Ruanda, V. Ingabire: «Desde mi cautividad os envío mis sinceras gracias»

6/05/2010 | Opinión

Kigali, 3 de mayo de 2010

Ruandesas, ruandeses, amigos de Ruanda:

Hace alrededor de cuatro meses que he regresado a mi país después de 16 años de exilio. A muchos miles de kilómetros, los gritos de dolor y la miseria de mi pueblo me interpelaban. En cuanto llegué al país, he sido linchada incansablemente y diabolizada por medio de una campaña de odio alimentada por el régimen, por la máquina del Estado y una prensa partidaria. El hostigamiento y la intimidación ceden el paso a interminables interrogatorios en los locales de la policía del Estado. La razón principal consiste en privarme de mis derechos políticos, en tejer un dossier criminal con vistas a hacer descarrilar el proceso de inscripción de mi partido político, FDU-INKINGI y, por fin, impedir que me presente a las elecciones presidenciales.

1. La cautividad

Como sabéis, el 21 de abril de 2010, las autoridades ruandesas han tomado la decisión injusta de encarcelarme. He pasado la noche en la cárcel, al mismo tiempo que mi domicilio era registrado de arriba abajo: nuestros dos ordenadores, un ordenador de un visitante, teléfonos portátiles de todas las personas que estaban en la casa, una cámara electrónica, tarjetas SIM, discos, programas informáticos, CDs, emblemas y banderolas de mi partido, mis tarjetas de visita, contratos de alquiler, mi pasaporte, mi permiso de conducir de la UE y cualquier documento escrito, han sido llevados por la policía. El día siguiente a mi detención, con la ayuda de mi abogado, aunque estaba en contra del fondo del asunto y las condiciones de mi libertad, pedí y obtuve una libertad provisional. En consecuencia, estoy bajo control judicial y no tengo ningún derecho a abandonar el país y la ciudad de Kigali, y estoy obligada a presentarme ante el Fiscal dos veces al mes. Frente a todos los hostigamientos, las persecuciones y las limitaciones a mi libertad de movimientos que soporto desde mi regreso al país, mis condiciones de vida en Ruanda no han cambiado; lo que es nuevo es el hecho de que esta vez, mi semi-libertad reviste un carácter oficial, ya que tengo una decisión formal de los obstáculos que me han sido impuestos desde el principio. Estoy en cautividad.

Sé que muchos de vosotros esperan con impaciencia oír de viva voz nuestro mensaje a favor de la libertad. Sabéis sin duda que con el objetivo de bloquear nuestras actividades políticas y de aniquilar todas las veleidades democráticas, el gobierno ha decidido encadenarme, pero es un vano esfuerzo, ya que mi determinación sigue intacta.

Aunque en toda dictadura cualquier persona que milita pacíficamente por la democracia esté siempre preparada para ser encarcelada, siempre es trágico verse privado de la libertad. Aprovecho esta ocasión para agradecer a todas las personas que se han movilizado para obtener mi liberación, aunque sea condicional, en primer lugar a mis camaradas de las FU-Inkingi que han encontrado los medios y los apoyos para mi defensa en el proceso que ha culminado en mi libertad provisional. Mis agradecimientos se dirigen también a la población ruandesa que ha venido numerosa a asistir al proceso y a expresarme así su apoyo en el combate por la democracia.

A todos os dirijo este mensaje para renovaros toda mi gratitud por vuestro apoyo y oraciones, para daros noticias de mi cautividad y de mi proceso y, por fin, para animaros en la búsqueda de una solución democrática.

2. Mi proceso es un proceso eminentemente político

Ruandesas, ruandeses, amigos de Ruanda,

Este proceso que se quiere inventar es un pretexto, un falso proceso, ya que, incluso mis acusadores saben pertinentemente que el dossier está vacío y que soy inocente. Dado que soy su adversaria política, han recurrido a una prensa partidaria que controlan y a las autoridades adeptas a su causa para arrastrarme en el barro. Han llegado a atarme físicamente en los locales de la administración del sector de Kinyinya. Al constatar que todas esas amenazas no afectaban a mi moral y que seguía acercándome a la población para escuchar sus reales problemas, esta vez han tenido la idea luminosa de recurrir a su “fortaleza de leyes”, establecida e interpretada a su guisa. Entonces, han comenzado a convocarme cada semana, de tal modo que mi agenda se reducía a las idas y venidas entre mi domicilio y las oficinas de la policía criminal (C.I.D.), y ello desde el mes de febrero hasta el día de mi encarcelamiento el 21 de abril de 2010. Es irónicamente criminal oponerse políticamente a este régimen.

