Human Rights Watch (HRW) ha denunciado que el Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes (Jama’at Nusrat al-Islam wa al-Muslimeen, JNIM), con vínculos con Al Qaeda, es responsable de la muerte de al menos a 32 civiles, incluidos 3 niños, al igual que de incendiar más de 350 hogares en las aldeas de Ogota y Ouémbé, en la región de Mopti, el 27 de enero 2024, causando el desplazamiento de 2.000 habitantes. En la tarde del 6 de enero, la milicia Dozo había atacado Kalala, matando a 13 personas, incluidos 2 niños, de acuerdo con la declaración de 3 testigos, antes de prender fuego a diferentes edificaciones de la localidad. Los aldeanos creen que los Dozo atacaron Kalala debido al alto porcentaje de población fulani, como represalia por los atentados que el JNIM había orquestado contra la etnia bámbara en varias aldeas circundantes a finales de 2023.
Human Rights Watch (HRW), en un informe sobre la evolución de estos conflictos, afirma que los ataques constituyen crímenes de guerra y contra la humanidad. Además, HRW ha apelado a las autoridades militares de transición de Malí a que realicen una investigación de estos abusos y refuercen las políticas de seguridad para brindar mejor protección los civiles en las zonas de riesgo. La nación de África Occidental ha sido gobernada por las juntas militares desde los golpes de Estado consecutivos en 2020 y 2021. En febrero, el país estaba en camino a unas lecciones que podrían poner fin al poder militar, pero las elecciones fueron pospuestas indefinidamente por cuestiones de seguridad, cuya precariedad se había visto agravada por los ataques yihadistas.
El grupo armado islamista JNIM surgió en marzo de 2017 bajo el paraguas de grupos alineados con Al-Qaeda y desde sus inicios ha concentrado su reclutamiento en la etnia fulani, explotando sus frustraciones por la corrupción gubernamental y la competencia por los recursos naturales. Esto ha exacerbado las tensiones entre los fulani y los otros grupos étnicos, especialmente bámbara y dogón. El aumento de estas tensiones ha llevado a la formación de grupos étnicos armados, como los dozo y los dan na ambassagou, que surgen con la intención de “proteger sus aldeas y propiedades”. Los Dozo, o “sociedades tradicionales de caza”, formadas principalmente por miembros étnicos bámbara, han actuado como fuerzas de autodefensa de las aldeas en las regiones de Segou y Mopti desde aproximadamente 2014. Según ha documentado HRW, la milicia Dozo ha cometido a graves abusos contra civiles de la etnia fulani. Tanto los Dozo como otros grupos de autodefensa han actuado presuntamente como representantes del ejército maliense.
La publicación del informe de HRW sobre la situación en Malí ha coincidido con la decisión de la Comisión Europea de “no prorrogar el mandato de la EUTM (Misión de Formación de la Unión Europea) en Malí más allá del 18 de mayo de 2024, teniendo en cuenta la revisión estratégica y las consultas con las autoridades malienses«, citando una “evolución de la situación política y de seguridad”. La EUTM se desplegó originalmente para entrenar y asesorar a las fuerzas militares, contando con el apoyo de hasta 700 soldados de unos 20 países europeos, aunque el número de personal se ha reducido significativamente desde su inicio en 2013.
Fuentes: The Defense Post – HRW
Imagen: Mali-es.svg: Rowanwindwhistler
[Traducción y edición: Micaela Llona Bavestrello]
[CIDAF-UCM]