Las fuerzas Democráticas Unidas INKINGI de Ruanda condenan la cesión de 10.000 hectáreas para la producción de biocarburantes

17/11/2009 | Crónicas y reportajes

El gobierno ruandés, presidido por Paul Kagame, ha decidido en su sesión del 28 de octubre de 2009, ceder 10.000 hectáreas de tierras situadas en la provincia del este, a una sociedad americana, Eco Fuel Global, y a una sociedad británica, Eco Fuel Positive, para el cultivo del Jatropha Curcas destinado a producir bio-diesel.

Esta inicua decisión ha sido tomada en el momento en que los precios de los productos alimenticios aumente de día en día y cuando numerosos ruandeses apenas comen una sola vez al día y presentan una subalimentación evidente, dado que al menos el 60% de las familias rurales sufren en diferentes grados una inseguridad alimentaria. Esta decisión viene a sumarse a los daños causados por la expropiación de los campesinos, en curso desde julio de 1994, en provecho de la oligarquía de los negocios y de la burocracia en el poder, cuyos principales tenores son igualmente propietarios de tierras que no trabajan, y a los perjuicios derivados de los agrupamientos de población forzados y de la regionalización tecnocrática de los cultivos.

Además, los campesinos ruandeses ya carecían de tierras para los cultivos de autosuficiencia. Una explotación media no dispone más de 0,5 a 0,75 ha. para la subsistencia de 3 a 5 personas. La densidad demográfica con relación a las tierras cultivables alcanza 700 habitantes por km cuadrado. La escasez de tierras cultivables o para pastos constituye la causa principal de litigios y de conflictos cíclicos en Ruanda. La superficie que el régimen de Kagame ha decidido ceder a estas firmas por 49 años podría permitir vivir a entre 15.000 y 20.000 familias, esto es, entre 60.000 y 100.000 personas.

Los campesinos ruandeses se han enfrentado desde siempre a la escasez de tierras apropiándose de tierras marginales y utilizando ingeniosos métodos de asociación de cultivos, cuando no han sido obligados a emigrar a países vecinos. En estas condiciones, la propaganda del régimen a través del muy progubernamental The New Times, pretendiendo que el cultivo de Jatropha sería en tierras marginales o de baja productividad es tan cínica como irresponsable.

Los partidarios del Jatropha, cuyos granos por otra parte son muy tóxicos para el hombre y el ganado, transmiten una imagen de un cultivo que no tiene un impacto negativo sobre la seguridad alimentaria y que, por el contrario, puede aportar rentas suplementarias a los campesinos y favorecer el desarrollo duradero. Se trata de una propaganda engañosa. Experiencias llevadas a cabo por organizaciones y centros de investigación independientes en India, Nicaragua, Madagascar o Mozambique (1), muestran por el contrario que constituye una amenaza para la seguridad alimentaria y no contribuye a aumentar los ingresos, a causa de los elevados costes de mantenimiento y de rendimientos bajos constatados.

Las políticas ultraliberales del régimen de Kagame, presentadas bajo la etiqueta engañosa de “Green Revolution”, pretendidamente destinadas a “probar que tiene los hombres lo suficientemente anchos para ponerse el traje de exportador de alimentos en la región”, han conducido a una agravamiento del hambre en el país, en el que casi la cuarta parte de la población sufre del hambre y en el que esa misma proporción de niños abandonan la escuela primaria por es causa.

Durante este tiempo, los campesinos que se oponen a estas políticas cínicas se ven privados de sus derechos económicos y algunos de su derecho a la vida. En Cyuve, distrito de Musanze Norte, los dirigentes locales han ordenado arrancar en todos los campos todos los cultivos que no fueran de maíz, ya que éste ha sido elegido en esta región para la presente estación. Recientemente, la sra. Kangeyo Elinade, campesina de Gabiro-Kagarama-Mahembe, en Nyamasheke, ha sido maltratada hasta la muerte por el solo hecho de haberse opuesto a la destrucción de su platanar. Ahora bien, la historia nos muestra que allá donde las reformas agrarias o de propiedad de la tierra han sido impuestas por la fuerza han fracasado.

Paul Kagame, de visita en el hospital de Kirehe, cerca de la frontera tanzana, se expresó en abril de 2009 en estos términos: “No comprendo cómo en nuestra época un adulto puede estar enfermo de Kwashiorkor”, al ver adultos hospitalizados por malnutrición: un simple campesino que se encontraba por allí le replicó: “Con un solo cultivo, destinado a la comercialización, sin alubias, sin boniatos y sin cereales, nos es imposible resistir ante la hambruna”.

Las Fuerzas Democráticas Unidas de Ruanda, FDU-INKINGI, condenan enérgicamente la última decisión del gobierno así como las políticas brutales del régimen y piden a los campesinos que se opongan a ellas por medios legítimos. Hacen un llamamiento a la sociedad civil a apoyar la lucha de los campesinos.

Las FDU-INKINGI si llegan a las responsabilidades de gobierno, abrogarán esta decisión y distribuirán estas tierras entre los campesinos. Pondrán en práctica una política agrícola orientada prioritariamente hacia la lucha contra la inseguridad alimentaria y hacia la autosuficiencia en primer lugar y posteriormente hacia la exportación.

Benoît NDAGIJIMANA, secretario general adjunto de las FDU-INKINGI.

Publicado en Save Ruanda, el 9 de noviembre de 2009.

(1) Ver estudio sobre Mozambique publicado y financiado por las ONG Alliance Sud, Arbeitsgruppe Schweiz Kolumbien, Basler Appell gegen Gentechnologie, Bio Suisse, pain pour le Prochain, Caritas, Déclaration de Berne, Action de Carême, EPER, Kleinbauern- Vereinigung, Pro Natura, Reformierte Kirchen BE-JUSO, SWISSAID, Terre des Hommes, Uniterre.

Traducido por Ramón Arozarena.

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