En realidad, ¿por qué me persiguen? ¿De qué me acusan?

Los cargos contra mí son los siguientes:

– El divisionismo

– La propaganda de la ideología genocida

– La colaboración con los rebeldes de las FDLR

2.1. Divisionismo

2.1.1. Somos un partido de la oposición

Como sabéis, dirijo una formación de oposición. Sobre la mayoría de los problemas que conciernen al pueblo ruandés tenemos una percepción diferente de los mismos, tanto en el plano de los análisis como en el de las soluciones. Jamás aceptaremos colocarnos detrás del partido-Estado FPR. Sabemos que para el régimen el hecho de no poseer la misma visión que el FPR es asimilado al divisionismo. La Constitución de nuestro país que el mismo régimen del FPR ha establecido reconoce el pluralismo político. Ello quiere decir que reconoce el derecho a los ciudadanos y a otras formaciones políticas de tener ideas políticas diferentes a las del partido en el poder. No tenemos miedo de decir al mundo entero que los ruandeses están sometidos al yugo del miedo y del oscurantismo, que el hambre en los medios rurales es extrema y que la niguas (insectos diminutos que se alojan sobre todo en los pies), signo que certifica la gran miseria de nuestro país, que habían desaparecido en muchas regiones han vuelto a aparecer.

Estamos en contra de las decisiones que obligan a los campesinos a destruir sus platanares de manera totalitaria, cuando es la fuente principal de rentas para la mayoría de ellos. Denunciamos públicamente la gestión del sistema de salud, ya que hay una escandalosa falta de medicamento en el mundo rural. Los escasos medicamentos disponibles son demasiado caros y los enfermos deben comprarlos con sus propios medios sin ser reembolsados, cuando todo ruandés es obligatoriamente socio de una mutua.

La reforma escolar y la “anglización” chocan con la falta de estructuras básicas, con la inadecuación en la formación de los docentes y con la ausencia de material escolar en inglés. ¿Cómo un profesor puede impartir sus clases en una lengua que no habla y sin material pedagógico? Resulta verdaderamente triste para la calidad de la enseñanza. En las escuelas, los profesores de historia están totalmente confundidos: las versiones contradictorias de la historia nacional impuestas por el régimen están en contradicción con los hechos históricos.

Estamos en contra del hecho de que los Tribunales Gacaca, que en la tradición ruandesa estaban encargados de intervenir en contenciosos inter-individuales y sociales, juzguen asuntos que demandan conocimientos en materia penal, conocimientos que los jueces de estos tribunales no poseen. Ello es tanto más grave cuanto que se trata de crímenes tan graves como el genocidio. También nos oponemos al hecho de que los acusados ante estos tribunales gacaca no dispongan de ningún derecho a ser asistido por un abogado.

Un eminente investigador, experto ante el Tribunal Penal Internacional para Ruanda de Arusha, el Profesor André Guichaoua, que acaba de publicar una obra titulada “Rwanda, de la guerre au génocide”, ha analizado los procedimientos juzgados por los tribunales gacaca y ha llegado a la conclusión de que cualquier persona de al menos 14 años que vivía en Ruanda en 1994 ha comparecido como acusado ante dichos tribunales populares.

Tampoco estamos de acuerdo con el régimen sobre la suerte reservada a nuestros hermanos del Congo, matados desde 1996 y cuyo número de muertos sobrepasa la cifra de 5 millones, si se cree lo que afirman los informes de expertos de la ONU e independientes.

Estos son, entre otros, los desacuerdos con el régimen establecido que hacen que se nos acuse de divisionismo.

2.1.2. Algunas declaraciones del Presidente Kagame muestran una falta de reserva por parte de un Jefe de Estado.

El poder suspende periódicos independientes, crea divisiones en los partidos políticos que no están en su órbita, impide a otros celebrar sus asambleas constituyentes, encarcela a opositores políticos como Déo Mushayidi y a oficiales superiores. Y se querría que nos calláramos para evitar ser tachado de divisionista. Cuando reclamamos el derecho de expresión, simplemente la libertad, el Presidente responde que le importa un bledo, que sus opositores no tienen valor alguno, que son hooligans o criminales. También ha alabado los méritos patrióticos de quienes disparan sobre las gentes del Congo.

