Casi 10 meses después de que se intensificara el conflicto en Sudán en abril de 2023, la situación humanitaria en constante deterioro ha provocado la mayor crisis de desplazamiento del mundo. Alrededor de 8 millones de personas en Sudán han sido desplazadas por el conflicto, 6 millones de personas desplazadas internamente y 1,8 millones de personas desplazadas a países vecinos.
Una crisis de desplazamiento de esta magnitud tiene impactos significativos en las necesidades de salud de las poblaciones desplazadas y de acogida. Además de correr un mayor riesgo de contraer enfermedades debido a los entornos superpoblados, las personas tienen un acceso limitado al agua potable, a los alimentos y a los servicios de salud esenciales que salvan vidas.
La crisis de salud de Sudán se ve agravada por la inseguridad alimentaria. Los últimos informes sobre el deterioro de la situación indican que casi 18 millones de personas (el 37 % de la población) padecen inseguridad alimentaria, incluidos 4,9 millones de personas que ya enfrentan niveles de emergencia de inseguridad alimentaria. El hambre y la malnutrición agudas tendrán un impacto generacional duradero en la salud de la población. También aumentan el riesgo de que los grupos vulnerables sufran complicaciones médicas y muerte por brotes de enfermedades como el cólera y el sarampión.
El acceso a servicios de salud críticos está gravemente limitado: entre el 70 % y el 80 % de los establecimientos de salud en zonas afectadas por conflictos son inaccesibles o no funcionan. Esto supone una gran presión para las instalaciones restantes y corre el riesgo de abrumarlas debido a la afluencia de personas que buscan atención.
Las personas están muriendo por falta de acceso a atención médica y medicamentos básicos y esenciales, incluso para controlar la desnutrición aguda grave y tratar enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes, la insuficiencia renal y el cáncer. Las mujeres embarazadas y los niños también corren un mayor riesgo de enfermedad y muerte debido a las interrupciones en los servicios de atención de salud maternoinfantil, incluido el acceso a vacunas infantiles que salvan vidas.
Los conflictos, los movimientos de población y las limitaciones de acceso de los socios implementadores han dejado el sistema de vigilancia de enfermedades fragmentado. Esto ha creado graves lagunas en la comprensión compartida de los socios sanitarios sobre los brotes de enfermedades infecciosas y en su capacidad para responder rápidamente a dichos brotes. Desde que se declaró el brote de cólera en curso en septiembre de 2023, 11 de los 18 estados de Sudán han notificado cólera, con 10.500 casos y 300 muertes registradas al 31 de enero de 2024. Si bien los casos parecen mostrar una tendencia decreciente en general, el número real de casos y muertes puede ser mucho mayor, ya que la precisión del sistema de vigilancia se ve afectada por las limitaciones de acceso.
Según el Plan de Respuesta y Necesidades Humanitarias de Sudán 2024, cerca de 15 millones de personas necesitan asistencia sanitaria urgente. Debido a los desafíos relacionados con la seguridad, el acceso y la disponibilidad de recursos, solo un tercio de los necesitados (4,9 millones de las personas más vulnerables) han sido destinatarios del Grupo de Salud. El Grupo de Salud, liderado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), requerirá que los socios financieros cumplan con el 100 % de la solicitud de financiación de 178 millones de dólares para 2024 para satisfacer las necesidades de salud de la población objetivo altamente vulnerable.
La OMS hace un llamamiento a la comunidad internacional para que abogue por el acceso sin obstáculos de sus socios y para que aumente y mantenga rápidamente el apoyo para abordar las necesidades urgentes de las poblaciones más vulnerables de Sudán. Paralelamente, la OMS está trabajando sin remordimientos para implementar una respuesta ágil y adaptable dada la inestable situación de seguridad. La OMS también está ampliando la capacidad de operaciones transfronterizas para brindar apoyo crítico a los socios implementadores que trabajan en áreas inaccesibles y de difícil acceso.
OMS Región del Mediterráneo Oriental (WHO EMRO)
[CIDAF-UCM]
