Abril negro en la República Democrática del Congo (RDC)

6/05/2010 | Opinión

Mbandaka, Beni, Butembo… son algunas de las ciudades que han estado marcadas por las matanzas, las violaciones y los saqueos a lo largo del mes de abril. Un abril negro en la RDC en la medida en que esta violencia de extremada gravedad tiene lugar justo cuando la MONUC (Misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo) está haciendo las maletas y su problemática retirada estará a partir de ahora en la orden del día. ¿Es una señal fehaciente del retorno a la violencia? ¿Incapacidad del gobierno para asumir sus responsabilidades? Estas preguntas se plantean para que la cuestión relacionada con la inseguridad sea examinada con diligencia, sin tergiversaciones, con el fin de llegar a una solución duradera.

Durante los días 4 y 5 de abril, Mdbanka, capital de la provincia de Equateur, fue ocupada durante varias horas por insurgentes Enyele. Horas de violencia extrema, en las que hubo víctimas mortales y saqueos masivos. Pero lo más grave es que hizo tambalear la autoridad del Estado y que perturbó el orden público. Que la inseguridad ya no era dominio exclusivo sólo de las provincias orientales.

Esta situación requirió el desplazamiento en persona del Presidente de la República y la celebración de una reunión del Consejo Superior de Defensa. Además, se dirigió al primer ministro una pregunta a debate, para saber más sobre la política de defensa y de la seguridad.

En la noche del sábado 24 al domingo 25 de abril, el Centro de Instrucción de las FARDC (Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo) de Nyaleke, a 10 km de Beni en la provincia del Kivu Norte, símbolo del poder militar, fue atacado por hombres armados. Cinco personas fueron asesinadas, varias heridas de gravedad y se prendió fuego a casas. Parece ser que el ataque fue perpetrado por elementos rebeldes ugandeses diferentes al LRA, los Mai-Mai y los congoleños desmovilizados. En otras palabras, una acción bien estipulada.

En un abrumador informe realizado por el Centro de Estudios Jurídicos Aplicados (CEJA), el terror campa a sus anchas en la ciudad de Butembo y alrededores. El mes de abril ha sido el más cruel, con varios asesinatos a manos de hombres armados con uniforme. El informe cita como ejemplo el asesinato de Silvestre Kalysavira, asesinado por hombres armados en Butembo. La misma suerte corrió Georges Kambale Kathima asesinado a 27 km de Butembo, en Maboya, en la carretera que une Beni y Butembo.

Este informe menciona igualmente la existencia de salteadores de caminos en el tramo de carretera entre Goma, Butembo, Maboya y Beni. La población tiene cada vez más miedo de tomar esa carretera, sumergida en una inseguridad total. Más grave es el saqueo sistemático de animales en el territorio de Lubero.

En Kivu Sur, los miembros de las FRF (Fuerzas Republicanas y Federalistas), bajo las órdenes de un tal Idi Amin, han resurgido con fuerza. Instalados en las Altas llanuras de Uvira, se han hecho notar en los últimos tiempos por los secuestros de personas y los enfrentamientos con los Mai-Mai. Una situación cada vez más explosiva, puesto que se vuelve a hablar de reclutamiento de niños soldados.

INQUIETUD Y REPONSABILIDAD DEL GOBIERNO

En las recomendaciones del CEJA se dan unas disposiciones útiles a poner en marcha contra esta inseguridad creciente. Una inseguridad generalmente atribuida a los hombres armados y de uniforme.

¿Quiénes son? ¿Son militares incontrolados de las FARDC o son hombres armados que llevan el uniforme del ejército regular? Si es este el caso, ¿cómo consiguen esos uniformes?

Estas recomendaciones sugieren que el gobierno central pague regularmente y a tiempo la nómina de los militares, con el fin de evitar que ataquen y roben a la sociedad civil. Además, que se inicien acciones judiciales contra los militares culpables de violar los Derechos Humanos. Estas recomendaciones sugieren al gobierno provincial a que ponga en marcha una investigación sobre el terreno, para dar cuenta del fenómeno de los salteadores de carreteras y erradicarlo.

Por lo que parece, el mal es profundo y la responsabilidad del gobierno está comprometida. Porque la población está cada vez más inquieta, mientras que se han hecho esfuerzos importantes para restaurar la paz en todo el país.

¿ACCIONES PROGRAMADAS?

La inquietud es más grande cuando se constata que esta vuelta a la violencia coincide con la marcha de la MONUC. De hecho, esta retirada ha empezado en la parte oriental, en Ituri particularmente. Ituri se ha visto fuertemente sacudida por las milicias y ni siquiera la MONUC pudo neutralizarlas.

Ciertos observadores consideran que estos actos violentos estarían programados. Una manera para demostrar al gobierno que la paz y la seguridad no están restablecidas y que la marcha de la MONUC engendraría una situación caótica. Se inscribirían en el vasto complot de desestabilización de la RDC.

Una situación que obliga al gobierno a negociar de “manera responsable” la retirada de la MONUC.

Viene a decir que esta situación merece una reflexión profunda por parte del gobierno y que una reacción rápida sería lo mejor. Mdandaka, Beni y Butembo ya no son casos aislados. Parece como si se estuvieran haciendo hogueras aquí y allá para prender de nuevo el país. Una situación con consecuencias dramáticas que afecta a la unidad de los pueblos y a la integridad territorial.

Por Le Potenciel

Le Potenciel, República Democrática del Congo, 27 de abril de 2010.

Traducido por Victoria Pastor, alumna de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid Traducción /Interpretación, colaboradora con la Fundación Sur en la traducción de algunos artículos.

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