Aunque al Presidente le agrade insultarme públicamente, yo le respeto como Jefe de Estado. Soy una madre y no puedo replicar a este tipo de ataques, pero oír esas palabras de la boca del Jefe de Estado me ha causado mucha pena. Por respeto a todos los supervivientes del genocidio, no he querido reaccionar. ¿Seremos también acusados de divisionismo cuando denunciamos semejante lenguaje del Jefe de Estado o de su gobierno? No.

2.1.3. La cuestión étnica no debería seguir siendo un tabú

El problema étnico se ha convertido en tabú, nadie se atreve a hablar de él abiertamente. Decir que el pueblo ruandés está compuesto por tres etnias no es un delito y no constituye en sí mismo ningún problema. El problema está en ser discriminado a causa de su pertenencia étnica, tutsi, hutu o twa. ¿Cómo atreverse a afirmar que no existen etnias en Ruanda cuando es de pública notoriedad que el genocidio y las masacres que se han cometido en Ruanda lo han sido sobre una base étnica? Nosotros afirmamos con claridad que un genocidio tuvo como objetivo a los tutsi, que éstos fueron perseguidos porque eran tutsi. Queremos poner en pie una verdadera política cuyo objetivo sea examinar sin complacencias este problema, a fin de prevenir que semejante drama se reproduzca en el futuro y para que nadie sea discriminado por el hecho de su origen étnico. La vida de todos y de cada uno es sagrada, debe ser protegida y preservada por ley y por las instituciones. Eso es lo que afirmamos, y se nos acusa, a mí y a mi formación política, de divisionismo.

2.2. Propaganda de la ideología genocida

2.2.1. Nosotros reconocemos el genocidio

Mi formación política, las FDU-Inkingi, fundadas en 2006, y yo misma, reconocemos que en 1994 hubo en Ruanda un genocidio contra los tutsi. Reconocemos también que antes, durante y después de 1994, hubo en Ruanda crímenes contra la humanidad, que afectaron a los otros componentes de la población ruandesa. Se trata de hechos establecidos, a los que algunos de nosotros hemos asistido y que han sido reconocidos por la ONU en su resolución 955/1994. Afirmamos también sin ambages que toda persona que tenga una responsabilidad en estos crímenes debe responder de sus actos ante la justicia. Para el régimen actual, este lenguaje constituye una negación y una ideología del genocidio.

2.2.2. Nuestra visión de la reconciliación

Queremos la reconciliación del pueblo ruandés y sabemos que ninguna reconciliación será posible en tanto el sufrimiento de todas las víctimas no sea reconocido. Animamos a todos los ruandeses a hablar sin tabú de la tragedia. Deberán sentarse juntos para sentar bases sólidas para una solución duradera. La justicia debe ser equitativa y no selectiva.

2.2.3. Destrucción del símbolo de la democracia

En la noche del 1 de mayo de 2010, el régimen ha ordenado la profanación del símbolo de la democracia y la exhumación de los restos de Dominique Mbonyumutwa, primer presidente de la República ruandesa. Es una señal fuerte contra las libertades y los valores democráticos en Ruanda. Estas manipulaciones de la historia nacional por intereses del régimen constituyen una ruptura entre el Estado y la sociedad.

2.3. Colaboración con las FDLR

Recordad mi discurso del 16 de enero de 2010 en el aeropuerto de Kanombe, a mí llegada a suelo ruandés tras 16 años de exilio.

Os dije lo siguiente: “Soy una hija, una madre que regresa a su país; regreso para llevar a cabo un combate pacífico, regreso para que juntos nos liberemos del yugo del miedo y de la pobreza. Con nuestros diferentes puntos de vista, proyectos y convicciones, vengo a construir con vosotros nuestro país. No vengo acompañada por un ejército, porque, vengo a vosotros, parientes, hermanos y hermanas. Nadie puede cerrar el camino a un hijo que regresa a su casa. (…) No tenemos necesidad de otra guerra. Mucha sangre ha sido derramada. Demasiado es demasiado”.

¿Qué debería haber añadido yo a este discurso para convencer a las autoridades ruandesas de mi buena fe? No tengo necesidad de los rebeldes. Durante 16 años, las FDLR y el régimen se han codeado. Esto debe detenerse. Queremos la paz. Condenamos con enérgicamente esta política que ha diezmado alrededor de 5 millones de congoleños desde 1996. Acabar definitivamente con el asunto de las FDLR es, también en parte, buscar una solución en el este de la RDC. Las gentes que han guerreado no han ganado la paz. ¿Por qué deberíamos nosotros inspirarnos en un fracaso?

