Burundi: ¿A qué juega Nkurunziza?

29/07/2010 | Opinión

Considerando que no se cumplían las condiciones de transparencia y buena administración de las diferentes consultas electorales, la oposición de Burundi decidió no tomar parte en las mismas. De hecho, al principio, fue una amenaza con obligar al poder a poner sus cartas sobre la mesa y aceptar la organización de un escrutinio democrático.

Pero no han logrado nada. El presidente Pierre Nkurunziza parece tener en su agenda electoral, que no va a modificar ni un ápice. Y de la amenaza, la oposición pasó a la acción boicoteando sucesivamente las presidenciales, las legislativas y las parlamentarias.

Así, el ex rebelde convertido en magistrado supremo ha tomado la salida de la carrera presidencial en solitario, el pasado mes de mayo. Un escrutinio sin contrincantes que ha ganado con una puntuación estalinista del 91.62 %. Pero vencer sin riesgo, es triunfar sin gloria. Y eso, Pierre Nkurunziza, profesor de educación física y deportiva de formación y profesión, debe saberlo bien. Este episodio nos recuerda a Blaise Compaor,e de Burkina Faso, que se presentó él solo a las presidenciales de 1991.

Después de haberse adjudicado una puntuación a su conveniencia, el presidente burundés no podía pararse en este buen camino. Porque, en una democracia, incluso en nuestros tristes trópicos, conseguir un arrendamiento en la presidencia no es gran cosa, si no se controla el parlamento.

Este obstáculo, Pierre Nkurunziza lo acaba de superar alegremente con las legislativas del 23 de julio de 2010, durante las cuales su formación política ha mermado a los partidos políticos que le han acompañado en este baile de apariencias, ya que la oposición significativa boicoteó el escrutinio.

Según los resultados provisionales anunciados por la Comisión Nacional Electoral Independiente, CENI, el partido presidencial ha conseguido 81 de los 106 escaños del parlamento. Una victoria aplastante que le da todas las cartas en el juego político burundés.

Pero ¿no se trata de una victoria que obstaculiza el desarrollo y la estabilidad del país? Se dice que los problemas políticos mal resueltos son el lecho de graves crisis políticas y armadas. Sobre todo en el contexto de un país como Burundi, que acaba de salir de una larga guerra civil.

Las numerosas heridas todavía no han cicatrizado en este estado. Y precisamente por eso, hay que evitar las situaciones objetivamente favorables al regreso a los viejos demonios. Habiendo sido él mismo un clandestino, Pierre Nkurunziza debería está en situación de saberlo.
Por lo tanto, en lugar de golpearse la cabeza contra el muro, contra lo que Blaise Compaore previno a Mamadou Tandja, Pierre Nkurunziza ganaría si convirtiera el agua en vino y trabajase para obtener un consenso nacional. No debe olvidar que si hoy él es presidente, es porque en algún momento, ese consenso prevaleció en su país.

Francamente, creemos que nadie le hubiera alcanzado si hubiera accedido a las reivindicaciones de sus oponentes y hubiera aplazado ligeramente las diferentes elecciones, el tiempo suficiente para encontrar un modus vivendi con sus adversarios.

Ahora que está prácticamente solo al frente del gobierno ¿podrá realizar la concordia nacional y dejar en el arcén de la carretera a la franja más significativa de la oposición, sobre todo siendo algunos antiguos rebeldes?

Las elecciones se organizan para consolidar la estabilidad y la democracia de un país, pero, obviamente, este no es el caso de Burundi, porque estas presidenciales, legislativas y parlamentarias no han servido para tranquilizar el clima político y social.

SAN EVARISTE BARRO

(L’Observateur Paalga, Burkina Faso, 29-07-10)

Traducido por Rosa Moro, de Fundación Sur.

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