Militantes en el delta del Níger han amenazado con una nueva oleada de ataques que dañarían potencialmente a la industria petrolera de Nigeria, dando al recién llegado a la presidencia, unas semanas para ocuparse de sus demandas.
Goodluck Jonathan, un nativo de la región del delta del Níger, juró su cargo la semana pasada horas después de la muerte de su predecesor, Umaru Yar’Adua. Ahora el mayor grupo de militantes de la región petrolera del delta del Níger le presiona para que dé comienzo a las conversaciones sobre las demandas de las comunidades locales, para que reciban un mejor reparto de los beneficios de la riqueza que genera el petróleo.
“Deberíamos ver en cuestión de semanas a Jonathan Goodluck ocupándose de este asunto que perdura desde hace 50 años”, asegura MEND en un comunicado remitido por email a la AFP, el día 8 de mayo.
“Cuando de comienzo al proceso del control de recursos, entonces estaremos seguros de que es serio… Jonathan tiene muy poco tiempo para ocuparse de las demandas de esta región antes de que resurjan los enfrentamientos”, asegura el Movimiento para la Emancipación del Delta del Níger, MEND.
En lo que fue considerado su mejor logro como presidente, Umaru Yar’Adua, el año pasado, ofreció amnistía a miles de militantes de la región, del octavo productor de petróleo del mundo, a cambio de deponer las armas.
Amnistía
Pero el proceso ha resultado con que los puestos de trabajo, la educación, el dinero y el desarrollo de infraestructuras prometidos, no ha logrado materializarse tan rápido como los ex militantes esperaban.
MEND se negó a tomar parte en la amnistía, aunque algunos de sus comandantes aceptaron la propuesta del anterior presidente.
Enfadados con lo que ellos dicen que es una lenta implementación del plan, dio por finalizado el alto el fuego que había declarado tres meses antes, y ahora promete desatar una nueva oleada de ataques a instalaciones petroleras, del tipo de las del año pasado, que lograron recortar la producción de crudo en un tercio.
Joseph Eva, un destacado activista de los Ijaw, el principal grupo étnico de la región, ha advertido que no hay que esperar demasiado de la presidencia de Jonathan.
“Su llegada al poder no se traduce en paz en el delta del Níger. Si la injusticia persiste, no habrá paz. Un año no es suficiente para él, para convertir Nigeria en la envidia de Dubái, Ghana o Suráfrica”, declaró.
“Es nuestro paisano y estamos preparados para darle una oportunidad para hacer lo correcto en el delta del Níger, pero nuestra paciencia no es infinita”, aseguró Eva, coordinador del Grupo Ijaw de Monitorización de Derechos, en una entrevista telefónica.
La buena comprensión de Yar’Adua
Sin abordar los problemas de la distribución de recursos, la degradación medioambiental, la igualdad de oportunidades y empleos “la paz será muy difícil de alcanzar en la región”, señaló.
“Sólo el tiempo dirá si Jonathan es una bendición o una maldición para la región… Jonathan tiene que demostrar su validez con las acciones y decisiones que va a hacer en los próximos días y semanas, que nos ayudarán a determinar si es el Mesías o no”, declara MEND en el comunicado.
La muerte de Yar’Adua podría entorpecer la resolución pacífica de la crisis del delta del Níger, según declaró un líder de MEND, Henry Okah, la semana pasada. “Yar’Adua tenía una buena comprensión de los problemas de la región y estaba decidido a solucionar la injusticia en la región”, declaró Okah. Su muerte supone un duro golpe a la “posible resolución pacífica de la situación en el delta del Níger”.
Un grupo militante de la región menos conocido, los separatistas del Consejo Revolucionario Unido, JRC, ha expresado su apoyo a la sugerencia del líder libio, Muamar Gadafi, el pasado mes de marzo, de dividir Nigeria en dos estados, uno islámico y otro cristiano.
En un comunicado emitido el día 7 de mayo, el JRC pidió a Jonathan que convoque una conferencia nacional de todos los grupos étnicos en el país asegurando que es la “única manera pacífica de resolver la crisis de Nigeria”.
(News 24, 10-05-10)
