Umqombothi, por Ramón Echeverría

22/07/2022 | Bitácora africana

En 1864, John Hanning Speke (1827-1864), oficial del ejército británico y explorador de África que en honor de la Reina Victoria dio su nombre al lago Victoria, se sirvió de los diarios de sus dos expediciones por el continente para publicar What led to the Discovery of the Source of the Nile (Qué condujo al descubrimiento de la Fuente del Nilo). “Descubrimiento” discutible, porque el español jesuita y misionero Pedro Páez (1564 – 1622) ya habla de esa fuente en su Historia de Etiopía. Discutible igualmente lo de “la fuente”. La fuente más meridional de los varios ríos que desembocan en el lago Victoria y que lo abandonan en Jinja (Uganda) convertidos ya en el Nilo Blanco, se encuentra en Kasumo, al Sudeste de Bujumbura, la capital de Burundi. La localizó el 12 de noviembre de 1937 el explorador alemán Burkhart Waldecker. Con todo, una observación certera de Speke, que sigue siendo de actualidad, se encuentra en uno de los párrafos de su libro: “Pombé-brewing, the chief occupation of the women, is as regular here as the revolution of day and night, and the drinking of it just as constant. It is prepared from bajéri and jowari (common millets)” (“La elaboración de pombe, la principal ocupación de las mujeres, es aquí tan habitual como el sucederse del día y la noche, como constante es también su consumo. Se prepara a partir de bajéri y jowari, mijos comunes”). Tan de actualidad, que el director de cine Terry George no dudó en incluir en “Hotel Rwanda” “Umqombothi”, la canción de la sudafricana Yvonne Chaka Chaka:


I work hard every day – To make my beer – Umqombothi
Trabajo duramente cada día – para hacer mi cerveza
Wake up early every morning – To please my people with Áfrican beer – Umqombothi
Me levanto pronto todas las mañanas – para hacer mi cerveza
I make sure the fire burns – To make my beer – Umqombothi
Me aseguro que arde el fuego – para deleitar a mi gente con cerveza Áfricana
My special beer – Umqombothi – Is Áfrican beer
Mi cerveza especial – es cerveza Áfricana
I work hard to make them happy – Every weekend – Umqombothi
Trabajo duramente para hacerlos felices – cada fin de semana
Makes them party to the rhythm – Makes them dance, this magic beer – Umqombothi
Les hace festejar con ritmo – les hace bailar, esta cerveza mágica
I wanna make you happy – Umqombothi – I wanna make you smile – Umqombothi
Quiero haceros felices – quiero haceros sonreir
I wanna make you dance – Umqombothi-, – I’ll make sure there’s a party.
Quiero haceros bailar – Me aseguraré de que festejáis

Cerveza tradicional xhosa, Umqombothi se solía beber en bodas, funerales, reuniones tradicionales y en la acogida de los jóvenes xhosa que habían terminado los ritos de iniciación. Todavía hoy, cuando se trata de socializar, sigue siendo una de las bebidas preferidas. Se confecciona con maíz, malta de maíz, malta de sorgo, levadura y agua. Bebidas semejantes, con utilización predominante del sorgo y del mijo, son populares en el conjunto de África Subsahariana. En su texto, Speke menciona el “pombe”, como a menudo se denomina la cerveza tradicional en África Oriental. En Zambia y en la provincia de Shaba (RDC) beben el “munkoyo”. En África Occidental se la conoce como “dolo”, y también como “chapalo” en Costa de Marfil, y como “pito” especialmente en Ghana y Nigeria. Me ha llamado la atención por sus connotaciones originariamente racistas un párrafo que he encontrado en Google: “La Cerveza kaffir (denominada también cerveza bantú o cerveza de mijo, pombe, malva, chuk o birra opaca) es una bebida elaborada con la fermentación alcohólica del mijo malteado, un tipo de sorgo denominado Sorghum caffrorum. Se trata de una bebida con baja graduación alcohólica muy popular en ciertas zonas de África”. Algunos musulmanes llamaban “kaffir” (de donde deriva “cafre”), a veces de forma despectiva, a los no musulmanes. Ese término lo utilizaron los blancos en África del Sur para designar a los negros: “En Octubre de 1901, un kaffir de nombre Jan Sandili fue acusado ante el Magistrado Residente de Aliwal Norte de tener en su posesión cierta cantidad de cerveza kaffir. Se le aplicó le previsto en el Acta de Enmienda de la Ley sobre Licores, Nº 28 de 1898, sección 7, que dice: “No se permitirá a ninguna persona el hacer, o asistir en la confección, o ser causante de que se confeccione, cualquier tipo del licor conocido comúnmente como Cerveza Kaffir” (The Agricultural Journal of the Cape of Good Hope, Volumen 28, 1906).

