A medida que se reduce la cubierta forestal y los humedales vitales de Tanzania peligran, ¿qué se puede hacer para salvaguardarlos para las generaciones futuras?
Tanzania ha sufrido una severa deforestación, con aproximadamente 400.000 hectáreas, el 1 % de su bosque, aproximadamente, siendo talado cada año.
Global Forest Watch (GFW) detalla que Tanzania tenía en 2010 24,7 millones de hectáreas de cubierta arbórea que cubría más del 26 % de su superficie terrestre. Sin embargo, debido principalmente al consumo de energía, asentamientos y actividades económicas, para 2020 había perdido 186 000 hectáreas de cubierta arbórea, equivalente a 67,7 millones de toneladas de emisiones de CO?, según GFW. Peor aún, un total de 180.000 hectáreas de tierra se han quemado en 2021, una cifra bastante típica en comparación con años anteriores que se remontan a 2001.
En la región de Kagera, al noroeste de Tanzania, se encuentra la célebre Reserva Forestal Natural de Minziro, continuación del bioma de Guinea-Congo. Extendiéndose desde Senegal, en África occidental, a través de África central y Uganda hasta el distrito de Misenyi, está literalmente en peligro de desaparecer, una realidad que los residentes atribuyen al consumo excesivo de madera y la invasión del humedal para agricultura y asentamientos.
Minziro forma una parte vital del ecosistema en el norte de Tanzania, como bosque natural y humedal. Mantiene la humedad y la fertilidad del suelo, lo que conduce a una alta productividad agrícola.
William Kyaichumu, un hombre de 62 años, nacido y criado en el pueblo de Minziro, ha visto cambios dramáticos en los últimos 30 años. “Era el paraíso”, dijo, añadiendo que ahora está “desapareciendo lentamente”.
Kyaichumu dice que familias solían ir de vacaciones a la zona. “Este lugar es vigorizante, solo se respira aire fresco y todo lo que lo rodea es bosque verde”.
Explica que incluso los caminos de paso estaban cubiertos y las excavadoras luchaban para abrir los caminos. Ahora no, dijo, señalando que actualmente, uno puede pararse y ver a millas de distancia, incluso carreteras.
Los residentes reconocen que el área fue de seguridad alimentaria, famosa por el cultivo de café, maíz, frijoles, caña de azúcar y frutos tropicales parecidos a los plátanos.
“Estamos en una crisis”, dijo otra residente que prefirió no mencionar su nombre. Ella y otros habitantes de la zona mencionaron la disminución de lluvias y el aumento de la temperatura que veían como resultado directo de las actividades humanas. El cambiante clima está amenazando el bosque natural y el humedal, que es conocido como Sango Bay en la vecina Uganda.
Ubicado en la frontera entre Uganda y Tanzania, este humedal transfronterizo se encuentra en los condados de Kakuuto y Kyotera, en el distrito Kyotera en el lado ugandés. En Tanzania, la mayor parte del área se encuentra dentro del distrito de Misenyi, así como porciones más pequeñas se ubican en los distritos rurales y urbanos de Bukoba.
Los expertos sugieren que la zona es muy importante para las aves, proporcionando hábitat y lugar apto para anidar diversas especies. El humedal alberga especies raras y endémicas, incluyendo plantas como café silvestre, pseudagrostistachys ugandensis y la madera amarilla africana. Es también el hábitat de los gatos dorados africanos, elefantes africanos, los murciélagos nariz de hoja, leopardos, pangolines arbóreos, hipopótamos, la rara sitatunga y la musaraña almizclera del norte.
Otras especies incluyen los monos colobos blancos y negros y los monos azules de áreas restringidas. En 2006, Uganda resolvió establecer lo que se conoció como el sistema de humedales de Sango Bay-Musambwa Island-Kagera (SAMUKA).
El director ejecutivo de Nature Uganda, Achilles Byaruhanga, reconoció que SAMUKA es uno de los nueve sitios Ramsar que el Comité Nacional Ramsar de Uganda ha respaldado. El funcionario dice que la decisión de designar el sitio de humedales SAMUKA bajo la Convención Ramsar de 1971 tenía como principal objetivo mejorar el monitoreo del humedal contra la destrucción.
En contraste, los residentes del área de Minziro señalan que la destrucción del bosque natural y el humedal han reducido la densidad de los bosques y los arroyos. No había registros del Ministerio de Recursos Naturales y Turismo o del ministerio responsable del medio ambiente para verificar las reclamaciones. Las observaciones locales, sin embargo, mostraron que algunas partes estaban secas.
