De pronto veo en el Telediario de Francia-1 al presidente de Ruanda «and wife» siendo recibido en el Elíseo por Nicolás Sarkozy y esposa con todos los honores de jefe de Estado. El larguirucho Kagame (poner el acento sobre la sílaba “ga”, pues sobre la “e” final suena mal en castellano) mira desde su altura, que no “alteza”, al pequeñajo Sarko. Mientras Carla saluda a la primera dama de Ruanda. Yo me pregunto ¿qué está pasando entre Francia y Ruanda? ¿Cómo y porqué se produce ahora esta reconciliación calurosa en medio de los fríos invernales?
Bernard Kouchner, ministro de Asuntos Exteriores de Francia, fue en sus tiempos jóvenes cooperante en África, parece que conoce a Kagame de longa data y apareció a primeros de enero en Kigali, la linda capital de Ruanda, para rubricar la reconciliación franco-ruandesa.
INFORME EXCULPATORIO
Por otro lado, las autoridades ruandesas publican discretamente el 7 de enero un informe oficial desmintiendo radicalmente la tesis construida por el juez Jean-Louis Bruguière, que atribuía al actual presidente Paul Kagame la responsabilidad del atentado contra el avión presidencial de su predecesor, en el que pereció también el presidente de Burundi, cuando ambos regresaban de las conversaciones de Arusha. Este doble magnicidio es considerado como el detonador del genocidio iniciado el 6 de abril de 1994. Este análisis, contenido en la ordenanza del juez Bruguière, en noviembre de 2006, provocó la ruptura, por parte de Kigali de las relaciones diplomáticas con París.
El 11 de enero de este año, un llamado por las autoridades de Ruanda, “Comité Independiente de Expertos” todos ruandeses, de cuya existencia tuvo la valentía de alertar al público la emisora France Inter, negaba toda responsabilidad en el asesinato del anterior presidente Juvenal Habiarimana y de su homólogo de Burundi al presidente Paul Kagame. Atribuyendo este asesinato a una facción extremista hutu, el ala dura de su propio bando, que estaba enfadada por su decisión de compartir el poder con los rebeldes tutsi.
La familia del asesinado presidente Habiarimana, que reside en París, ha lanzado una acusación el 27 de enero, afirmando que “la investigación de la pretendida comisión de expertos independientes de Kigali ha sido manipulada. Consideramos ser nuestro deber, advertir a la opinión pública de la manipulación y de los intentos de desviación del asunto del acto terrorista que le costó la vida a nuestro padre.”
Jean-Luc Habiarimana, uno de los hijos del asesinado presidente, desde París, donde reside como refugiado político, se opone al hecho de que el panel que ha investigado el derribo del avión de su padre, fuera dirigido por un miembro fundador del antiguo grupo rebelde Frente Patriótico Ruandés (FPR), ahora en el gobierno con Paul Kagame a la cabeza.
“Ante la falta de esclarecimientos serios y dignos de crédito sobre el ataque del 6 de abril de 1994, el genocidio ruandés seguirá siendo instrumentalizado por aquellos, que quieren evitar que la verdad salga a la luz”
Jean-Luc está convencido que el asesinato de su padre ideado y ejecutado por la camarilla de Kagame, entonces jefe del ejército invasor, desencadenó el genocidio de 1994. El gobierno de Kagame, que está en el poder desde el final de dicho genocidio, en el que murieron cerca de un millón de personas, sostiene que las masacres habían sido cuidadosamente planeadas con mucha antelación por los hutus extremistas.
EL PEOR CIEGO ES EL QUE NO QUIERE VER
El informe redactado bajo la dirección de Jean Mutsinze, ex presidente del Tribunal Supremo de Ruanda, contradice las conclusiones del juez francés Bruguière sobre el lugar desde donde fueron lanzados los misiles tierra-aire contra el avión presidencial. El juez los sitúa en la zona de Kanombe, controlada entonces por las Fuerzas Armadas Ruandesas (FAR) del presidente Habiarimana, mientras que el informe de la “comisión independiente” afirma que las FAR, disponían de armas pesadas, en particular de misiles, “comprados en grandes cantidades a cinco estados diferentes”, entre los que Francia no figura.
CONTRADICCIONES
En agosto 2008, el gobierno de Kigali había publicado otro informe, en el que acusaba a Francia de haber participado en la ejecución del genocidio y citaba nominalmente a varios políticos franceses, entre ellos Eduard Balladur, Alain Juppé y Dominique de Villepin. Últimamente, el informe Mutsinze es muy discreto sobre el papel desempeñado por Francia.
Mientras tanto, el aporte de nuevos testimonios han debilitado la encuesta del juez Bruguière, llevando así a su sucesor en el caso, el juez Marc Trévidic, a retomarlo en gran parte, permitiendo así el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales, anunciadas el 29 de noviembre 2009.
ADHESIÓN A LA COMMONWEALTH
Paul Kagame y su camarilla de militares, hijos de emigrantes tutsi en Uganda, se formaron en el ejército ugandés de modelo “inglés”, cuya lengua hablaban entre ellos. Cuando tomaron el poder en Ruanda, este clan de los hima-tutsi tradicionalmente “guerreros”, que habían llevado al poder en Uganda a Museveni, se esforzaron por cambiar el francés por el inglés. Era una venganza contra la antigua potencia colonial, Bélgica y contra Francia, que con la controvertida operación “Turquesa” los había protegido del exterminio.
