abusar del poder de la enseñanza siempre existe cuando las personas confían en lo que creen que es una “experiencia” de quienes han estudiado religión. El verdadero teólogo no abruma ni manipula. El teólogo no es un inquisidor. Más bien, es un compañero de la comunidad cristiana; compartir modestamente lo que ha aprendido, a la vez que sus oídos y manos están abiertos para recibir las experiencias de los demás

Ciertas experiencias negativas vinculadas a mi condición de mujer, en teología, me han ayudado a reflexionar más profundamente sobre el papel de los medios en teología. Uno de sus alumnos, seminarista, se sintió escandalizado de que una mujer enseñase teología, sobre todo a hombres, aunque más tarde le pidiese perdón, alegando que esas ideas las había recibido de grandes doctores de la Iglesia. De este incidente he aprendido la responsabilidad que se da a las elites intelectuales a las que pertenecen los doctores en teología

Hablando de la violencia, la Hermana Josée constata como a veces se culpabiliza a la víctima. Considerando ciertos textos bíblicos observa como ofrecen diferentes maneras de gestionar la violencia. Primero está la gestión de la violencia respondiendo con violencia y creado así nuevas víctimas inocentes. Luego está la gestión de la violencia a través del silencio, por miedo a los violentos o para salvar la buena reputación de determinadas personas. Finalmente está la gestión de la violencia culpabilizando a la víctima: la violencia humana puede resultar en destrucción física o psicológica, en desfiguración.

Para concluir

Mi contribución como teólogo es también reintroducir en los ambientes de la investigación teológica y de la toma de decisiones eclesiásticas los resultados del diálogo que mantengo con las comunidades cristianas. Mi deseo más profundo es que los teólogos de hoy sean personas cuidadosas que no absoluticen su discurso sobre Dios.

Las reflexiones de la Hermana Josée son adecuadas a un entorno africano. Como señala la teóloga francesa Brigitte Cholvy, la sociedad francesa está convencida de que es posible vivir buena y sinceramente sin ninguna referencia religiosa, y fácilmente concibe toda referencia religiosa como inadecuada, privada o arcaica e ilusoria. “Por razones muy diferentes, ambas tenemos que ajustar nuestras posiciones con respecto a nuestras respectivas culturas”.

Bartolomé Burgos

CIDAF-UCM

Autor

  • Bartolomé Burgos Martínez nació en Totana (Murcia) en 1936. Sacerdote miembro de la Sociedad de Misiones de África (Padres Blancos), es doctor en Filosofía por la Universidad Gregoriana de Roma, 1997. Enseñó filosofía en el Africanum (Logroño), en Dublín y en las ciudades sudanesas de Juba y Jartum. Fue fundador del CIDAF (Centro de Información y Documentación Africana) a finales de los setenta, institución de la que fue director entre 1997 y 2003.

    Llegó a África con 19 años y desde entonces ha vivido o trabajado para África y ha visitado numerosos países africanos. De 2008 a 2011 residió en Kumasi, Ghana, donde fue profesor de filosofía en la Facultad de Filosofía, Sociología y Estudios Religiosos de la Universidad de Kumasi. Actualmente vive en Madrid y es investigador de la Fundación Sur.

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