Al menos 15 fieles católicos murieron en Essakane, Burkina Faso, cuando hombres armados atacaron a una comunidad reunida para celebrar misa en una iglesia de la región. En el comunicado emitido por Jean-Pierre Sawadogo, vicario general de la diócesis católica de Dori donde se produjo el ataque, se informa que la violencia terrorista dejó 12 muertos en el lugar de los hechos, mientras que otros tres murieron después de ser trasladados al hospital. Un responsable eclesiástico indicó que los atacantes eran presuntos militantes islamistas.
Esta acción se produjo en una región donde los grupos armados han perpetrado varios ataques, algunos teniendo como objetivo iglesias cristianas, mientras que otros han consistido en el secuestro de clérigos.
Cerca de la mitad del país está fuera del control del gobierno debido a que los diversos grupos armados llevan años operando en el territorio. Los combatientes han matado a miles de personas y desplazado a más de dos millones de ciudadanos. Adicionalmente, esta violencia se da en un contexto de inestabilidad, ya que desde el 2022 Burkina Faso ha sufrido dos golpes de Estado.
Según un informe de agosto de 2023 del Centro Africano de Estudios Estratégicos, a pesar de los intentos de los gobernantes militares por restablecer la paz en las zonas violentas desde el primer golpe, en enero de 2022, el número de personas asesinadas por grupos armados se ha triplicado en comparación con los 18 meses anteriores. El contexto nacional de Burkina Faso se desarrolla en un panorama de inestabilidad en la región, particularmente con los países fronterizos de Malí y Níger, ambos países dirigidos por militares y con una fuerte presencia del bandidaje y el terrorismo.
Autor: Chris Ewokor
Fuentes: Al Jazeera – BBC News
[Traducción y edición: Micaela Llona Bavestrello]
[CIDAF-UCM]
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