La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCAH) ha informado que ya son 349.000 las personas afectadas por las lluvias estacionales y las inundaciones repentinas en todo el país. La temporada de lluvias en Sudán generalmente comienza en junio y dura hasta septiembre, con el pico de lluvias e inundaciones entre agosto y septiembre.
Según el Consejo Nacional de Protección Civil, 146 personas han muerto y 122 han resultado heridas debido a las inundaciones y lluvias torrenciales desde junio. Al menos 24.860 viviendas han sido destruidas y 48.250 viviendas han resultado dañadas en 16 de los 18 estados, y los agricultores han perdido más de 4.800 cabezas de ganado y más de 12.100 feddans de tierras agrícolas (1 feddan= 4.200 m2) han resultado afectadas por las inundaciones.
El informe de OCHA advierte que esta situación exacerba los ya preocupantes niveles de inseguridad alimentaria que enfrentan las personas en todo el país. Sidgi Kaballo, experto en economía y político, advirtió recientemente en una entrevista con Radio Dabanga que si no se abordan las causas profundas de los problemas económicos que enfrenta la población se podrían producir revueltas y, lo que él llamó, “una revolución de los hambrientos«.
Este año, la cantidad de personas afectadas por las inundaciones ha superado las cifras de 2021 según el informe, que también detalla los estados más afectados: Darfur Meridional, El Gedaref, Darfur Central, Nilo Blanco y Kassala.
Muchos expertos económicos dudan de la efectividad de aumentar los impuestos para la mejora de la economía de Sudán, ya que aumentaría aún más las dificultades económicas de muchos sudaneses, que luchan para llegar a fin de mes. Los aumentos de impuestos afectan al consumidor y producen un debilitamiento del poder adquisitivo y el descenso del consumo, según relataba el analista Hafiz Ismail para Radio Dabanga.
Fuente: Dabanga
[Traducción y edición, Elena Cañete Montilla]
[CIDAF-UCM]
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