Haji Chakuraa, un líder local en Mtukula, un pueblo que limita con Tanzania y Uganda, situado al oeste del distrito de Minziro, informó que los aldeanos están invadiendo áreas pantanosas y talando árboles naturales sin plantar otros nuevos. “Todas las áreas de fuentes de agua tuvieron en el pasado árboles locales como el mango. Pero ya no hay”, dijo.
Aunque el gobierno y las autoridades locales han promulgado leyes destinadas a preservar los bosques y las áreas de humedales de tales actividades, algunas personas han podido pasarlas por alto provocando una alarmante tasa de tala de árboles y quema de bosques.
En marzo, el vicepresidente de Tanzania, Philip Mpango, realizó dos paradas en la región para presionar en favor del compromiso de los líderes y residentes locales para tomar en serio la plantación de árboles. Mpango declaró en el bosque de Rubare, que se encuentra entre los distritos de Bukoba y Misenyi, “Los bosques y árboles han demostrado un gran potencial para la conservación del medio ambiente. Estos bosques son una fuente importante de los recursos hídricos de la región y deben ser protegidos contra cualquier forma de destrucción ambiental”.
Los residentes están poniendo en peligro el paraíso de Minziro
Minziro es un recurso público natural, lo que significa que los funcionarios están obligados a protegerlo y preservarlo. Pero lugareños están burlando cada vez más a las autoridades y explotando el medio ambiente.
Durante décadas, las áreas de bosques y humedales de Minziro se extendían hasta los patios traseros de las propiedades privadas. Sin embargo, los vecinos han sido testigos de cómo, año tras año, las zonas pantanosas y los bosques se alejaban poco a poco de sus casas. Ya para el año 2010 estaba claro para todos: el paisaje transfronterizo estaba amenazado de extinción.
El presidente del Consejo del distrito de Misenyi, Projestus Tegamaisho, señaló que las autoridades habían permitido repetidamente a propietarios de viviendas y empresarios limpiar los bosques para la tala. Los medios también informaron del arresto del entonces comisionado del distrito de Misenyi, Issa Njiku, por estar acusado de emisión de permisos “ilegales” a empresarios para cortar árboles en un bosque protegido de la tala.
Antes de que el gobierno de Tanzania nombrara Minziro como reserva forestal natural, los funcionarios forestales estaban estacionados en rutas estratégicas para supervisar el bosque y dirigir a los residentes hacia aquellos árboles concretos que podrían ser cortados. Estos funcionarios forestales eran bien conocidos en los pueblos.
Los residentes de Mutukula, Kasambya, Bwanjai, Minziro y Kaishebo reconocieron que los funcionarios ya no están en sus puestos. “La razón es que tenemos una oficina a cargo de supervisar toda la operación para proteger la zona”, dijo Alfred Mlenge, oficial de conservación de la Reserva Forestal Natural Minziro, la unidad dependiente de la Agencia de Servicios Forestales de Tanzania en el Ministerio de Turismo y Recursos Naturales.
“Antes de que se convirtiera en una reserva forestal natural era una reserva forestal, y hubo preocupantes informes de destrucción que no solo había perturbado la naturaleza, sino que perturbo también la vida silvestre”. El conservacionista y los residentes dicen que ahora ven de nuevo elefantes y monos en el área.
El concejal del distrito de Mtukula, Haji Chakuraa, informó que los incendios forestales y la deforestación proliferan aún a pesar de los esfuerzos del Estado para presentar Minzoro como una reserva forestal natural. Comenta que lugareños se han estado escondiendo en la espesura del bosque con bolsas de compost. “El abono orgánico no es para alimentar a las plantas en el bosque, sino para acabar con naturaleza para obtener carbón”.
Los lugareños tienden a colarse en el bosque, encienden el compost a altas horas de la noche y abandonan el lugar. Técnicamente, la llama del compost no es instantánea. Tarda horas en ser visible permitiendo escapar a los culpables. Desde hace algún tiempo, las autoridades han culpado a cazadores y pastores de tales acciones que ponen cada vez más bajo presión al grandioso paraíso.
Y es difícil para los funcionarios patrullar un área tan amplia: “Los agentes de conservación no pueden estar en todas partes: los bosques son enormes y espesos”, explica Regina Rwegasira, residente del pueblo de Buyango. Al menos tres pueblos se encuentran dentro de la reserva forestal natural y otros ocho rodean el área transfronteriza.
Sylivester Domasa @dsyliver
Fuente: The Niles
[Traducción, Jesús Esteibarlanda]
[CIDAF-UCM]