El Banco Mundial es uno de los máximos responsables de la fuga de cerebros de África, según algunos expertos africanos

30/11/2010 | Crónicas y reportajes

Los Programas de Ajuste Estructural del Banco Mundial, que fueron impuestos en África y otros países menos desarrollados, en los año 80, han sido citados como una de las causas del actual aumento de la migración de profesionales con formación, desde los países menos desarrollados, hacia el norte.

El director ejecutivo de la Fundación Investigación Económica y Social, (Economic and Social Research Foundation, ESRF), Bohela Lunogelo, ha dicho que la mayoría de los países menos desarrollados, especialmente los del África subsahariana, como Tanzania, han perdido más de dos décadas de oportunidades para invertir en una población saludable, con mano de obra formada y preparada, porque fueron obligados a reducir el gasto público en educación y otros servicios sociales, como sanidad y agua potable, como parte de estos PAE.

“Los PAE dieron como resultado no sólo la limitación de la inversión en mano de obra con formación de alto nivel, sino también, y más seriamente, en la incapacidad de retenerlos para los servicios públicos, universidades y el sector privado.”

“Los programas abrieron la compuerta para que los expertos de los países menos desarrollados emigrasen al norte –Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y el continente europeo”, declara el doctor Lunogelo, en su informe, presentado en la sesión inaugural de una Conferencia organizada por el Centro para el Diálogo Político, celebrada en la capital de Bangladesh, Dhaka.

Lunogelo agregó que desafortunadamente, cuando los expertos altamente cualificados de los países menos desarrollados se van a los países desarrollados, son llamados migrantes, pero cuando algunas veces personas menos cualificadas de los países donantes van a los países menos desarrollados, son tratados como expertos. “Todos sabemos que debido a esta escasez de expertos en los países menos adelantados, la mayoría de los programas de desarrollo financiados por los países donantes, en la mayor parte de los sectores, incluidos algunos más suaves, como la prevención del Sida, vienen con los expertos extranjeros incluidos, cuyo presupuesto de mantenimiento, remuneración, alojamiento, transporte, etc) puede consumir hasta la mitad del presupuesto total”.

“Es algo común que a estos expertos extranjeros se les pague diez veces más del equivalente a un experto nacional”, continuó.

Esto ha llevado a ralentizar el ritmo de crecimiento de las capacidades para ofrecer educación profesional y universitaria a una población cada vez más joven, deseosa de llegar a la educación superior, al deterioro de las instalaciones de aprendizaje y el empeoramiento de las tutorías a los estudiantes, todo ello causando una mala calidad de los titulados, mal preparados para trabajar en las economías cada vez más dinámicas y lideradas por el sector privado.

En general, se calcula que alrededor de un millón de personas cualificadas de los países menos desarrollados vivían y trabajaban en países desarrollados, en 2004, una fuga de cerebros de casi el 15 %, considerando que en el mismo año había alrededor de 6.6 millones de personas en los países menos desarrollados con educación universitaria.

Según los datos de Migración y Remesas de 2011, alrededor de 320.000 tanzanos vivían fuera de su país en 2010. Los principales países destino elegidos por los tanzanos han sido Kenia, Uganda, Reino Unido, Canadá, Mozambique, Malaui, Estados Unidos, Burundi, Ruanda y Australia.

Pero el doctor Lunogelo señaló que la culpa de esta situación no debe ser achacada sólo a los países del norte, especialmente cuando se observa la multitud de factores que influyen desalentando a los expertos de los países menos desarrollados a quedarse en su país natal.

“Esto significa que los países pobres deben asumir la responsabilidad de garantizar un ambiente más propicio para que su mano de obra cualificada desista de emigrar y a que los que están en la diáspora, regresen a su país”, explicó.

El profesor declaró que los países menos adelantados deben abrirse al diálogo, para asegurar que inician programas nuevos y más ambiciosos, apoyados por las Naciones Unidas, para acelerar la generación y retención de mano de obra con educación media y superior, que se encargue de aumentar la capacidad de producción.

“Esto también garantizaría un sector privado dinámico y con buen nivel de conocimientos que aproveche las nuevas oportunidades para un aumento del comercio entre sur y norte y sur y sur, y que gestione mejor nuestras economías, entre otras cosas”, añadió Lunogelo.

En el tema “Retos de Desarrollo Global a los que se enfrentan los Países Menos Desarrollados: el caso del África Subsahariana”, el profesor Lunogelo también discutió sobre la necesidad de una relación comercial más equitativa, implantando medidas necesarias que sostengan el flujo de inversiones y cubriendo el vacío digital con inversiones tanto en software como en hardware.

FARAJA MGWABATI

(Daily News, Tanzania, 29-11-10)

Traducido por Rosa Moro.

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