Nigeria: Líder mundial de la producción de filmes , por Antonio Molina

22/11/2010 | Bitácora africana

Quizás hayan oído hablar de Bollywood, la ciudad del cine en Bombay, India, que produce unos 800 filmes anualmente. Todos conocemos Hollywood, la Meca del cine, pero pocos habrán oído hablar de Nollywood, situada en Nigeria y que por sus videofilmes se ha situado a la cabeza de los países productores de películas.

NIGERIA OSTENTA EL RECORD MUNDIAL DE FILMES

Desde 2005, en el Festival del Filme Africano, en su 15ª edición, celebrada en Milán, se anunció el milagro. Nigeria con una producción de 1000 a 1200 filmes al año bate a la India y a todos los países de Europa y América juntos.

Son películas populares, de presupuesto escaso, con pocos actores profesionales y muchos “voluntarios”. Hay filmes de todos los géneros: Películas de acción a la americana, comedias asainetadas de costumbres populares, evocaciones de las creencias mágicas y muchísimos melodramas familiares, unos derivados de la poligamia, otros de la infidelidad conyugal y de los conflictos entre generaciones, los padres campesinos y los hijos, que han estudiado, establecidos en la ciudad, con dos estilos de vida opuestos, a pasar de vecinos: la modernidad y la tradición.

En el Sur del país, donde abunda el Cristianismo, con frecuencia el protagonista es un pastor, que auxilia a las víctimas de los maleficios con sus exorcismos contra los malos espíritus.Otro tema recurrente son las aflicciones de las mujeres estériles, cuando sospechan que quien es estéril o impotente es el marido.

En el Norte musulmán y haussa será un imán, que practica el marabutismo quien se enriquece con sus exorcismos y la venta de gris-gris y amuletos protectores del “mal de ojo” y otras hechicerías, que alimentan la credulidad popular.

CÓMO EMPEZÓ EL “BOOM” DEL VIDEO FILME

Kenneth Nnebué rodó en 1992 el filme “Living in Bondage” < Vivir en esclavitud>, que tuvo un éxito enorme. ¿Cual era su tema? Uno de los más frecuentes en Nollywood: La prosperidad de la elite burguesa de Lagos estaría condicionada a la práctica de ciertas ceremonias ocultas, cuyos ritos incluyen hasta sacrificios humanos, combatidos por los exorcismos cristianos.

También sostienen este triunfo las películas sobre las epopeyas tradicionales, que evocan un pasado mítico, donde abundan las fuerzas sobrenaturales, como en IGODO y LAND OF THE LIVING DEAD, de Don Pedro Obaseki y Andy Amenachi. A pesar de la pobreza de sus medios, este filme desvela una magia ingenua y popular, que recuerda en algunas secuencias la del filme YEELEN, del famoso director maliano Suleymane Cissé.

Considerada en su conjunto, esta producción nigeriana es bastante mediocre, pero poco a poco comienzan a despuntar algunos talentos, como Tunde Kelani, que en su filme SAWOROIDE, – una alegoría política en la que el espectador reconoce sin esfuerzo al sanguinario dictador Sani Abacha y al antiguo presidente Olusegún Obasanjo,- maneja la video cámara con mano experta de profesional.

LUCHA CONTRA LA PIRATERÍA

Paradójicamente Nollywood considera la piratería como la mayor plaga de la video producción, cuando es esa misma piratería la que lanzó Nollywood a la prosperidad. Los nigerianos montaron una infraestructura para piratear y difundir los filmes americanos, indios y chinos, made in Hong Kong.

Esto explica el método empleado en la producción de estos filmes para que salgan baratos y sean rentables. Se rueda deprisa durante una semana, enseguida se vende un máximo de copias originales en 15 días, antes que las copias piratas invadan el mercado y enseguida se empieza a rodar otra película.

No se respeta ningún derecho de autor: Los “distribuidores oficiales” reproducen más copias de las que están estipuladas en sus contratos. Los piratas multiplican las copias sin ningún control y venden las que pueden en el mercado negro. Las cadenas de TV no pagan derechos por sus retransmisiones y los exportadores revenden los filmes sin autorización. Es la ley de la jungla.

Imitando a Nollywood, otros dos países “anglófonos”: Ghana y Kenia han creado sendas industrias de producción de videos, que en muchos casos son copias de las comedias sentimentales de Holywood, sin ninguna relación con las culturas y las creencias populares africanas.
Podemos afirmar que desde 2005, en el 15º Festival del Cine Africano de Milán, se produjo un electrochoque por la abundancia de los vedeofilmes en inglés.

¿QUÉ ACONTECE EN ÁFRICA EX – FRANCESA?

Los cineastas franco hablantes hace años han apostado por la calidad, mas que por la cantidad. Se confirma la buena salud del cine en Burkina Faso, con la celebración de sus FESPACOS cada dos años y la existencia de la Escuela de Cinematografía de Uagadugú, su capital. Las películas producidas por esta área cultural en África Occidental: Senegal, Malí, Costa de Marfil, Benín y Burkina Faso, son reconocidas internacionalmente, siendo premiadas en los festivales de todos el mundo. Así los largometrajes como “Ouaga Saga” de Dany Kuyaté y “La Nuit de la Verité” de la directora Fanta Regina Necro, por no citar que algunos recientes.

También se confirma el irresistible avance del cine marroquí, que produce algunos largometrajes de excelente calidad. Citaremos “L’Enfant endormi” de Yasmine Kassari y “Le Grand Voyage” de Ismael Ferruki. Argelia brilla con el filme “Al Manara” de Belkacem Hadjadj, consagrado a la guerra civil, que ganó el premio de la ciudad de Venecia, en el festival de Milán. Túnez, que ha estado en vanguardia, parece haberse estacionado en su producción. Hay que destacar el documental “Sur les traces de l’oubli” de Raja Amani y un corto “Visa” de Ibrahim Letaief, que ganó el Tanit de Oro en las Jornadas Cinematográficas de Cartago, por su excelente calidad. Digno de mención es “Alit deuxième Paris” de Idryssu Mora Kpai, de Benín-Níger.

Añadiremos dos filmes del Cono Sur del Continente: “Mother’s day” de Tsitsi Dangaremba, de Zimbabwe. Uno de los mejores cortos producidos en el África Austral y el documental del surafricano Kali Van Der Merwe: “Brown”.

CONCLUSIÓN

Estamos ante una doble opción: Producir cantidad o calidad. Es bueno recordar las palabras sensatas del decano del cine senegalés, Sembene Usmane, que nos ha dado un filme memorable “MOOLAADE”, galardonado en varios festivales: “El público africano está condenado a ser consumidor pasivo de imágenes producidas en el exterior. Pero calabazas por calabazas, prefiero comer calabazas africanas.”

Autor

  • Antonio José Molina Molina nació en Murcia en 1932. Desde 1955 es Misionero de África, Padre Blanco, y ya desde antes ha estado trabajando en, por y para África. Apasionado de la radio, como él relata en sus crónicas desde sus primeros pasos en el continente africano, "siempre tuve una radio pequeña en mi mochila para escuchar las noticias". Durante septiembre 2002, regresa a Madrid como colaborador del CIDAF. En octubre de 2005 aceptó los cargos de secretario general de la Fundación Sur y director de su departamento África. Antonio Molina pertenece -como él mismo dice- a la "brigada volante de los Misioneros de África", siempre con la maleta preparada... mientras el cuerpo aguante.

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