Tal vez porque “Los sudafricanos luchan para que no desaparezca su antigua cerveza” (VoA 22 de febrero 2017), –y no sólo los sudafricanos–, uno encuentra numerosos artículos, algunos muy académicos, que encomian las ventajas para la salud de las cervezas tradicionales. “Especialmente gracias al sorgo, son ricas en vitamina B, hierro y otros minerales”. “Son ricas en calorías y en vitaminas del grupo B. Contienen tiamina, ácido fólico, riboflavina, ácido nicotínico, y algunos aminoácidos esenciales como la lisina”. Nada de eso sabían las mujeres fabricantes de pombe que observé en África Oriental, cuyo trabajo les permitía a veces recuperar el dinero familiar que el patriarca se había apropiado para acudir al “kilabu” (del inglés “club”). A los hombres, y a muchas mujeres, el pombe les ayudaba a recuperar su energía y optimismo, a socializar mientas saciaban su sed, también su hambre, y a veces a emborracharse, aunque el pombe fuera muy bajo en alcohol, por la enorme cantidad ingerida.

En el artículo de la VoA, Thembeka Mbuso explica por qué dejo de preparar Umqombothi y se dedica ahora a vender la cerveza comercial. “Los jóvenes ya no beben la cerveza tradicional. Prefieren, por sofisticada, la de las botellas. Umqombothi ya no da dinero”. “Prefieren la `cerveza rápida´”, explica Melissa de Billot, del Movimiento para salvar la cerveza tradicional. “También en el campo, la cerveza embotellada indica un cierto status, y el Umqombothi es para la gente poco sofisticada”. Pero el paso de Umqombothi a la cerveza embotellada está creando problemas. Ha aumentado vertiginosamente el consumo de alcohol entre los jóvenes y la violencia relacionada con el mismo. Según cifras de la OMS, en 2020 (antes de la pandemia) el alcohol causó la muerte de 987 personas. Y, noticia reciente, este 25 de junio, recién eliminadas las restricciones, 21 jóvenes murieron en la discoteca Enyobeni de Scenery Park, un suburbio humilde en las afueras de la ciudad de Easy London, en el sureste del país.

Ramón Echeverría

[CIDAF-UCM]

Autor

  • Investigador del CIDAF-UCM. A José Ramón siempre le han atraído el mestizaje, la alteridad, la periferia, la lejanía… Un poco las tiene en la sangre. Nacido en Pamplona en 1942, su madre era montañesa de Ochagavía. Su padre en cambio, aunque proveniente de Adiós, nació en Chillán, en Chile, donde el abuelo, emigrante, se había casado con una chica hija de irlandés y de india mapuche. A los cuatro años ingresó en el colegio de los Escolapios de Pamplona. Al terminar el bachiller entró en el seminario diocesano donde cursó filosofía, en una época en la que allí florecía el espíritu misionero. De sus compañeros de seminario, dos se fueron misioneros de Burgos, otros dos entraron en la HOCSA para América Latina, uno marchó como capellán de emigrantes a Alemania y cuatro, entre ellos José Ramón, entraron en los Padres Blancos. De los Padres Blancos, según dice Ramón, lo que más le atraía eran su especialización africana y el que trabajasen siempre en equipos internacionales.

    Ha pasado 15 años en África Oriental, enseñando y colaborando con las iglesias locales. De esa época data el trabajo del que más orgulloso se siente, un pequeño texto de 25 páginas en swahili, “Miwani ya kusomea Biblia”, traducido más tarde al francés y al castellano, “Gafas con las que leer la Biblia”.

    Entre 1986 y 1992 dirigió el Centro de Información y documentación Africana (CIDAF), actual Fundación Sur, Haciendo de obligación devoción, aprovechó para viajar por África, dando charlas, cursos de Biblia y ejercicios espirituales, pero sobre todo asimilando el hecho innegable de que África son muchas “Áfricas”… Una vez terminada su estancia en Madrid, vivió en Túnez y en el Magreb hasta julio del 2015. “Como somos pocos”, dice José Ramón, “nos toca llevar varios sombreros”. Dirigió el Institut de Belles Lettres Arabes (IBLA), fue vicario general durante 11 años, y párroco casi todo el tiempo. El mestizaje como esperanza de futuro y la intimidad de una comunidad cristiana minoritaria son las mejores impresiones de esa época.

    Es colaboradorm de “Villa Teresita”, en Pamplona, dando clases de castellano a un grupo de africanas y participa en el programa de formación de "Capuchinos Pamplona".

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