Sabemos que Madagascar atraviesa una grave crisis desde finales de 2008, que condujo a la expulsión del presidente Ravalomanana, en marzo de 2009, y su reemplazado por Andry Rajoelina, su principal adversario y alcalde de Tana, entonces apoyado por el ejército. Apoyado entonces, que no siempre, porque el apoyo del ejército al DJ de esta gran isla parece haberse acabado, las fuerzas armadas malgaches han “pedido”, es decir “ordenado” (para hacerlo más militar), el pasado 12 de abril, que los gobernantes actuales publiquen lo que denominaron como una “hoja de ruta precisa” para salir de la crisis. Y como buenos militares, incapaces de enterrar un cadáver dejando los pies fuera de la tierra, o sea que no saben hacer las cosas a medias, precisaron: “de aquí al fin del mes de abril”.
Este ultimátum en toda regla es lo que los diplomáticos denominan, por exceso de eufemismo, una “petición”. La prensa internacional no para de subrayar que son los mismos que han puesto en el poder a Andry Rajoelina los que le presionan y que por lo tanto se encuentra en un terreno resbaladizo. Esto se añade a las palabras recogidas en la prensa del General André Adrianarijaona, jefe del Estado mayor del ejército: “las fuerzas armadas (…) han creado un espacio para encontrar la salida de esta crisis profunda que atravesamos, seguido de un debate y la toma inmediata de responsabilidad (¿cuál), con las autoridades competentes. Por lo que hemos pedido a la HAT (Alta Autoridad de la Transición) que publique una hoja de ruta precisa para que pueda ser verificada”. Nada que ver entonces con el escenario de Guinea Bissau, donde sus “elementos” acaban de vengar al presidente Nino Viera y el General del Estado mayor Tagmé Nawé, al detener al no menos general Zamora Indouta y su Primer Ministro, presunto asesino y cómplice, detenidos desde el cambio de manos del poder.
Esto quiere decir que la firma en blanco que ha otorgado el ejército a Rajoelina podría expirar muy pronto. Este último, a fuerza de traicionar sus palabras, cuando no la firma estampada (en los acuerdos de Maputo y de Addis Abeba), terminó por hacer creer a sus garantes que ha llegado al poder tan solo por un accidente histórico y que no tiene la posición de Hombre del Estado sino que no es más que un defensor de sus propios intereses políticos.
Desgraciadamente para él, el ejército malgache quiere mostrar sus galones jugando al poder (por el bien de toda la nación).Antes que al ASFA-YENNENGA o al EFO que no defienden más que sus intereses de clubes deportivos. Por otra parte, con rumores circulando sobre un golpe de Estado, ¿no acaba de destituir al ministro de Defensa, el General Andrianarijaona?
Queda por saber si la demasiado politizada, prevaricadora y partidista Iglesia del Evangelio, que sostiene a Andry en vez de a Marc, aceptará celebrar un funeral por la muerte política de su fiel como cuando celebró las misas de acción de gracias anticonstitucionales para ungir a su caminante del templo. Dicho de otro modo, ¿los fariseos malgaches se ilustrarán a lo Cardinal Richelieu, centrándose más en la arena política en vez de en la esfera religiosa?
Parece que hace más caso a las amenazas del ejército que al agua bendita de una Iglesia descarriada al menos políticamente hablando. El joven de Tana ha declarado en una entrevista difundida en TNB que está listo para poner en marcha una nueva hoja de ruta, planeada por Francia, Suráfrica y la SADC (Comunidad de Desarrollo de África Austral) que, ineludiblemente prevé, como en todos los acuerdos de MAPUTO y de ADDIS ABEBA, que el poder se reparta con las esferas influyentes de la oposición entre las que están la de Albert Zafy, Didier Ratsiraka y sobre todo la de Marc Ravalomanana. ¿Mantendrá esta vez su palabra Rajoelina, ahora que le apuntan con un fusil en la nuca y que tiene una bayoneta en la garganta?
Lo veremos en el silencio, que puede ser atronador, del ejército de la Isla.
L´Observateur Plaga, Burkina Faso, 19 de abril de 2010.
Traducido por Victoria Pastor, alumna de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid Traducción/Interpretación, colaboradora en la traducción de algunos artículos.
