La muerte del Dr. Ashraf Emarah, por la covid-19, muestra la escasez de médicos y medios en los hospitales de Kenia.
¿Quién era el Dr. Ashraf?
Era un cirujano plástico y reconstructivo, uno de los mejores especialistas en el oeste de Kenia. El Dr. Emarah había enseñado a estudiantes de medicina en el segundo hospital de referencia más grande del país, durante décadas. Una semana antes de su muerte había estado realizando cirugías y supervisando a estudiantes antes de desarrollar los síntomas de la covid-19.
¿Cómo ayudaba a los niños a sonreír?
El médico era bien conocido por la reparación quirúrgica de miles de niños nacidos con el labio leporino o la hendidura del paladar, ayudándolos a sonreír. El Dr. Emarah transmitió su experiencia a cirujanos en países vecinos como Somalia, Uganda y la República Democrática del Congo. «Lamentamos profundamente la falta de nuestro querido amigo y socio«, dijo Smile Train Africa – @SmileTrainAfric, una de las organizaciones benéficas con las que trabajó, al tuitear una foto del médico junto con algunos de los niños a los que había operado.
¿Afectará mucho la muerte del Dr. a la cirugía reconstructiva en Kenia?
Ciertamente. El país tiene muy pocos cirujanos plásticos. A su nivel, era el único, aunque hay algunos más en perspectiva. La junta de médicos de Kenia enumeró solo cuatro cirujanos plásticos y reconstructivos especialistas en el país para 2018. El Dr. Emarah fue el cuarto médico especialista en morir esa semana, una estadística desalentadora en un país donde hay alrededor de 7.000 médicos para una población de 48 millones.
¿Cómo ocurrió la muerte del Dr. Emarah?
En Kenia, como en tantos otros lugares, los medios de defensa contra la covid-19 para el personal médico son inadecuados. El Dr. contrajo el virus y su condición empeoró, no había camas de cuidados intensivos (UCI) disponibles en su hospital en Eldoret. La familia del médico y sus colegas trataron de trasladarlo a la capital, Nairobi, pero sólo consiguieron trasladarlo a un hospital privado en Nakuru, una ciudad a medio camino entre Eldoret y Nairobi, donde esperó a que hubiera una cama de UCI. Sus colegas los médicos tuvieron que contribuir para comprar el medicamento que permitiera estabilizarlo, pero murió un día después. «Murió en el cumplimiento del deber«, dijo uno de sus colegas, señalando que la muerte se llevó al único cirujano plástico de su experiencia en el Oeste de Kenia.
Bartolomé Burgos
Fuente imagen: Smile Train Africa – @SmileTrainAfric
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