Somalía enfrenta uno de sus peores momentos sacudido por la enorme sequía, así como por una guerra contra el grupo islamista Al-Shabaab que dura ya 15 años. Ante esta situación de hambruna y conflictos armados, la cual ha dejado miles de muertos y desplazados en el país, Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, ha solicitado el apoyo internacional durante su vista al país africano. La ayuda pretende conseguir un total de 2.600 millones de dólares, de los cuales solo se ha financiado el 15 % por ahora.
En la actualidad, Somalia atraviesa la peor sequía en cuatro décadas. Se estima que la hambruna provocada, siendo ya la quinta temporada de lluvias fallidas en ciertas partes del país, pueda afectar a un total de cinco millones de personas, habiendo obligado a desplazarse a casi dos millones de ciudadanos. La ONU cree que la sequía llegará a afectar en lo que queda de año a un total de ocho millones de personas. A esto se suma que las lluvias acontecidas durante los últimos días han sido en forma torrencial, provocando inundaciones y destrucción a su paso.
El conflicto armado sacude con fuerza el país desde que el año pasado el presidente de Somalia, Hassan Sheikh Mohamud, declarara una guerra total contra Al-Shabaab. Debido a la visita de Antonio Guterres se procedió a cerrar completamente la ciudad de Mogadiscio, la capital, por cuestiones de seguridad. El grupo islamista pese a la presión militar que sufre sigue teniendo una fuerte capacidad organizativa pese a haber perdido parte de terrenos en su poder. La Misión de Transición de la Unión Africana en Somalia, y las tropas norteamericanas, están ayudando a recuperar zonas de las manos de los islamistas. La ONU ha señalado de forma reiterada su apuesta por la estabilidad política, la paz, y la democracia en el país.
Fuente: The EastAfrican
[Traducción y edición, Guillermo de Simón]
[CIDAF-UCM]
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