Durante la Copa Mundial de 2010, Graça Machel, esposa de Nelson Mandela, quiso dar visibilidad al papel que las mujeres africanas juegan en la gestión de conflictos y en la integración en la comunidad de los miembros que la han dañado. Guardé sus palabras. Me parecieron un bello y merecido homenaje a las mujeres africanas. Palabras bellas y acertadas en estos momentos, en los que no pocos países africanos viven conflictos que no terminan y muchos otros quedaron marcados por heridas que hay que sanar. En más de una ocasión las he recordado:
“Las mujeres son una gran fuerza de reconciliación. Son ellas las que están ayudando a calmar las tensiones y sanar las heridas terribles de África de los conflictos y la violencia. Las mujeres están a la cabeza en la resolución de conflictos, la reconciliación, y en la elaboración del marco jurídico y constitucional para asegurar la paz y prevenir los abusos”.
Cada vez que he recordado estas palabras he pensado que sabía bien poco de la mujer que las pronunció. Se resumía en dos cortas frases: “Viuda de Machel primer presidente de Mozambique” “Actual esposa de Nelson Mandela”.
Decidí conocer algo más sobre su vida para poder compartirlo con las personas que se interesan por las mujeres de África. Así, he descubierto que sus palabras no son sólo bellas y oportunas, nacen de una experiencia personal.
Graça conoce en primera persona lo que son las tensiones y las heridas de la violencia, la urgencia de la reconciliación para asegurar una paz durable para prevenir los abusos y favorecer el desarrollo.
Graça Machel nació en Mozambique en 1946. Estudió en la Universidad de Lisboa. Durante la guerra de independencia trabajo como maestra con el Frente de Liberación de Mozambique, organizó el sistema escolar en los territorios liberados y en los campos de entrenamiento que el FRELIMO tenía en Tanzania. En 1974 fue nombrada Directora de Enseñanza Media del FRELIMO en Bagamoyo y Tanzania.
En 1975, se casó con el político Samora Machel, al que había conocido en los campos de entrenamiento de Tanzania y acompañado en su lucha por la independencia de Mozambique. Cuando el FRELIMO formó el primer gobierno independiente, Machel fue nombrado primer presidente del país el 15 de junio de ese mismo año. El nuevo gobierno confió el Ministerio de Educación y Cultura a Graça, que se había distinguido por su militancia, compromiso político y social desde su juventud y por su interés por la educación.
Su marido muere en un “accidente” de avión en 1986, cuando se dirigía a Malawi ¿Fallo técnico? ¿Obra de los servicios especiales del Apartheid surafricano?
Graça, la Viuda de la Revolución, como la llaman los mozambiqueños, siguió trabajando en el terreno político, comprometida con el desarrollo rural, defendiendo los derechos humanos especialmente los derechos de los niños y de las mujeres.
En 1988 participó en el Foro Internacional de UNICEF en Zimbabwe y fue presidente de la comisión Nacional de la UNESCO en Mozambique. Trabajó en el comité directivo internacional de la Conferencia Mundial de Educación para Todos en 1990. En 1994 se retiró de la política de Mozambique y Butros-Ghali la nombró presidenta de la Comisión de Estudios de las Naciones Unidas sobre el Impacto de los Conflictos Armados en la Infancia.
En 1998 se casó con Nelson Mandela presidente de Suráfrica. Desde allí sigue trabajando por los derechos humanos. Todo lo que hace, dice o escribe Graça, está inspirado por su deseo de que todos tengan acceso a la educación y a la salud y que la pobreza sea erradicada. No se cansa de apoyar iniciativas: para defender los derechos de las mujeres, apoyar sus esfuerzos de desarrollo y autonomía económica. Una prueba de lo que habían sido y eran sus preocupaciones, la tenemos en el discurso que pronunció en la Universidad de Barcelona cuando le concedieron el título de Doctora Honoris Causa:
“Estamos en el 2008 y todavía constatamos evidencias de discriminación de la mujer en todas las latitudes del planeta y en muchos sectores de la sociedad. La formación de futuras mujeres líderes que puedan constituir ejemplos para las nuevas generaciones de chicas ayudará a generar un círculo vicioso que, generando el interés para la continuación de los estudios de las mujeres, aumente la predisposición de la sociedad en general por su educación y formación integral”.
“Acabar con la pobreza es un reto del futuro. Colaboremos más; creemos redes de intercambio de conocimiento; formemos más y mejores científicos, intelectuales y técnicos sensibles a los problemas y retos del desarrollo global de la familia humana…Eduquemos a los niños ¡y a las niñas! promovamos políticas que permitan el acceso de la mujer a posiciones que por cualquier razón no han estado a su alcance. La humanidad ha alcanzado retos casi imposibles. Sólo tenemos que sumar esfuerzos para conseguir estos otros que ya sabemos que son posibles, y dejar el tema resuelto a las generaciones que vienen detrás nuestro”.
La gran preocupación de la Fundadora y presidenta de la “Fundación por el Desarrollo de la Comunidad”, es que los niños crezcan protegidos y sanos, convencida de que: “El mundo hoy tiene el conocimiento, la tecnología y la capacidad para reducir al mínimo el nivel de transmisión del VIH a los niños y tratar a aquellos niños que padecen la enfermedad», dijo en una visita al hospital de Harare capital de Zimbabue, en 2010.
Los trabajos de Graça en defensa de los derechos de los niños y de la dignidad de la mujer han sido reconocidos con la Medalla Nansen de las Naciones Unidas de 1995 y el Premio Príncipe de Asturias de la Cooperación Internacional de 1998. En 2008 la Universidad de Barcelona, le concedió el título de Doctora Honoris causa.
Actualmente Graça Machel forma parte del grupo “The Elders”, grupo independiente de dirigentes mundiales reunidos por Nelson Mandela en 2010, que trabajan juntos por la paz y los derechos humanos.