Níger: el callejón sin salida

19/01/2010 | Opinión

Desde que el Presidente de Níger, Mamadou Tandja, anunció sus planes para modificar la Constitución de su país para quedarse en el poder tres años más, según él, para «completar sus grandes proyectos», las presiones han llegado de todas partes. Las fuerzas vivas de Níger, la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados del África Occidental), la comunidad internacional, etc., todos han unidos sus fuerzas para que Tandja abandone su proyecto.

Pero, ¿qué conclusiones se pueden sacar hoy de sus acciones? ¿Ha tenido, por un solo instante, el presidente nigerino la sabiduría de escuchar de verdad los gritos de alarma llegados de todas partes? Claro que no. Nada puede asustar a este auténtico coronel del ejército, ni siquiera la amenaza de la retirada de la asistencia financiera a su país, de la que depende fuertemente. Incluso la oposición, que mira impotente cómo el número uno de Níger dirige el país hacia la desolación, acabará resignándose, si es que no lo ha hecho ya. Como prueba, el ultimátum del 22 de diciembre lanzado contra él, por la oposición no ha producido los resultados esperados y Tandja sigue sentado cómodamente en su sillón.

Por lo demás, es la CEDEAO la que sigue hablando, si no, no habría nada. Abdul Salami Abubakar, mediador de la crisis, que propone un gobierno de unidad nacional, en realidad no tiene nada seguro. Y si está seguro de algo, será de su rotundo fracaso. Ambas partes (oposición y gobierno) se están desafiando con la mirada. Pero surge una pregunta. ¿En qué se basa Tandja para hacer frente a todas estas amenazas contra él y su país? Al menos dos razones explican su actitud. En primer lugar, el país que dirige Tandja es rico en uranio y petróleo, codiciado por otros países, especialmente las naciones industrializadas. Así, el presidente de Níger está convencido de que mientras ninguna amenaza proceda de estos países, no se producirá ningún efecto.

En segundo lugar, Tandja sabe que con el tiempo se meterá en el bolsillo a algunos de la oposición. En nuestros trópicos, los ejemplos de los opositores que terminan por unirse a sus enemigos son legión. Tandja también es consciente de esto. Pero, mientras tanto, hay que reconocer que esta oposición, hasta ahora, ha sido firme en su negativa a aceptar cualquier idea de un gobierno de unidad nacional. ¿Pero por cuánto tiempo se mantendrá en pie?

En cualquier caso, Níger está, sin duda, en una situación de estancamiento político, la fuente de todos los peligros. Porque, en definitiva, ni la comunidad internacional, ni la CEDEAO, y mucho menos la oposición, puede hacer nada contra Tandja. En la actualidad, el improcesable coronel conduce, imperturbable, por una avenida que le lleva hasta la realización de su proyecto.

Boulkindi COULDIATI

(Le Pays, Burkina Faso, 18-01-10)

Traducido por Rosa Moro, de Fundación Sur.

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