Malaui : Los niños se envenenan en las plantaciones de tabaco, por Antonio Molina

15/06/2010 | Bitácora africana

Niños de Malawi a partir de tres años de edad están siendo empleados ilegalmente en la producción de tabaco, exponiéndolos al envenenamiento por nicotina, es lo que se desprende de un documental emitido por el canal 4 de televisión británico, el día 14 de mayo pasado.
Hay que recordar que Malawi es uno de los mayores productores de tabaco del mundo. Un representante de la Comisión de Control del Tabaco, Bruce Munthali dice en el documental, que el 65% de los beneficios por exportaciones provienen del tabaco. Su producción es comprada por compañías como British American Tobacco, Imperal Tobacco y Philip Morris.

UNA DENUNCIA DOCUMENTADA

El documental de la reportera Jenny Kleeman, producido por Julie Noon, ha sacado a la luz, que estos niños sufren problemas de salud por manejar las hojas de tabaco verde. Además algunos están atrapados en sistemas de trabajo en régimen de servidumbre, del que no pueden escapar y no parece que se haga algo para proteger su salud y por su bienestar.

LAS FAMILIAS

El equipo de reporteros comienza su viaje por el distrito de Mchinyi. Mientras que algunos niños se dirigen a la escuela con sus uniformes, otro grupo de menores, alrededor de 20 chicos, están clasificando tabaco, al lado de la carretera. Emilia y sus tres hijos, el menor de 3 años solamente, han estado trabajando allí desde el amanecer.

Después encuentran a una familia de 7 miembros, que todos están recolectando tabaco. A las preguntas de los reporteros responden que todos los días van a los campos desde el amanecer hasta que anochece. Las manos de los niños están recubiertas de un pegajoso residuo color marrón y dicen que sufren fuertes dolores de cabeza: Un síntoma de la enfermedad del tabaco verde: envenenamiento por nicotina, que es absorbida en altas dosis a través de la piel. Farges, la madre de esta familia, dice que entre todos logran llevar a casa el equivalente a 18 libras esterlinas, (unos 15 euros) o sea el precio de 3 paquetes de tabaco en el Reino Unido. Sus hijos deben trabajar, para cumplir con la cuota diaria de tabaco cosechado, que los capataces de la plantación exigen a cada familia.

La madre declara que los dueños de la plantación aseguran que no están obteniendo buenos precios en la lonja del tabaco, por lo que no pueden pagarles más. La familia desea liberarse de este trabajo, pero tienen una deuda con el propietario de la plantación y hasta que no quede saldada, no pueden irse, la van pagando con sus jornadas de trabajo. Esta servidumbre por deudas es denunciada por la ONU como una forma moderna de esclavitud.

LA ESCUELA

El equipo de reporteros visita la escuela primaria de la localidad, para verificar como está afectando el tabaco a la educación de los niños. El director de la escuela declara al canal 4 británico, que un tercio de los alumnos de su clase están ausentes, probablemente en la recolección del tabaco. Asegura que la mayoría de los alumnos suspenden los exámenes y después no pueden ir a la escuela secundaria, porque han perdido demasiado en su educación por trabajar en el tabaco.

LOS ADOLESCENTES

En Kasungu, el equipo investigó las acusaciones de que algunos dueños de plantaciones de tabaco están traficando con niños para trabajar en los cultivos más grandes. Encontraron a Elisa, de 13 años, Akim Nkhoma, de 14 y a José, de 17. Elisa dice que el propietario de una plantación llegó a su pueblo para reclutar niños para trabajar, prometiendo a los padres que él pagaría al final de la recolección. Los chicos afirmaron que fueron tratados muy mal en las plantaciones: los capataces les gritaban, los golpeaban con palos y les retenían la ración de comida por cualquier pretexto.

¿QUÉ SE HACE PARA ACABAR CON EL TRABAJO INFANTIL?

Al sur de Kasungu, los reporteros se unen a un grupo de funcionarios del gobierno y de trabajadores voluntarios, que intentan acabar con el trabajo de los niños. Enseguida encuentran a niños clasificando tabaco en unas instalaciones que pertenecen a un ex diputado.

El oficial de vigilancia del trabajo infantil del distrito declara a los periodistas, que el propietario acabará yendo a la cárcel, pero el equipo descubre más tarde, que se le ha dejado en libertad con una simple amonestación. Hasta ahora nadie ha sido encarcelado en ese distrito por emplear a niños.

FINAL EN LA CAPITAL

El viaje termina en Lilongwe, capital del país, donde se concentra la mayor parte del tabaco recolectado y es comercializado en el mercado mundial.

El equipo de TV intenta concertar una entrevista con el ministro de Trabajo de Malawi, Yunnus Mussa, para hablarle de sus averiguaciones, pero no lo consiguen, el ministro se esquiva y no se presenta a ninguna de las citas concertadas. El ministro Musa declaró recientemente en una entrevista difundida por una emisora privada, Capital Radio, que su ministerio ha puesto en marcha iniciativas, regionales y distritales, para concienciar a las comunidades rurales y combatir el trabajo infantil.

Con el programa “ALIMENTACIÓN EN LA ESCUELA” un montón de niños ha regresado a la escuela. La OIT ha tomado cartas en el asunto. Los adolescentes que ya no están en edad escolar, están recibiendo formación profesional acelerada y reciben herramientas para comenzar a trabajar por cuenta propia como albañiles, carpinteros, sastres, mecánicos e incluso en la agricultura de huerta y jardín.

En la misma entrevista, el ministro anunció que el gobierno va a presentar un proyecto de ley para la contratación de trabajadores, siguiendo las normas internacionales, a partir de los 18 años. Los infractores podrán sufrir multas de hasta un millón de kuachas (unos 5.350 euros) o la prisión.

CONCLUSIÓN

Malawi tiene el índice más alto de trabajo infantil de África Austral, con un 88,9% de niños de entre 5 y 14 años, trabajando en el sector agrícola.

Malawi es signatario de numerosas convenciones contra el trabajo infantil, incluidas la convención de la ONU de 1989 de los Derechos de los Niños y otras dos convenciones de la OIT, de 1973 sobre la edad mínima y la de 1999, que prohíbe el trabajo de menores. Lo que falta es voluntad política para “meter en vereda” a los poderosos y ricos propietarios de las plantaciones.

Autor

  • Antonio José Molina Molina nació en Murcia en 1932. Desde 1955 es Misionero de África, Padre Blanco, y ya desde antes ha estado trabajando en, por y para África. Apasionado de la radio, como él relata en sus crónicas desde sus primeros pasos en el continente africano, "siempre tuve una radio pequeña en mi mochila para escuchar las noticias". Durante septiembre 2002, regresa a Madrid como colaborador del CIDAF. En octubre de 2005 aceptó los cargos de secretario general de la Fundación Sur y director de su departamento África. Antonio Molina pertenece -como él mismo dice- a la "brigada volante de los Misioneros de África", siempre con la maleta preparada... mientras el cuerpo aguante.

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