Camerún: las razones de nuestra movilización

28/03/2011 | Opinión

La palabra política en nuestra sociedad da miedo, probablemente a causa de la trampa de la que es objeto en relación a su práctica y al ejercicio de su poder en nuestro entorno. La verdad es que nuestra sociedad y particularmente nuestra juventud tienen temor a este concepto. Podríamos demostrarlo por la cantidad de reacciones que ha suscitado nuestra primera carta. También nos parece importante concretar el interés de hablar de política a una juventud camerunesa más preocupada por la búsqueda de mínimos vitales para subsistir. Es por lo que quería aclarar el significado de la palabra política en el contexto de esta iniciativa y de sus objetivos, para facilitar la comprensión general.

Varias definiciones se pueden dar a la palabra política, según sea femenino o masculino o también según se considere adjetivo o nombre. Estamos hablando aquí de la emancipación política de la juventud, como un proceso con aspiraciones de liberarlos de prejuicios, según los cuales la política es asunto de los demás y de dar la posibilidad de informarse, de tomar responsabilidades, favorecer el análisis, el debate y la libertad de expresión.

De modo que estamos hablando de “hacer política” entendida como la expresión de las opiniones sobre el poder y del ejercicio de ese poder, participar de la vida social y política de la comunidad como ciudadano, que se goce de los derechos y se cumplan los deberes asociados a esta forma de vida. Claramente nosotros no hablamos aquí de métodos y estrategias de conquista del poder político que pertenecen al ámbito de los partidos políticos, sino más bien de la importancia de la experimentación de debates encontrados, de diálogo constructivo entre el presente y el pasado para encarar el futuro.

¿Pero por qué hablar de política a una juventud que tiene necesidad urgente de puestos de trabajo?

Como habíamos señalado antes, esta iniciativa no se opone a cualquier otra por gran envergadura que tenga o a visiones políticas, sean del sesgo que sean. Es todo lo contrario, añadir una gama variada de proyectos, de alegatos y de trámites para encarar la salida al impase político y avistar el final del túnel económico y social en el que se encuentra desgraciadamente metido nuestro país.

Se debe tener en cuenta que para que haya puestos de trabajo, debe existir de antemano una política que los promueva y esta política es responsabilidad del poder político (El Estado y su gobierno) quien debe encargarse de pensarla y de ponerla en práctica, al igual que los ciudadanos deben tener el deber de apreciarla.

Se debe ponderar en su justa medida los esfuerzos realizados por el gobierno, por las empresas privadas y la sociedad civil para aliviar la miseria de nuestro pueblo, pero no puede ser esta la única opción, negarse a creer de cualquier modo en el futuro. Ya que sabemos de forma casi unánime que es el mal gobierno quien se ha traicionado así mismo con una fórmula sesgada de programas económicos y la ausencia de restricciones (sanciones) que son la causa principal de este marasmo, entonces ¿por qué no es el momento de iniciar este movimiento político ciudadano, precisamente para entrenar a nuestra juventud a pensar en programas mejor estructurados, a oponerse con firmeza contra las promesas incumplidas y reivindicar las sanciones?

Si aceptamos nuestras diferencias tribales y las acotamos como una sana manifestación de nuestra peculiaridad tribal y no del tribalismo político, si rehusamos alimentarlas de corrupción como si bailásemos al ritmo de “moon walk” dándonos la impresión que avanzamos aunque la realidad de los pasos es que retrocedemos, si queremos en el futuro tener mejores escuelas agrícolas para formar lo esencial de aquellos que van a lograr nuestro crecimiento y asegurar así la reducción del desempleo de manera duradera y eficiente, si queremos encontrar la manera de oxigenar la democracia y su participación, tanto individual como colectiva, si, finalmente, queremos redefinir el amor a nuestro país sin basarlo en función de nuestras debilidades, pero si en el interés superior del Estado, conviene dar sentido a la educación política.

Pero eso, en nuestro contexto, sólo puede llevarse a cabo con una gestión evolutiva y participativa, una construcción que reclama asociaciones, sindicatos, partidos políticos y también Escuela. Porque nosotros no podemos, ni afortunadamente tenemos, la pretensión de substituir a estas organizaciones, nuestra iniciativa está abierta a la unidad de todos aquellos que deseen caminar unidos de otra forma, en un debate polémico, que ambiciona levantar con esta toma de conciencia colectiva a una juventud que quiere preparar de otra manera su futuro, el de Camerún. Que se interesen por la política y que vengan a participar de forma que cada uno se sienta responsable con los otros de su destino colectivo.

Por desgracia es fácil constatar que en nuestros partidos políticos hay poco espacio para la formación, los programas políticos muy frecuentemente están cerrados ya que son las oficinas electorales quienes designan las candidaturas directamente y los jóvenes de los partidos abandonan la ilusión y se limitan a figurar. Sin embargo son estos jóvenes que no están experimentados en este contencioso, que no tienen la posibilidad de proponer soluciones, que ignoran algunas veces sus deberes de ciudadanos vacilantes moviéndose entre la manipulación y la demagogia, los que serán llamados a ejercer el poder político. Los mismos males producen los mismos efectos, vamos a encontrarnos dentro de 20 años con que no se ha hecho nada para remediarlo, en situaciones de crítica similares a las de ayer, siendo incapaces de aportar soluciones eficaces.

Si nos parece evidente y necesario vivir el presente y por ello nos ocupamos de cuestiones puntuales, frente al creciente desinterés de la gente por lo público, es urgente que nos movilicemos en las encrucijadas más importantes de nuestro futuro. Por ello pensamos oportuno lanzar en este año electoral una propuesta a la juventud para que tenga parte activa en estas elecciones y marcar así los jalones de su emancipación política. Debemos comenzar a preparar el hoy para que mañana, por ejemplo, en el nombre de la “conciencia universal” también se pudiera invocar, junto a nuestros hermanos africanos, que no se puede tolerar más este crimen odioso contra nuestra juventud que es el endeudamiento de nuestros Estados en las condiciones que lo hacen hoy.

San Agustín lo dijo muy claro: “Dios que te creo sin ti, no te salvará sin ti”

En una próxima carta, publicaremos la hoja de ruta con el enfoque propuesto para lanzar esta dinámica, a la cual os invitamos para participar masivamente.

Por el colectivo de reflexión: Alexandre Arsène BELL

Publicado en Camer.be, Sección “Cameroun: point de vue”, el 3 de marzo de 2011.

Traducido por Juan Carlos Solís Santander.

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