Van a hacer desfilar a decenas y centenares de exFDLR para acusarme de colaboración o de cualquier otra cosa que se les ocurra. Mi respuesta seguirá siendo la misma. La guerra no es una solución. ¿A dónde podemos llegar con esos supuestos coroneles? ¿Por qué los han encerrado en establecimientos militares sin procesamiento desde 2009, unos meses antes de mi regreso al país, para utilizarlos hoy contra mí?

La decisión de venir a Ruanda para hacer una política pacífica contra un régimen dictatorial fue tomada tras profundas reflexiones. Hemos examinado todos los escenarios para resolver los problemas políticos de Ruanda; hemos medido también las consecuencias de cada enfoque; hemos elegido la vía pacífica a fin de evitar una nueva efusión de sangre y para preservar la recomposición todavía posible del tejido social ruandés.

Los miembros de las FDLR son ruandeses. Necesitan garantías para regresar sin armas a su país. Los que estén implicados en crímenes de genocidio y otros crímenes contra la humanidad deben explicarse ante una justicia equitativa. Los otros merecen una reinserción socio profesional. Pero si se encarcela a una persona sospechosa de hablar con los miembros de la rebelión, ¿cómo se va a convencerlos para que regresen en son de paz y de que no van a enmohecerse en la cárcel?

Estamos en desacuerdo con la política actual del gobierno consistente en “corromper” ciertos dirigentes de las FDLR a la vez que se privilegia el uso de la fuerza contra el resto. Me comprometo solemnemente a que, si el pueblo me da su confianza y me elije para presidir los destinos de este país, mi gobierno iniciará negociaciones directas con las FDLR. No disponen de otro país, si no es Ruanda, en el planeta.


3. Visión de las FDU-Inkingi con relación al ejército nacional

“No vengo acompañada por un ejército, vengo hacia vosotros”. Este principio es fundamental y sigue siendo mío. Nuestro ejército es capaz. En tanto el ejército no esté al servicio de un individuo sino de la Nación con la misión constitucional de salvaguardar la soberanía de la nación, garantizar la seguridad de todos los ruandeses, de proteger y respetar las instituciones surgidas de una consulta democrática transparente, de promover la paz en el ámbito regional, yo reconozco este ejército; se trata de un verdadero ejército nacional.
El ejército quiere una gestión profesional de la carrera de los militares que lo componen. No desearía ser rehén de un individuo. Me gustaría tranquilizar a los que, en las Fuerzas de Defensa Ruandesas y en la Policía nacional, no hubieran conocido todavía nuestra visión del ejército nacional.

Conclusión

Ruandesas, ruandeses, amigos de Ruanda,

Ruego a los representantes de los países amigos de Ruanda, así como a la comunidad internacional, que nos apoyen en nuestro esfuerzo por construir un Estado de derecho, respetuosos de las libertades fundamentales de la persona humana. No existe desarrollo duradero sin libertad y toda estabilidad basada en la dictadura es la negación misma de la estabilidad. Unos signos alentadores de desarrollo serán frágiles si el país es gestionado por la dictadura de un hombre. Turiferarios del régimen le han encontrado ventajas a la vista de un crecimiento económico sin precedentes y de la mejora de las condiciones de vida. Estas afirmaciones ignoran la miseria de la masa rural. La mayoría de la población ruandesa se derrumba en la pobreza total.

No habrá nunca solución verdadera, nunca desarrollo viable, si sus cimientos no se basan sólidamente en la democracia, en el estado de derecho y en una política de reconciliación nacional seria. Los que pensaron que ello era posible han visto los límites de este enfoque.

Termino pidiendo al Presidente de la República, general Paul Kagame, que acepte la recuperación de mi libertad total para que me dedique a la misión que está en el origen de mi regreso de exilio, a saber, hacer política. Debo organizar le congreso constituyente de mi partido, inscribirlo para acreditarlo y llevar a cabo libremente sus actividades políticas. Le pido que permita el desarrollo de elecciones transparentes para que el pueblo elija libremente su próximo presidente.

Que Dios os bendiga a todos

Mme Victoire Ingabire Umuhoza

Presidenta de las FDU-Inkingi.

Tel : (+250) 728636000 Fdu.inkingi.rwa@gmail.com

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Traducción de Ramón Arozarena.

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