Desde los comienzos de este año 2024, la provincia de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique, se ha visto envuelta en un brote de violencia tras los enfrentamientos entre grupos armados terroristas y fuerzas de seguridad que han sacudido varias ciudades costeras. Como resultado, más de 100.000 personas, incluyendo a más de 61.000 niños, fueron desplazadas entre principios de febrero y principios de marzo de este año, según informes de la agencia de migración de las Naciones Unidas.
Se ha puesto en evidencia que la financiación de la insurgencia proviene principalmente del contrabando de drogas y armas, así como de los secuestros. La sociedad local ha denunciado repetidamente la violencia extrema de estos grupos, incluyendo decapitaciones y secuestros. Desde octubre de 2017, Mozambique ha estado enfrentando a militantes yihadistas en el norte, siendo estos causantes del desplazamiento de alrededor de 780.000 personas en siete años.
Como bien recoge el medio DW, especialistas en el tema como el profesor Fernando Cardoso, experto en estudios de África de la Universidad Autónoma de Lisboa, señalan que los yihadistas buscan establecer un califato a lo largo de la costa swahili, utilizando Cabo Delgado como parte de su estrategia. A este problema se suma que la interconexión entre los grupos terroristas facilita su respuesta a las acciones de las fuerzas de seguridad, por lo que muchos expertos han instado a una mayor cooperación en la lucha contra los terroristas.
Autor: Antonio Cascais
Fuente DW
[Traducción y edición, Bruno Rodríguez]
[CIDAF-UCM]
