La lección árabe

28/03/2011 | Opinión

La “primavera árabe”, es la expresión de moda para designar la ebullición que se ha apoderado de algunos pueblos árabes para acabar con las monarquías y dictaduras diversas. Este movimiento, que se ha extendido como la pólvora no ha dejado indiferentes a los países del sur del Sahara. En esta hora de Internet, el mundo es una aldea y las informaciones llegan al último rincón y se genera una solidaridad por encima de las fronteras nacionales, lingüísticas raciales.

Se acabó la época de las informaciones filtradas o censuradas en provecho de los dirigentes. El movimiento democrático se ha hecho irreversible y los dirigentes de estos países africanos, Túnez, Egipto, Libia, se han percatado de que la masa silenciosa era una bomba de relojería. Confiaron en sus socios exteriores e interiores, confiaron en sus fuerzas armadas y servicios secretos y fuerzas represivas, sin imaginar ni por un momento que eran débiles frente a la eclosión de un malestar social acumulado durante años. El adagio de que se puede engañar a un pueblo una vez y hasta tres veces pero no eternamente se ha cumplido. Las máscaras se han caído y los engaños han estallado.

Convendría que los dirigentes al sur del Sahara retuvieran una lección: deberán temer más a sus pueblos, hacer de ellos sus aliados, servirlos más que satisfacer los deseos de sus socios extranjeros a cambio de una ficticia protección de éstos. Se puede doblegar a un pueblo y manejarlo, pero cuando decide decir que no y se levanta, no dará marcha atrás ni siquiera ante la amenaza de los cañones. Lección árabe.

Willy Kabwe

(A partir de un artículo de Le Potentiel, Kinshasa, 25/03/2011)

Resumen y traducción de Ramón Arozarena.

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