La maniobra de salida de la francofonía continúa ya 15 años. Finalmente consiguieron en 2009, entrar a formar parte de la Commomwealth, cosa que también pretende Madagascar. La francofonía, dominada por Francia, no es atractiva, ya pasó esa moda. El inglés con Estados Unidos como padrino tiene más porvenir. En este contexto, aparece Bernard Kouchner, el miércoles 6 de enero, para una visita de 24 horas. Primera etapa de una tournée de 5 días por África. El ministro francés fue acogido en el aeropuerto por Mme. Rose Kabuye, directora del protocolo del presidente Kageme, en lugar de su homólogo de Asuntos Exteriores. Esta alteración del protocolo, realizada en último momento, pudiera parecer una falta de consideración por parte del gobierno ruandés, pero la delegación francesa lo interpretó como una muestra de estima, pues Rose Kabuye pertenece a la camarilla de los íntimos del presidente Kagame.
Esta señora estuvo bajo mandato de arresto del juez Bruguière, fue detenida y luego puesta en libertad, lo que permitió a Ruanda entrar en el proceso francés y de pasar a la oposición contra la investigación del juez Bruguière. Así le han dado la vuelta a la chaqueta los tutsis y los franceses la vuelta a la tortilla. Todo sacrificio es poco con tal de no quedarse excluidos del reparto de la tarta del coltán, la casiterita, los diamantes y el oro ilegales.
¿QUÉ HAY POR DETRÁS DEL DECORADO?
Los que vimos a Kagame «and wife» llegar al Elíseo y ser recibido como un jefe de estado amigo, nos preguntamos ¿qué intereses tiene Francia en Ruanda para mirar para otro lado y cerrar los ojos? ¿Serán intereses comerciales? Los intercambios comerciales sólo alcanzaron en 2008 la módica cantidad de 12 millones de euros. ¿Serán intereses culturales? Quizás sea un último intento para que Ruanda no abandone su pasado “francófono”, aunque hoy la lengua que se enseña en las escuelas primarias es el inglés, desde el principio de este curso escolar. Un diplomático en puesto en Kigali opina que “dentro de 30 ó 40 años, nadie hablará francés en Ruanda, excepto algunos eruditos y universitarios venidos de la diáspora ruandesa de Canadá y Francia.”
Otro hecho relevante es que a mediados de diciembre 2009, Francia y Ruanda intercambiaron embajadores. Bernard Kouchner conoce desde hace bastantes años al presidente Kagame y ha puesto toda la carne en el asador para restablecer las relaciones diplomáticas. Se rumorea que para finales de febrero el presidente Sarkozy hará una visita a Kigali.
EL EXILIO DE LOS ESCAPADOS DEL GENOCIDIO
La diáspora ruandesa recuerda a la diáspora judáica. Los judíos se difundieron por todo el mundo romano mediterráneo y en la Edad Media se infiltraron en casi todos los reinos cristianos de Europa.
Los ruandeses forman numerosas colonias en Bélgica y Canadá sobretodo, pero también en Francia, Suiza y otros países europeos. Quizás sea entre estos refugiados políticos y exilados, donde fermentará la idea de la reconquista del poder sin violencia, democráticamente. Ya existen indicios de ello, pues en Canadá, la señora Victoire Ingabire Umuhoza ha creado un partido: Las Fuerzas Democráticas Unificadas (FDU) del que es presidenta y ha decidido presentarse a las elecciones presidenciales en agosto de este año.
Esta valiente señora ha vuelto a su patria después de 16 años de exilio. Entresaco un párrafo de sus declaraciones al llegar al aeropuerto de Kigali: “El genocidio se ha llevado casi un millón de ruandeses, masacres posteriores a gran escala han causado la muerte de otros numerosos miles de nuestros conciudadanos. No hay ninguna familia que no esté de duelo. Pero la población sigue esperando en medio de la angustia y del miedo una real política nacional de unidad y reconciliación.
Regreso para lograr la PAZ y es la paz la que guiará mi acción política para erradicar la injusticia y para romper todas las cadenas que nos aprisionan. Hemos creado en el exilio una formación política y hemos hecho política entre los exilados. Es tiempo ahora de proseguirla en nuestro país, para iniciar juntos una política contra todas las formas de injusticia y para la instauración de una verdadera democracia basada en la libertad de todos. Vuestros parientes, amigos y conocidos en el exilio comparten el mismo combate en esta lucha por el cambio. Comenzamos un largo camino, una verdadera revolución, que no terminará con la elección presidencial. ¡Despertad! ¡Renunciad al miedo y liberémonos pacíficamente! Juntos venceremos.”
Ante estas declaraciones a cara descubierta, admiramos la valentía de quien se llama “Victoire”. Hacemos votos para que la cosa vaya adelante. Esperamos que pronto la prensa internacional y otros medios de información electrónicos hablarán de ello. Es posible que los espabilados que están en el poder, para seguir dando una buena imagen ante el mundo, no la persigan abiertamente, se limitarán a cortar la hierba bajo sus pies esperando que resbale…Harán todo lo posible para dificultarle el acceso a los media ruandeses durante la campaña electoral y luego mediante expertas manipulaciones, en las que son maestros, le permitirán que tenga media docena de diputados, afirmando que respetan el juego democrático.
CONCLUSIÓN
Dios quiera que el pueblo ruandés sacuda el miedo que lo paraliza, dando la campanada el día de las próximas elecciones en agosto. A ver si lo que no ha conseguido el juez Bruguière, lo consigue el juez Andreu, que lleva la causa de los 9 españoles asesinados durante el genocidio, entre ellos el misionero Padre Blanco, Joaquín Vallmajó. Está publicada una lista de 40 “notables” del régimen condenados por crímenes gravísimos contra la humanidad, con orden de busca y captura. Esperamos que entretanto no pase en La Moncloa lo que en El Elíseo, sería una lástima.